De las legislaciones que conforman el proceso democrático de debates y modificaciones, la Ley 7444/25 para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) es una normativa que viene definitivamente a iniciar una época diferente para estas unidades productivas que, como sabemos, no solo son más del 90 por ciento de las empresas en el país, sino también gran parte de las mismas se encuentran en la informalidad.
Habiéndose tomado nota de ello, a iniciativa del Ejecutivo este año se aprobó oportunamente en el Congreso la citada legislación y su promulgación tuvo lugar el martes último por el presidente de la República, Santiago Peña.
De modo de entender mejor la novel normativa, citemos los beneficios fiscales y tributarios que buscan aliviar las cargas de las mipymes. Así, durante los primeros tres años, las mipymes registradas están exoneradas de la patente municipal, tasas e impuestos sobre los precios y las tarifas públicas. Luego de cuatro años las citadas exoneraciones tendrán un descuento del 75 por ciento sobre la patente municipal.
Igualmente, en el sector laboral y en cuanto a incentivos se refiere, la ley establece un régimen adaptado acorde al sector de modo de que las mipymes no soporten sobrecostos. Citemos, al respecto, que se pueden establecer contratos por periodos parciales de hasta 12 meses, sin necesidad del preaviso ni de indemnización al vencimiento del contrato.
Así mismo, se toma en cuenta un tema relevante que hace al nacimiento y permanencia de las mipymes en el mercado, como el acceso a la seguridad social de salud y jubilaciones tanto para trabajadores como a propietarios, con un régimen del ochenta por ciento del salario mínimo oficial.
Es de hacer notar que la legislación contiene elementos modernos que hacen a la realidad del país como del mundo. En este sentido, la Ley 7444/2025 introdujo la figura de la promoción de la innovación por medio de centros de servicios tecnológicos y empresariales.
Dichos centros de servicios ofrecerán acceso a herramientas de consultaría y capacitación permanente a las mipymes, mediante una vinculación de la academia con la empresa. Esto último es de destacarse puesto que forma parte del área de investigación relacionada con los centros de estudios como las universidades, de modo de que la academia ofrezca novedades de innovación y de prácticas concretas para el mejoramiento de la competitividad empresarial.
Del mismo modo, las mipymes registradas bajo este nuevo régimen normativo tendrán un trato preferencial en las contrataciones públicas con ventajas en los procesos de adquisición de bienes y servicios por parte del Estado.
Estamos ante un acto jurídico de alcance económico de importancia para el futuro de estas unidades productivas que tanto hacen desde la producción, el comercio y los servicios. En las mipymes se conjugan el trabajo y el capital de miles de hombres y mujeres que trabajan a diario, pero que también sienten el agobio propio de un sector que no contaba con la protección jurídica correspondiente, así como de los incentivos suficientes para crecer y al mismo tiempo contratar más mano de obra. Es lo que necesitamos como país: crecer, crear empleos y aumentar los salarios.
Resulta encomiable la labor de las mipymes que traspasa todos los estratos socioeconómicos, cuyas actividades son de notable impacto directo e indirecto sobre el día a día de la población. De manera que fortalecerlas y al mismo tiempo buscar se formalicen es el objetivo de una ley que viene para contribuir con los trabajadores y empresarios sin miramiento alguno más que el continuo mejoramiento donde cuanto más las empresas ganen y más contraten, más beneficioso será para todos, para la economía del país en su conjunto.
La ley en vigencia tiene características que van desde la simplificación del proceso de formalización, la apertura de servicios de carácter social y financiero al alcance de los emprendedores.
Como se podrá colegir, esta ley se constituye en un paso decisivo y sustancial que termina por hacer realidad el impulso de las mipymes.
Se garantiza de este modo no solo el nacimiento de más y mejores unidades productivas, sino también se establecen las reglas institucionales de modo de que el crecimiento de las mismas se vean reflejadas en la sostenibilidad en el tiempo, cuestión esta última que solo puede lograrse mediante los incentivos correctos como los establecidos en la Ley 7444/25 que inaugura una nueva época para las mipymes del país.