La elección presidencial en los Estados Unidos el día 5 de noviembre culminó con la contundente victo­ria del candidato del Partido Repu­blicano, Donald Trump, quien de esta manera se convierte en el 47.° presidente, luego de ocupar dicho cargo en un período anterior (2016-2020).

Lo sucedido, sin embargo, debe­ría tener un agregado importante y diferente para Paraguay. Tenemos una brillante oportunidad logrado por méritos propios, poniendo en marcha una estrategia de orden económico como nunca se ha hecho en nuestra historia.

Esta estrategia toma en cuenta que el mundo está dividido por dos grandes referentes. Por una parte, los Estados Unidos y, por el otro, China continental. En la región, observamos que países como Brasil, Colombia y hasta Chile se vienen decidiendo por fortalecer sus relaciones con China y mientras que nuestro país siga apoyando a Taiwán –que para el Gobierno chino es una isla que pronto debe volver a su dominio– Paraguay debe acer­carse todavía más a los Estados Unidos.

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Y no solo para exportar nuestros productos hacia este país, sino tam­bién para que empresas de los Esta­dos Unidos vengan aquí ofrecién­doles incentivos que en ningún otro lugar van a conseguir.

La consigna estratégica es hacer de una parte de nuestro territorio zonas de libre comercio para que empresas como por ejemplo Tesla, propiedad del multimillonario Elon Musk, quien participó de manera activa apoyando al ahora presidente Trump en la reciente compulsa electoral en su país, venga al Para­guay y desde aquí exporten hacia el mundo sus diversos productos. Lo mismo decimos para las empresas de la Unión Europea (UE), hastia­dos de las regulaciones, impuestos y trabas burocráticas.

Para citar, la empresa Tesla, liderada por Elon Musk, diseña, fabrica y vende automóviles eléc­tricos, sus componentes, techos solares, instalaciones solares fotovoltaicas y baterías, como otros emprendimientos, y de ese modo Paraguay ofrece lo que tenemos y otros países no tienen: estabilidad política y económica con un ambiente de predecibi­lidad a largo plazo garantizado por el grado de inversión por parte de calificadoras interna­cionales.

Esto es de resaltarse si tomamos en cuenta que Argentina, aún con sus debilidades económicas cono­cidas por todos, está llamado a ser con el gobierno de Trump en el gran socio de los Estados Uni­dos en la región. Y ¿por qué noso­tros no podríamos ser parte de esa alianza estratégica? Lo podemos hacer porque contamos con lo que toda inversión requiere.

La instalación de fábricas y servi­cios en nuestro país como la men­cionada empresa Tesla y de otros lugares será el comienzo de una era de prosperidad nunca antes vista, beneficiando a toda la población de la que forma parte mayoritaria nuestros jóvenes ansiosos por tra­bajar y capacitarse.

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