En 24 horas, el Gobierno dio un golpe contundente al crimen organizado con la toma de Tacumbú, la eliminación de numerosos criminales vinculados al narcotráfico y el apresamiento de maleantes que actuaban en la zona norte del país. Nunca en la historia reciente de nuestro país se ha dado un mazazo tan aplastante en tan poco tiempo gracias a la oportuna actuación de las fuerzas públicas en contra de los delincuentes más poderosos.
Las acciones denominadas operativo Veneratio, llevada a cabo en la penitenciaría de Tacumbú; operación Ignis, en el departamento de Canindeyú y operación Erebo, en el de San Pedro, en 24 horas, constituyeron el golpe de mayor relevancia ocasionada por las fuerzas del Gobierno al crimen organizado del país. El saldo es de 22 muertos de gente vinculada al delito y un suboficial de la Policía Nacional.
El operativo Veneratio (veneración en latín) se produjo el lunes en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú. En su transcurso se capturó al jefe narco que dominaba gran parte del penal y se sacaron 700 reclusos que fueron llevados a otras cárceles. En la lucha murieron 11 convictos y un efectivo policial.
La segunda acción por su importancia es la operación Ignis (fuego en latín) realizada en el departamento de Canindeyú, fronterizo con Brasil. Aquí se produjeron 9 muertes de los integrantes de una famosa estructura criminal de la zona y 10 detenidos.
La operación Erebo (infierno) se ejecutó en el departamento de San Pedro, donde se abatió a dos personas que enfrentaron a los efectivos del Gobierno. La acusación es que estaban involucradas en secuestros y en su poder se encontraron armas de fuego de guerra.
En los allanamientos que se produjeron las fuerzas públicas se incautaron de 30 fusiles, una ametralladora punto 50 y 19 cargadores 7,62, según el reporte oficial.
Refiriéndose a lo acontecido el lunes, el arzobispo de Asunción, cardenal Adalberto Martínez, afirmó que la realidad carcelaria del país concierne a todos y que el Estado debe controlar las penitenciarías en cumplimiento de sus funciones constitucionales. Lamentó las muertes y expresó su solidaridad con los familiares de los fallecidos.
En los hechos recientes, la guerra contra el crimen ha dejado muertos y heridos que lamentar. Pero lastimosamente en toda contienda armada es imposible impedir que haya afectados de esa gravedad. Y así como muchos criminales ocasionaron miles de víctimas mortales con su actuación delictiva a lo largo de estos años, esta vuelta les tocó a algunos de ellos sufrir el dolor en sus propias carnes. Desde el punto de vista humano, no es lo más reconfortante ni agradable, pero hay que comprender que cuando se hace la limpieza de un sitio es imprescindible apartar y tirar la basura acumulada como lo que es, una inmundicia.
Las acciones realizadas últimamente por diversos organismos públicos en la lucha contra el crimen son sin duda un gran logro del Gobierno que apenas tiene algo más de cuatro meses en sus funciones al frente de la nación. Y tiene el mensaje inconfundible de que no se tolerará al crimen organizado que se ha empotrado en el país a causa de la indolencia, la complicidad del gobierno anterior, su fuerza económica y poderío militar. Así como tampoco dejará de actuar contra cualquier tipo de delincuencia amparada en privilegios o posiciones de fuerzas ilegales.
Después de estos hechos, los grupos criminales del país, sus cómplices de afuera y de adentro, deben tener claro que se acabó el tiempo en que hacían lo que les daba en gana por la inutilidad de las autoridades. Esta administración ha demostrado con claridad que serán combatidos hasta que desaparezcan o se conviertan en la más mínima expresión del delito.
En su mensaje del lunes último el presidente Santiago Peña ha expresado claramente que hay que seguir luchando por un Paraguay más seguro.
“Pido a todo el país su apoyo para que erradiquemos a estas bandas que han traído de afuera un modelo de vida al margen de la ley que no representa al Paraguay. No va a ser una lucha fácil ni breve, pero estamos determinados a ir hasta el final para que las familias paraguayas vuelvan a sentirse seguras en su país. Esto recién empieza”, había sentenciado.