Entre las novedades para medir la situación de las personas que habitan un país apareció hace algunos años el denomi­nado Índice de Pobreza Multidimensio­nal (IPM), que busca retratar la calidad de vida de los diferentes grupos que compo­nen una sociedad. No indaga solamente en la cantidad de pobres por sus carencias financieras o falta de ingreso moneta­rio, sino además por la falta de seguridad social, la carencia de viviendas y servicios, su situación ante la salud y el ambiente, además de su nivel y posibilidades de edu­cación. Se puede decir que es un invento novedoso frente a los simples censos de habitantes de un país, que miden la can­tidad de personas que viven en la nación, pero no indagan en su situación social, económica ni sanitaria.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) viene recogiendo datos desde hace algunos años para detectar la situación real de las personas con el mencionado índice de pobreza, más allá de la cantidad de habitantes.

El informe del organismo estatal recien­temente conocido indica que en el año 2022 el porcentaje de la población del total del país que está en la pobreza mul­tidimensional es del 17,6 %, y que ha dis­minuido en el último lustro. Esto significa que el año pasado los pobres multidimen­sionales del Paraguay sumaban 1.297.000 individuos. El estudio revela que de esa cantidad de personas, el 36,62 % vive en las zonas rurales y el 7,35 % está en las áreas urbanas, aunque la información adolece de algunos defectos, ya que no habla de qué pasa con la población nacio­nal restante.

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Los tópicos que más reducción han sufrido comparado con el 2021 son la falta de servicios para eliminación de basura, el uso de carbón o leña para cocinar y el trabajo de personas de entre 10 y 17 años. Es decir, hoy día se ha mejorado en esos capítulos.

Si se tiene en cuenta que en 2016, el Índice de Pobreza Multidimensional del país era de 34,28 %, la cifra de 17,6 % alcanzada en 2022 constituye prácticamente la mitad, lo que habla de un gran avance en la dis­minución de ese tipo de carencias. Pero en números absolutos el total de pobres encontrados con esas falencias de la vida cotidiana sigue siendo más de un tercio de la población nacional. Los departamen­tos con mayores zonas rurales son los que tienen más pobres multidimensionales, según la medición referida.

A pesar de que la pobreza multidimensio­nal ha declinado, sigue aún siendo alto el número de habitantes que está sumido en situaciones de carencias para alcanzar una existencia más digna. La posibilidad de que la mayor parte de los habitantes del Paraguay pueda mejorar su situación económica y social es una de las tareas ineludibles que tendrán que encarar las nuevas autoridades nacionales. Y para ello el presidente entrante, Santiago Peña, deberá hacer un gran esfuerzo desde la conducción de la administración estatal.

Los datos estadísticos de la situación actual de la población del país sobre la pobreza multidimensional serán muy valiosos para la planificación de la política gubernamental. Las autoridades entran­tes tienen en ellos la información más reciente de qué necesitan con más urgen­cia los grupos de habitantes de acuerdo con la región que habitan. Por ejemplo, no son las mismas necesidades las que tie­nen los que viven en el departamento de San Pedro que los que están en el departa­mento Central, para que las autoridades dispongan las medidas requeridas para el mejoramiento de los que viven en esos sitios.

De acuerdo con los detalles del informe, las regiones rurales son las que van a necesitar más ayuda que las zonas urba­nas para superar las carencias más fuer­tes. Aunque la cantidad de pobres, por su frágil situación financiera, es mayor en los centros urbanos, como la falta de empleo adecuado.

La lucha contra la pobreza y el mejora­miento de las capas sociales menos favo­recidas no será fácil. Esa tarea deberá ser acompañada por los más diversos grupos de la ciudadanía porque solo así se podrá enfrentar con éxito la disminución de la cantidad de pobres. Ya que requerirá tam­bién del esfuerzo personal de cada indi­viduo para aprovechar las oportunidades ofrecidas por el Estado y la sociedad.

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