En otro año de las tradicionales festividades religiosas de Caacupé y la temporada alta que ingresa, la Patrulla Caminera vuelve a ser uno de los principales protagonistas por el importante rol que le ocupa. Esto se traduce en nada menos que la administración del tránsito en medio de miles y miles de peregrinantes en general.

Este estatus que tiene la mencionada institución, además de la atribución en los controles ruteros, requiere de una autoridad moral que transmita confianza y conciencia de responsabilidad a la ciudadanía en el cumplimiento de las normativas de tránsito.

Históricamente, la Caminera arrastra a cuestas mucha desconfianza, principalmente por el suspicaz manejo en los operativos de control, tildados mayoritariamente “de recaudación”, que sugieren crueles maniobras que perforan el bolsillo de los conductores. Estas concentraciones de gente en eventos habituales de nuestro país exigen un compromiso por encima de los intereses particulares siendo momentos clave para moralizar las acciones de una institución tan importante como es la Patrulla Caminera.

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El objeto de los controles, las pesquisas casi delincuenciales con altas sospechas de intención de coima, bajo hostigamiento con requisitos documentales y/o mecánicos –a veces fuera de las normativas ordinarias establecidas– generan una pérdida de respeto ciudadano con relación a la labor de los inspectores de tránsito. Las líneas disciplinarias, de comportamiento, o de honestidad que se demarquen desde las entidades que subordinan a la unidad de la patrulla serán imprescindibles para sanear el plantel.

Recientemente, con la organización de los operativos Verano y Caacupé, desde la Patrulla Caminera estuvieron instando a los conductores a portar todos sus documentos en físico, ya sean los personales o del vehículo. Que estos estén vigentes y en regla, con lo que desataron una ola de cuestionamientos, ya que no se dio lugar a la posibilidad de presentación de documentos en formato digital.

Desde el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) tuvieron que salir a dar aviso de que la cédula de identidad, la cédula verde, la licencia de conducir o la habilitación vehicular en formato digital son válidas y se pueden presentar en los controles ruteros de la Patrulla Caminera. De vuelta, sin necesidad alguna, desde la Caminera volvieron a quemarse con un tanteo que no precisamente se ajusta a la seguridad en el tránsito, que es el rol que les compete a sus funcionarios operativos.

La institución ya no tiene margen para embarrarse con medidas sospechosas ya que lejos de construir una garantía en las rutas para los conductores, estos se sienten amedrentados por los uniformados. De hecho, operativos de control que pudieran ser óptimos para atemorizar a los alcohólicos en las rutas fueron desacreditados con los años porque estas fiscalizaciones, especialmente veraniegas, eran más bien tildadas de apriete, lo que obligó la presencia de fiscales en los mismos.

Con el inicio de otra temporada alta y tras las festividades de Caacupé se anuncian controles en todas las rutas del país. Se valora la gestión, pero la presencia de los inspectores tiene que, necesariamente, representar seguridad en el camino, de lo contrario seguiremos con el desprestigio y la falta de garantías para quienes están al volante.

El dilema es si la Patrulla Caminera sale a recaudar o a ejercer el control respectivo en su misión de hacer cumplir las normas de tránsito como parte de la seguridad para los conductores. A todos nos conviene una Caminera saneada, institucionalizada, respetada; y en este contexto, debemos ser también autocríticos como parte de un Estado que tiene a buena parte del plantel con ingresos fuera del Presupuesto Nacional de Gastos. Esta es una realidad mientras la institución no asegure fondos para el pago de salarios de sus funcionarios y deleguen la tarea de recaudar para pago de sueldo, las intervenciones que ejecuten seguirán cargadas de sospechas.

La Patrulla Caminera es una institución muy importante en la seguridad del tránsito, debe contar con las garantías por parte del Estado y debe honrar su misión ante la ciudadanía.

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