Entre los principales retos económicos del país está la necesidad de aumentar su producción industrial procesando los productos agropecuarios que genera y transformando otros tipos de artículos. Su abundante energía eléctrica, su bajo nivel impositivo, su estabilidad macroeconómica están entre los principales atractivos que ofrece para crecer en el área fabril.
Teniendo en cuenta que va creciendo en sus inversiones del área industrial con más empresas y productos, mayor cantidad de ventas, el Paraguay está proyectando progresar con más fuerza. Pero, aunque parezca extraño en un país con mucha gente sin empleo, tiene necesidad de más trabajadores para hacer frente a la demanda de las industrias. Eso porque requiere operarios especializados en cada sector que puedan hacer frente a los requerimientos de las distintas especialidades de las empresas. Debido a eso el principal déficit del área fabril son los trabajadores y el más importante requerimiento es la preparación profesional de las personas en las entidades industriales para trabajar y poder seguir creciendo. En otras palabras, es urgente preparar y especializar a los operarios para las necesidades cada vez mayores del área manufacturera. El país necesita más trabajadores calificados.
En una reciente nota realizada por nuestro diario al empresario de la industria textil, Santiago Colombino, el entrevistado ha señalado que el país se está convirtiendo en un lugar muy atractivo para las empresas del área mencionada y de las confecciones por la cantidad de incentivos y ventajas que ofrece. Pero que faltan operarios para este sector.
No hay duda de que esta realidad representa un obstáculo para crecer más rápido, como necesita la nación y pide el mercado. Tanto que se podría pensar que la falta de mano de obra calificada podría convertirse en uno de los principales obstáculos para el más rápido desarrollo. Esta afirmación que puede parecer exagerada es una de las principales preocupaciones que tiene el sector fabril, porque “el desafío más urgente es el déficit de mano de obra calificada”, como señaló Colombino.
De acuerdo con los datos de ese sector, las industrias de esa área y de las confecciones, incluyendo las micro, pequeñas y medianas empresas, están dando empleo a 50.000 trabajadores, tanto de manera directa como indirecta, 48 % de los cuales son personas de sexo femenino. Existen 412 empresas en el área textil, que con sus productos industrializados llegaron a exportar por valor de 312 millones de dólares el año pasado, cifra que se podrá incrementar en 2025. La mayoría de las empresas exportadoras, el 70 %, pertenece al régimen de maquila.
El entrevistado manifestó que es necesario fortalecer la formación de los trabajadores, así como promover una política de innovación textil con enfoque circular. Enfatizó que, si alcanza ese objetivo, en los próximos años el área fabril podría duplicar el valor de sus exportaciones “y convertirse en uno de los principales generadores de empleo industrial inclusivo del país”.
Teniendo en cuenta la realidad del sector de manufacturas, uno de los principales desafíos que se tiene es que tanto el Gobierno como las entidades privadas aumenten las posibilidades de profesionalización de los trabajadores. Una tarea que debe abarcar no solo a los trabajadores textiles sino a los de las demás áreas industriales y de servicios. El país tiene un alto porcentaje de población joven deseosa de trabajar y mejorar su calidad profesional para optar por mejores oportunidades laborales. Las instituciones estatales tienen que incrementar sus ofertas para la formación de los obreros trabajando de cerca con las industrias para ofrecer las especializaciones requeridas por el mercado fabril. También tienen que proporcionar apoyo suficiente e incentivos especiales a las empresas que invierten en la formación de los trabajadores.
La Unión Industrial Paraguaya (UIP) y otras entidades del área fabril deben realizar convenios especiales con las instituciones académicas especializadas para ofrecer la profesionalización de los trabajadores. En el financiamiento de estos cursos y carreras pueden intervenir monetariamente tanto Itaipú como Yacyretá. El Gobierno nacional tiene que establecer acuerdos para conseguir la colaboración financiera de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
La mejor educación profesional y las inversiones en la formación de las personas redundarán a favor de la mayor calidad en el trabajo que se realice en las empresas. Y proporcionarán más alto nivel de vida a los trabajadores calificados afectados.