El presidente de la República, Santiago Peña, estuvo en el traspaso de mando del nuevo mandatario de la República de China (Taiwán), Lai Ching-te, para rea­firmar los lazos históricos y estratégicos que unen a los dos países hace casi siete décadas. La presencia del jefe de Estado en el mencionado acto de Taipéi es una muestra de la continuidad de la política exterior con ese país, que tiene gran rele­vancia. Puede marcar el comienzo de una nueva era de cooperación y desarrollo entre ambas naciones con el aumento del volumen del comercio y mayor cantidad de proyectos tecnológicos conjuntos. Por­que hay nuevos desafíos y propuestas que se han ido sumando en los últimos años para más realizaciones en diversas áreas de la actividad económica.

Peña explicó la importancia de las rela­ciones con ese país, cuando señaló: “Nuestra relación con Taiwán es un testi­monio de la verdadera amistad y la solida­ridad internacional. A lo largo de los años, hemos trabajado juntos para promover el desarrollo, la democracia y el bienestar de nuestros pueblos”.

Fue más allá cuando manifestó que en este nuevo periodo presidencial del país amigo se reafirma el compromiso de seguir trabajando con Taiwán mediante la búsqueda de nuevas oportunidades de cooperación en el comercio, la tecnología y la educación.

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Para el presidente paraguayo es muy importante la relación estrecha con la República de China, ya que “Paraguay también espera ser como Taiwán, invir­tiendo en sus recursos humanos más pre­ciados con valentía, resiliencia, diligen­cia y trabajo duro, para así convertirse en un país altamente desarrollado”, señaló cuando arribó a Taipéi.

La República de China, más conocida como Taiwán, es una nación amiga de Paraguay desde hace 67 años con la que tiene excelentes relaciones diplomáti­cas, comerciales y humanas. Está unida a nuestro país en su lucha contra el autori­tarismo político y la pugna por instalar la democracia en el gran país de Asia, luego de que sus libertades hayan sido cercena­das por el régimen comunista dirigido por Mao Zedong, desde los años 40 del siglo pasado.

Cuando el gobierno libre chino se instaló en Taiwán, al mando del presidente liber­tario Chiang Kai-shek, recibió el recono­cimiento de muchos países del mundo, incluso de la Organización de las Nacio­nes Unidas (ONU), que después se fue dejando de lado. Paraguay estableció vín­culos oficiales con la China libre en 1957, y actualmente es una de las pocas nacio­nes del planeta que mantiene su relacio­namiento con esa República. A raíz de los lazos cultivados a lo largo de las décadas, ahora es uno de los asociados de mayor relevancia en las actividades económicas, comerciales, políticas y culturales.

Hay que resaltar que la amistad y la con­fianza que existen entre ambos países no son meras expresiones de palabras, por­que se demuestran en numerosas realiza­ciones. Se puede resaltar que la coopera­ción se ha hecho efectiva a lo largo de las décadas en la firma de 70 convenios de asistencia que están encaminados a pro­porcionar el mejoramiento de la producti­vidad y la producción, el sostenimiento de nuevos proyectos de índole social y la for­mación de los recursos humanos de nues­tro país. Mediante la ayuda se han hecho efectivas las transferencias de conoci­miento, la tecnología e innovación en diversos campos, que benefician a varios sectores importantes de nuestra nación.

De acuerdo con lo señalado por un ex can­ciller paraguayo, la cooperación bilateral que se ha tenido con Taiwán a lo largo de los años ha sido una de las más fructíferas de la historia y se ha sostenido y ampliado con las visitas oficiales de los jefes de Estado, ministros, representantes de numerosos organismos nacionales a la capital china, así como la venida a nuestro país de gran cantidad de dignatarios, téc­nicos y empresarios taiwaneses.

En la actualidad se consolidará aún más esa relación entre ambos pueblos que han demostrado ser colegas inigualables a lo largo de varias décadas. Porque ese es uno de los propósitos expuestos por las auto­ridades nacionales que se encuentran en esa lejana República. Es más, se fue­ron a ese país también para llevar a cabo encuentros con empresarios y entidades que tienen interés en realizar inversiones en Paraguay, como lo han hecho numero­sas empresas en los últimos años, en que Taiwán ha demostrado ser un excelente socio.

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