Entre las desprolijidades que se tienen en la conducción del Ins­tituto de Previsión Social (IPS) se suele acentuar el mal manejo administrativo y el crecimiento elevado de su endeudamiento. Pero paralelamente lo que las patronales y otros sectores adeu­dan a la institución por el no pago del aporte obrero-patronal alcanzan niveles muy preocupantes. En ambos casos, sus acreencias y sus deudas han tenido aumen­tos realmente escandalosos durante la administración estatal saliente.

Si los manejos desprolijos que le suce­den al IPS le ocurrieran a una empresa privada, ya se hubiera ido a la quiebra y cerrado sus puertas. Pero como es una entidad estatal sigue subsistiendo con sus innumerables dificultades tanto en los ingresos y egresos monetarios, como en la provisión de los servicios de la salud a sus asegurados.

Fuentes de la institución recordaron que desde 1980 hasta la actualidad se le debe al IPS 4 billones de guaraníes, en con­cepto de aportes patronales no pagados. Una enorme cifra que adeudan las empre­sas, tanto por lo que les corresponde abo­nar como patrones como en concepto de aporte del trabajador que les descuen­tan en su liquidación salarial. Un monto de dinero descomunal que habla de que la directiva del ente previsional no tuvo sufi­ciente capacidad para obligar al pago de sus obligaciones a los patrones. Los deu­dores no se animarían a deber tanta plata a los bancos o a otras entidades privadas, porque les obligarían a pagar so pena de recibir fuertes castigos financieros.

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Refiriéndose a la deuda patronal, un vocero de la institución señaló que no cree que ese monto sea incobrable, por­que hay maneras de ir exigiendo el pago. Lo que quiere decir que en último tér­mino el cobro es un problema de gestión. La tasa de morosidad es actualmente del 40 %, que se puede reducir fuertemente si la institución se pone a operar mecanis­mos para apretar a los deudores para que se pongan al día.

El Paraguay se encuentra en estos momentos inaugurando una nueva admi­nistración con el gobierno que asumió el 15 de agosto, que tiene como una de sus tareas ordenar el país en medio de las des­prolijidades encontradas y llevarlo a una etapa en que se obtengan mejores resul­tados. La situación de la entidad previ­sional es uno de sus objetivos, pues con el gobierno anterior sus deudas se incre­mentaron en más del doble porque no fue capaz de conseguir el pago de los aportes del sector privado más de lo que los cum­plidores abonaban. Por lo que las finanzas empeoraron significativamente.

Es hora de tomar el toro por las astas y tra­bajar por la solución de esos cuadros cau­sados por el mal manejo administrativo de la entidad previsional. Tanto el aumento de las deudas de la institución con sus pro­veedores, como el alto nivel de lo que le deben las patronales tienen una misma causa, el manejo inadecuado de parte de sus administradores en los últimos años. Y, por lo tanto, es cuestión de que los actuales responsables de la entidad tra­bajen con inteligencia y honestidad para cambiar la desastrosa realidad de la insti­tución que presta servicios a buena parte de la ciudadanía.

El desafío que se impone a la administra­ción actual es de enormes proporciones para hacer frente a la herencia recibida de los deshonestos que estuvieron aprove­chándose de la entidad, sea por la inac­ción culposa como por la contratación de endeudamientos elevados. Para eso requiere del apoyo del Gobierno, que es uno de los grandes deudores históricos y de la colaboración de las entidades empre­sariales que deben presionar a los patro­nes a pagar su cuenta.

La tarea de sanear la entidad previsional no será fácil teniendo en cuenta los com­plicados problemas que la aquejan. Pero tampoco será imposible mejorar su actual desastrosa situación mediante la buena conducción administrativa y el manejo adecuado de los servicios de salud y de jubi­lación que debe prestar a sus aportantes.

Es uno de los tantos retos que presenta la realidad nacional a las nuevas autoridades que están deseosas de hacer bien las cosas en todos los ámbitos. Que saben que para obtener los logros que se han propuesto deben dirigir correctamente las institu­ciones y hacer que se trabaje con honesti­dad y patriotismo.

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