Nuevos datos divulgados la semana pasada por la autoridad monetaria confirman el buen momento económico del país, pues el crecimiento sigue en alza. A pesar de la ligera disminución del incremento registrada en agosto, todo apunta hacia arriba. Por eso el Paraguay no es solo el de mayor crecimiento de esta parte de América, como ya lo señaló el Banco Mundial, sino que apunta a seguir creciendo más.
Aunque este aumento en la actividad económica no es del agrado de ciertos sectores opositores, pues va contra su propaganda política, la realidad es que la creación de más riqueza con el alza de la producción agropecuaria e industrial es un hecho indesmentible. Lo más importante es que el crecimiento extenderá su movimiento expansivo para influir en el mejoramiento de la calidad de vida de mucha gente. Porque al fin de cuentas el principal sujeto de la actividad económica debe ser la persona humana y su comunidad.
De acuerdo con las estadísticas del Banco Central del Paraguay (BCP), el crecimiento de la actividad económica en agosto fue del 1,6 %, y de enero al octavo mes ha alcanzado el 4,2 %, gracias a que en todo ese período se ha tenido un buen desempeño. Abril ha sido el mes en que se registró la mayor alza de la economía, con un incremento del 7,8 %, en tanto que marzo, con 0,2 %, fue el de menor crecimiento. En enero se anotó un incremento del 5,5 %, seguido por otro importante aumento en febrero, que registró 6,2 %. En mayo la actividad económica creció 3,1 %, mientras que en junio subió 3,9 %, llegando a julio a uno de los más altos niveles, con 5,3 %.
Lo importante es que se ha registrado el buen desempeño de los servicios y manufacturas, con un alza menor en la actividad agrícola y una caída en la generación de energía eléctrica, la construcción y la ganadería. Entre las manufacturas, las actividades con mejor rendimiento fueron la producción de los molinos y panaderías, los productos químicos, textiles y prendas de vestir, cueros y calzados, industrialización de minerales no metálicos, maquinarias y equipos. Sin embargo, cayó la producción de azúcar, lácteos, aceites, carnes bebidas, tabacos, maderas, papel y productos de papel.
Otra de las noticias que pueden ayudar al optimismo es que el déficit fiscal está declinando, detalle muy significativo si se tiene en cuenta que ese es un fuerte indicador de cómo se están llevando las finanzas del país, mediante las buenas recaudaciones fiscales y la prudencia en los gastos públicos. Al término de setiembre el déficit fiscal acumulado es el equivalente al 1,1 % del producto interno bruto, por lo que el saldo deficitario anualizado es del 3,6 % del PIB, que está por debajo del registrado a fines de 2023.
Los ingresos obtenidos por los organismos recaudadores anotaron un incremento del 17,4 % al término de setiembre, debido a la buena gestión de los mismos y al comportamiento de la actividad económica. El aumento proveniente de los impuestos cobrados es del 15,3 %, con un alza del 21,7 % de los tributos internos y del 19 % de los impuestos externos. Los ingresos no tributarios tuvieron un alza del 7,8 %, gracias a la contribución de las hidroeléctricas Itaipú y Yacyretá.
Hasta setiembre, los gastos estatales tuvieron un incremento acumulado del 13,8 % que se ha producido sobre todo por la suba en los pagos realizados por los bienes y servicios, intereses y remuneraciones.
Un detalle importante que vale la pena destacar es que los gastos relacionados con la administración del Gobierno tuvieron una disminución del 9,2 % en los nueve primeros meses de 2024, lo que hay que mantener e incluso aumentar. Mientras que para salud se gastó 18 % más, para educación 19 % más, en tanto que la seguridad social tuvo un alza del 11 % y la seguridad 11 % más.
Teniendo en cuenta estos elementos, se puede afirmar que las finanzas públicas están mejorando, para lo que se debe mantener el principio de gastar menos y recaudar más. Y a medida que la situación económica se vaya consolidando, hay que hacer que se traduzca en la mejor calidad de vida de la ciudadanía.