La donación de 330.000 conjuntos de muebles escolares, que beneficiarán a más de 700.000 niños de instituciones públicas al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) por parte de Itaipú está siendo ampliamente cuestionada por un sector de políticos y medios asociados a la oposición al Gobierno. La adquisición de muebles por 31 millones de dólares que no saldrá del presupuesto del Estado si no de la entidad binacional, que constituye una de las más importantes ayudas recientes a la educación paraguaya, representa para ellos un hecho depravado al que le están poniendo toda suerte de obstáculos para que no se concrete.
No importa si más de 700 mil niños quedarán sin los nuevos muebles que se gestionan. Lo que interesa es el afán de destruir todo lo que se hace para ayudar a la gente más necesitada del país que requiere muchas inversiones para estar mejor. Si los escolares continúan sin muebles o con sillas y pupitres rotos en sus escuelas, es un tema que no les interesa. Lo importante es atacar al Gobierno y todo lo que realiza, sin importar el daño que están ocasionando.
El juego de muebles adquiridos por Itaipú está compuesto por un pupitre y una silla. Son 330.000 unidades, que si se multiplica por dos turnos de clases, significa que los usarán 660.000 chicos. Y si en las escuelas se tienen más de dos turnos, con clases nocturnas, el total de beneficiados llegaría a 990.000 estudiantes. Pero como no todas las escuelas públicas tienen tres turnos, haciendo un cálculo conservador se puede afirmar que tales muebles los usarán por lo menos 700.000 estudiantes, en todas las escuelas con dos turnos y un sector de ellas con tres.
El mobiliario para las escuelas debe entregarse a partir de este mes para beneficiar a los chicos que están iniciando el año escolar. Por lo tanto, no se pueden esperar meses para ello, sino actuar con rapidez para satisfacer los requerimientos de los escolares.
Esa es la idea de las autoridades nacionales, que pretenden que la mayor cantidad de estudiantes inicien su ciclo escolar en mejores condiciones que antes con los muebles adquiridos. Por ello una de las condiciones de la adquisición es la pronta entrega para el uso de los chicos.
Uno de los ataques más furibundos es porque los muebles serán de origen chino y no de procedencia paraguaya. Por lo que centraron su crítica en que no serán de producción nacional. No importa si la industria nacional no tiene condiciones para cumplir los requerimientos.
Fuentes de la binacional explicaron que antes de la compra a la firma china las empresas paraguayas que fabrican muebles fueron consideradas por la Itaipú. En mayo de 2024, ingenieros de la entidad visitaron a los principales proveedores de muebles del MEC para ver su capacidad de producción.
Y encontraron que todas podrían producir solo 50.000 muebles al año y no podrían cumplir con el pedido. Con ello no se alcanzarían las 330.000 unidades requeridas en el plazo establecido para cumplir con el MEC.
En consecuencia, la Itaipú optó por adquirir los muebles de origen chino, con la exigencia de mejoras en calidad y garantía. Por ello se impuso una garantía de tres años y la exigencia de que los bienes defectuosos deben ser reemplazados de inmediato. La binacional no hará adelantos de pagos.
Teniendo en cuenta los hechos, queda claro que los opositores a la compra de muebles solo están interesados en el ataque político al Gobierno por una adquisición realizada por una entidad que no utiliza dinero de los contribuyentes. Lo que no significa que esté realizando un hecho ilegal o cuestionable, como quieren dar a entender los mentirosos.
Es un organismo binacional totalmente independiente en su gestión de gastos de acuerdo con las normas que le rigen. Por eso no corrió en el Congreso el pedido de algunos opositores de impedir la adquisición del mobiliario. Como dijo un alto directivo de Itaipú, esto se convirtió en una cuestión política y no técnica.
No valorar que, por primera vez en muchos años, se estén adquiriendo muebles escolares que usarán más de 700 mil niños es no tener sentido de la realidad. Como ocurre con los enfermos de ciertas dolencias psicológicas que no pisan tierra y necesitan tratamiento psiquiátrico.