Poco después de las 13 de nuestro país, a las 18 y más minutos de Roma, se vio la fumata blanca en la chimenea del Vaticano anunciando la elección del nuevo papa, el que sucederá a Francisco y continuará con la misión iniciada hace más de 2.000 años por San Pedro, el primer pontífice, en la antigua capital del imperio romano. “Habemus papam” (tenemos papa), fue la expresión latina con la que se anunció la novedad que a todo el mundo católico conmovió y produjo gran contento entre los fieles cristianos. La expresión en latín, el idioma oficial de la Iglesia católica, retumbó en todo el orbe y causó alegría entre los paraguayos, la mayoría de los cuales profesa la fe católica.
Dominique Mamberti fue el cardenal encargado de anunciar quién era el nuevo papa. Y al pronunciar su nombre y mostrar el rostro del sucesor de Francisco todos vieron al 267.° sucesor de Pedro, el pescador de Galilea, quien había sido elegido por el propio Cristo, según la Biblia.
El cardenal estadounidense, que tiene nacionalidad peruana, Robert Francis Prevost, de la orden de San Agustín, de 69 años, fue elegido papa. Su nombre ahora es León XIV. Nació el 14 de septiembre de 1955 en la ciudad de Chicago, estado de Illinois, Estados Unidos. Vivió, como misionero, varios años en Perú, cuya nacionalidad adoptó y donde fue arzobispo de la diócesis de Chiclayo hasta que fue llamado a Roma para trabajar en la curia del Vaticano.
Su trabajo, primero como simple sacerdote de la orden de San Agustín, y luego por su importante tarea como obispo en el Perú, hizo que los ojos del Vaticano se fijaran en él para la delicada tarea que le encomendaron después en la cima de la Iglesia.
El 30 de setiembre de 2023 fue proclamado cardenal de la Diaconía de Santa Mónica por el papa Francisco. Recibió la misión de administrar el Dicasterio para los Obispos, lo que lo llevó a relacionarse de cerca con numerosos prelados de todo el mundo.
Los especialistas del Vaticano consideran que sus opiniones son cercanas a las del fallecido pontífice argentino. Afirman que el talante moderado que tiene como religioso y sus cualidades de docente, lo posicionan al nuevo papa como puente entre los sectores conservadores y reformadores de la Iglesia, lo que habrá sido una de las principales cualidades que le valieron ante la opinión de los cardenales para ser elegido al frente de la Iglesia. Se cree que los electores tanto del sur como del norte de nuestro continente habrán sido decisivos para inclinar la votación final de los eclesiásticos.
Por su cercanía con el anterior papa, se estima que el actual León XIV es un moderado seguidor de Bergoglio, por lo que muchos sectores de la Iglesia esperan que pueda continuar su corriente de pensamiento en el trabajo de la Iglesia.
En su primer mensaje al mundo, desde el balcón central de la basílica vaticana que da a la plaza de San Pedro el nuevo papa afirmó a viva voz: “Que mi saludo de paz llegue a toda la Tierra”. Y pidió la ayuda de la gente para construir puentes de paz para buscar la justicia e invitó a hacerlo sin miedo alguno. Resaltó que Dios ama a la humanidad de manera incondicional y animó al mundo a caminar unidos, de la mano, con la convicción de que el mal no prevalecerá.
En un momento de su mensaje inicial desde el Vaticano lo hizo en lengua castellana, idioma que habla bien como exmisionero en Perú, cuya nacionalidad adoptó. Sus palabras en nuestra lengua no son un mensaje más, sino comportan un desafío importante para esta parte del mundo para optar por el compromiso de la fe que tienen la mayoría de los habitantes de esta región donde él ha predicado como sacerdote.
Es el segundo papa que surge del continente americano, con varios años de servicio en Sudamérica, lo que llena de orgullo a muchos que se percatan de que nuestro continente tiene un peso fuerte en la Iglesia, desde que en el 2013 se eligió al argentino Mario Bergoglio. Ojalá que el trabajo del nuevo pontífice ayude a que haya verdadera paz entre los pueblos del mundo, como señaló en su mensaje.