Las naciones del mundo tienen siempre como principal propósito aumentar su producción, incre­mentar su comercio, ir obteniendo mayores utilidades en sus transacciones para conseguir mayor estabilidad econó­mica y acelerar el progreso. Para ello se esfuerzan con entusiasmo tomando nume­rosas decisiones económicas y financieras, insistiendo en el trabajo constante, tra­tando de producir más y gastar menos. Y en ese afán buscan que las inversiones crezcan fuertemente, para lo que buscan que el aho­rro interno se aproveche para producir más y que los capitales externos ingresen para ese mismo propósito.

Los países que han crecido mucho y han dado pasos de gigante en los últimos 50 años así lo demuestran, y son un ejemplo a seguir por los que deseen mayor progreso. Algunas naciones asiáticas, como Corea del Sur y Tai­wán, son un ejemplo de eso.

El Paraguay, que carga sobre sus hombros la rémora de la pobreza y el subdesarrollo desde la guerra genocida contra la Triple Alianza, está luchando hace varias décadas para levantar cabeza.

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Mediante el esfuerzo realizado tiene como uno de sus principales capitales una macro­economía estable, con reglas claras en sus manejos, bajas tasas impositivas y una política previsible. Todos estos elementos lo hacen muy atractivo para aquellos que desean realizar inversiones y aumentar la producción económica. Por ello, el Gobierno está insistiendo en mantener y mejorar esas cualidades que hacen de nuestro país uno de los más atractivos para el ingreso de más capitales de cualquier parte del mundo.

El propósito de atraer más interesados a desarrollar el país con su capital financiero es uno de los puntales de la política guber­namental, que tiene como mejor aliado el ser previsible, una nación donde se puede pre­decir lo que vendrá y que no habrá sorpresas desagradables.

Para el presidente del Banco Basa y exminis­tro de Hacienda, Germán Rojas, el que ven­gan inversiones al país depende sobre todo de la previsibilidad. “Paraguay es uno de los países de la región donde se pueden estable­cer ciertas reglas de inversiones o pueden esperar ciertos resultados de inversiones que se realicen en función a la estabilidad que venimos manejando desde hace mucho tiempo”, dijo en su análisis de la situación actual. Agregó que la estabilidad económica del país es uno de los valores más importan­tes que se logró construir, porque fue fun­damental crearlo y sostenerlo en el tiempo. Y que los fundamentos de la economía se basan en la generación de empleo y el apoyo a los emprendedores.

Manifestó que, por todo ello, a pesar de los desafíos que tiene la economía nacional, las perspectivas económicas del país se mantie­nen alentadoras.

El presidente Santiago Peña, que es un fuerte promotor de nuevas inversiones para el país en los escenarios del mundo, conoce muy bien el tema y sabe qué están deseando los capitalistas. “El empresario está bus­cando reglas claras. Eso hemos escuchado en todos lados, pero también quiere que lo que le diga un presidente se sostenga en el tiempo. A lo largo de los años, y creo que a lo largo de estos 20 años, Paraguay ha man­tenido una consistencia en su modelo eco­nómico y aquí radica una gran fortaleza”, afirmó en una conferencia internacional.

Nuestro país no tiene secretos. Todos los logros conseguidos en los últimos años que exhibe como atractivos son el fruto de una política constante, con rumbo claro, que tiene el propósito fundamental de lograr el progreso mediante el esfuerzo, en medio de la estabilidad monetaria y macroeconó­mica. Los vaivenes de la política, que son propios de la democracia, no hacen mella en los pilares fundamentales de la activi­dad económica. Porque se tiene claro que lo que se ha logrado hay que mantenerlo y enriquecerlo para seguir rumbo a nuevas conquistas.

Por eso, con la posibilidad de no cometer errores notables, en Paraguay se puede pre­decir con mucha anticipación cuál será la inflación anual, a cuánto irán las tasas de intereses financieros y hasta dónde llegarán las cotizaciones de las principales monedas como el dólar y el euro.

Como ocurre con los pronosticadores del tiempo, que se guían por los fenómenos atmosféricos, Paraguay es altamente prede­cible teniendo en cuenta los elementos de su vida cotidiana. Y, al estar en todos los indi­cadores, no hay dudas de que tiene una altí­sima previsibilidad económica.

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