A principios de noviembre se conoció oficialmente la deci­sión de los Estados Unidos de América de volver a comprar carne vacuna del Paraguay. La noti­cia largamente esperada por los sec­tores involucrados llegó en un buen momento, pues las exportaciones de ese producto no están teniendo el ritmo del año anterior en que se tuvieron exce­lentes números. De ese modo, luego de 25 años, un cuarto de siglo, la carne para­guaya volverá al país que constituye uno de los mercados más deseados por las naciones productoras. Hasta ahora sus principales proveedores de Sudamérica eran Brasil, Argentina y Uruguay, y ahora se suma el cuarto miembro del Merco­sur que faltaba en ese grupo. Desde hace pocas semanas, Paraguay forma parte de los 18 países del mundo que están habilita­dos para proveerle ese alimento al exigente mercado norteamericano.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) y el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (Aphis) publi­caron la decisión en el Registro Fede­ral de ese país el 14 de noviembre, por lo que a partir del 14 de diciembre venidero Paraguay podrá comenzar a exportar el producto.

Lo más llamativo de los últimos días es que dos de los principales frigoríficos del país ya concretaron la primera venta para la segunda quincena de diciem­bre. Los envíos iniciales serán de 10.000 toneladas, que aparte de su significación económica como venta de un producto nacional, constituye un paso muy impor­tante de la presencia paraguaya en el mercado internacional de la carne. Uno de los factores muy importantes será la calidad del producto nacional, porque tiene que ganar su espacio en el cupo de 65.000 toneladas destinadas a terceros países debido a la fuerte participación que tiene Brasil en ese mercado. Llama la atención la rapidez con que actuaron los frigoríficos nacionales que ya concreta­ron sus primeas ventas a Estados Unidos, pues la autorización de los organismos especializados de ese país se conoció solo hace unos pocos días.

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Se estima que luego de la exportación a Estados Unidos podrán venir pedidos de otros mercados exigentes. Hasta ahora los principales compradores de la produc­ción nacional son Chile y Rusia, a los que se sumaron últimamente la República de China (Taiwán), además de Brasil, Israel y Vietnam. Se estima que las ventas al nuevo cliente podrían significar por lo bajo un valor de 60 millones de dólares anuales.

En 2022 se registraron excelentes cifras en las exportaciones de carne vacuna, que permitieron facturar por 1.722 millo­nes de dólares, que significó un incre­mento del 7,16 % frente a las ventas de 2021, que alcanzaron los 1.598 millones de dólares.

Como ha dicho en su momento el presi­dente Santiago Peña, la apertura del mer­cado de la gran nación del norte es alta­mente positiva para nuestro país, porque es el logro de mucha gente que ha reali­zado enormes inversiones y del buen tra­bajo operado por las instituciones sani­tarias del área. Y, por otro lado, resaltó que está esperando que se pueda acceder a más mercados para la carne porcina y aviar, cuya producción se ha incremen­tado en los últimos años.

El incremento de las ventas de los pro­ductos de nuestro país tiene una gran relevancia económica, porque hay que seguir elevando los montos de las fac­turaciones de los artículos que se gene­ran con el trabajo de los paraguayos. De ese modo ingresarán más divisas para animar a los inversionistas a continuar derramando capital financiero en los negocios. Esto podría tener como efecto principal el crecimiento de la oferta de puestos de trabajo para los miles de para­guayos que necesitan oportunidades de empleo formales para su desarrollo per­sonal y familiar.

La apertura del mercado estadounidense a nuestro producto cárnico después de tanto tiempo es un hecho que debe incen­tivar a los empresarios nacionales para buscar más compradores y realizar nue­vas conquistas comerciales en el campo internacional.

Es un hito muy importante en nuestra historia económica. Y debe ser un empu­jón saludable para ir por más, obtener nuevos logros de relevancia y así con­tribuir a la recuperación económica tan ansiada. Es un desafío saludable y lleno de grandes expectativas para todos.

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