A un mes y medio de la asunción del nuevo gobierno, los que serán los principales responsables ya están trabajando para ajustar todo y comenzar el traspaso del poder. Como la vida del país no se detiene, es clave comenzar la tarea lo antes posible.
Una de las decisiones cruciales de la política del gobierno entrante es determinar la marcha de la economía, en la que sobresale nítidamente la necesidad de pagar las grandes deudas del Estado que deja la administración saliente. Como el fisco no tiene fondos, se tendrá que conseguir dinero ya sea con la emisión de bonos o directamente con nuevos préstamos, con lo cual se incrementará el endeudamiento actual. El buen manejo del tema económico priorizando los intereses del país es un asunto determinante que estará en manos del nominado a futuro ministro de Hacienda, Carlos Fernández Valdovinos, quien tiene suficientes conocimientos económicos y experiencia financiera como expresidente del Banco Central del Paraguay (BCP).
El futuro ministro, junto con el equipo de transición, se reunió el miércoles con el actual titular de Hacienda, Óscar Llamosas, para abordar los temas relevantes, como el proyecto de Presupuesto General para el 2024, las deudas que tiene el Estado con las empresas proveedoras y las reformas económicas que se deben impulsar. “No podemos parar la marcha de la economía ni las reformas”, fue la frase con la que Fernández Valdovinos sintetizó la reunión en el ministerio económico.
Una de las principales tareas del nuevo equipo económico será presentar un plan de pago a las proveedoras del Gobierno, cuya ejecución podría darse solamente a través de una ley especial. Porque para ello se requerirían alrededor de 600 millones de dólares prestados. Según había explicado el funcionario, a través del cumplimiento de las obligaciones financieras se podrá evitar seguir perjudicando el buen desempeño del sector privado. Se estima que ese flujo de dinero hacia las empresas constructoras, farmacéuticas y demás acreedoras causará un fuerte impacto positivo en la economía.
Con la emisión de bonos o la contratación de nuevos préstamos para pagar las deudas, el déficit fiscal, calculado inicialmente para este año en 2,3 %, podría ascender hasta cerca de 5 %, como había señalado en su momento el ministro entrante. Lo que sería sincerar la situación financiera del país, cosa que dependerá también del Congreso, ya que para efectivizarlo se requerirá de una nueva ley.
Entre los nuevos elementos a considerar está el mejoramiento paulatino de la economía, que se nota incluso en el aumento del consumo, según los supermercados, cuya actividad ha vuelto a los niveles previos a la pandemia, de acuerdo con los reportes más recientes.
Los datos oficiales provistos por el BCP señalan que el proceso de recuperación de la economía se está cumpliendo según las previsiones, muy por encima de lo que había ocurrido en 2022 en que el crecimiento fue tan solo de 0,1 %. En el primer trimestre se tuvo un crecimiento interanual de 5,2 %, con lo que continúa la onda expansiva de la recuperación que se inició en el último trimestre del año anterior. El sector agrícola, la generación de energía eléctrica, los servicios y la ganadería están entre los principales impulsores de este crecimiento. Mientras que la construcción y otros sectores, como la manufactura, registraron resultados negativos, lo que atenuó el repunte.
Con este panorama, mezcla de mejora en el desempeño económico nacional y el déficit financiero del sector público, comenzará en breve la nueva administración gubernamental. Que tiene en su haber un aspecto muy positivo, y que consiste en que mucho antes de iniciar oficialmente su gobierno ya está trabajando en los principales temas de la conducción del país.
Este fenómeno se nota no solo en el área de las finanzas públicas, sino además en otras dependencias, como en la seguridad interna, la construcción de viviendas, la conducción del área de la salud, las relaciones exteriores, etc.
Nunca antes se había visto semejante iniciativa de trabajo de un gobierno que está por asumir, lo que demuestra que el país está ante gente muy seria y laboriosa en su futuro inmediato. Hecho que es una garantía para conseguir los objetivos propuestos por el presidente entrante de alcanzar mayor bienestar.