Muy cerca ya de las elecciones del domingo 30, es bueno que la ciudadanía vaya viendo las partes de los verdaderos rostros de ciertos candidatos y que se conozcan las mentiras que van encubriendo con sus discursos de ocasión. Para ello nada mejor que ir sacándoles las mascarillas, muchas de ellas ya muy conocidas, y mostrar las certezas indiscutibles que van a desenmascarar sus falsedades.
La experiencia demuestra que nada hay más peligroso que inventar ficciones para tratar de encubrir la realidad, porque más temprano que tarde desaparece la simulación y se divisan con todo su peso los acontecimientos de la existencia.
La ficción, por más imaginativa y agradable que sea, no puede reemplazar a la realidad. No es un hecho cierto. Y por ello solo sirve para entretener o para engañar, porque en el fondo es una falsedad, más o menos atractiva, pero una acción mentirosa al fin.
Eso es lo que ocurre cuando el candidato de la Concertación quiere buscar los votos de la gente haciendo promesas disparatadas, firmando ciertos documentos como el presidente de la República que no es, creando el gabinete de un gobierno inexistente, inventando hechos que no son. Al querer convencer que las mentiras que inventa son verdades irrefutables, comete actos de imperdonable deshonestidad en un político que está aspirando a la conducción del país. ¿Cómo la gente puede creerle a alguien que está mintiendo mediante las fábulas que inventa para afianzar su campaña electoral? ¿En qué cabeza entra que se le pueda dar fe a una ficción que puede ser un cuento más o menos atractivo, pero cuento al fin?
En todo caso se pueden aplaudir las ocurrencias según sean más o menos agradables para el buen humor y causen hilaridad, como se festeja la gracia de un payaso. Pero a nadie con la mente equilibrada se le puede ocurrir aceptarlas como si fueran una certeza indiscutible.
Eso es lo que ocurre cuando el candidato de la Concertación, pomposamente se apersona a una escribanía y, con la complicidad o buen humor del escribano, firma un decreto del Poder Ejecutivo, fingiendo ser el presidente de la República del Paraguay. Según las normas vigentes, un decreto del Ejecutivo es un instrumento legal que suscribe y puede firmar solamente la persona que ejerce la titularidad real de la Presidencia de la República. Y nadie más. Cualquier otra persona que dice firmar un decreto está cometiendo un acto de falsedad jurídica indiscutible o de ficción engañosa, que solo se puede aceptar en una obra teatral como parte de la ficción que se está representando sobre tablas.
Los escribanos son profesionales del derecho a cargo de la función pública que deben dar veracidad a los hechos realizados por ellos o sucedidos en su presencia, dándoles el carácter legal que corresponde y para otorgarles seguridad jurídica. Por eso, por ejemplo, cuando se vende un inmueble o alguien asume un cargo se hace ante la presencia de un escribano, a fin de otorgarle el peso legal necesario y respaldar la validez jurídica del hecho. No para mentir poniendo como ciertos algunos hechos de ficción, como en el caso que se comenta. A menos que se esté jugando y haciendo teatro para divertir a la platea.
Teniendo en cuenta los juegos de algunos políticos, no está demás afirmar que el presidente de la República del Paraguay y demás autoridades solo se eligen en los comicios generales establecidos según las leyes y que siguen las prescripciones del sistema jurídico vigente.
Las elecciones en las que se seleccionan a los principales funcionarios del país son los actos de mayor seriedad y trascendencia jurídica de la democracia. Sus consecuencias son inapelables y nada ni nadie puede objetar su validez ni cambiar sus resultados por ocurrencias o caprichos de ninguna índole. Por eso no es una redundancia insistir en estas aseveraciones, sobre todo teniendo en cuenta que existen candidatos que prefieren recurrir a la simulación para estafar a la gente y así ignorar y hasta rechazar la realidad.
Los cuentos y otras obras de ficción pueden resultar agradables y entretenidos. Pero a pesar de ello, constituyen solo una mentira. Y no es bueno dar alas a las falsedades, porque sería aceptar el engaño.
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Dani da Rosa: “Esta comedia va a dar mucho que hablar”
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Cristóbal Núñez
A partir del segundo semestre de este año estará en pantalla esta especial emisión diaria dirigida por los talentosos Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori. Serán 60 capítulos que comenzaron a rodarse en la semana y que se espera tengan también proyección internacional. Comedia, enredos, el humor propio que tanto contagia es la promesa de esta importante coproducción.
Alicia Guerra, Lali González, Ato Gómez y Paola Maltese son algunas de las figuras del estelar elenco de esta superproducción que buscará acercar la fidelidad de un público ansioso de volver a presenciar ficción nacional. Dani da Rosa, de HEi Films, comenta los pormenores de esta importante realización, una sitcom (comedia de situación) que se espera tenga un alto impacto nacional y regional.
“El proyecto por ahora se conoce como #SX1D, pero el nombre final se va a dar a conocer en las próximas semanas”, comentó explicando que también en ese momento se daría a conocer el horario en que se emitiría la tira, que será diaria y tendrá 30 minutos de duración por capítulo.
Más de un centenar de personas trabaja en estos días en HEi Studios en Lambaré grabando los capítulos en un despliegue técnico inusual. Puede verse la muy buena factura de la escenografía, que reproduce una casa familiar en la que ocurren las diferentes escenas entre adultos y adolescentes que se suceden en las tomas.
“Estamos muy felices en el rodaje y vamos a estar probablemente hasta finales de octubre, noviembre. Así que tenemos mucho trabajo y esperamos que sea del agrado de la gente porque también vemos como una necesidad el hecho de que la gente pueda reflejarse en la pantalla en situaciones cotidianas, que es lo que trae la sitcom. Esta comedia va a dar mucho que hablar y mucha alegría a la gente”, aseguró.
Aquí su diálogo con La Nación del Finde:
–¿Qué nos podés adelantar de la serie?
–La verdad que estamos muy felices. Se viene una sitcom en un principio de 60 episodios, producción de G-Studio, realización y dirección de Maneglia-Schémbori en un proyecto que venimos haciendo hace muchos años y ya tenemos el honor de poder decir que salimos al aire. Una gran coproducción, de la que hace parte el gran equipo de Telefuturo, con el que empezamos a hacer un partnership en donde vamos a trabajar en lo que tiene que ver con la emisión de aire local como en la coproducción de lo que soñamos con que sea la venta y el crecimiento internacional de este proyecto.
SERVICIOS DE PRODUCCIÓN
–¿Cuáles son las expectativas que hay?
–Ahora creemos que vamos a llegar a un nivel en el cual vamos a poder empezar a soñar con exportar servicios de producción. Es un sueño anhelado hace muchos años. Es la vuelta a la ficción diaria en un formato de humor, en un formato sitcom en donde no hay villana, como algunos piensan. Es algo mucho más que una novela. Pero también es como que tiene algún hilo de continuidad, cosas que a veces las sitcoms tradicionalmente no tienen, pero son 30 minutos de emisión diarios. Estamos muy felices, muy contentos.
–¿Será algo costumbrista, una comedia, qué desafíos plantea como productor?
–Sí, es una comedia de situación. Como productor el desafío más grande es el poder haber planificado todo esto, ¿verdad? O sea, desde el armado del diseño de producción, los guiones, el estudio, el poder proyectar los equipos, el trabajo, los directores, el canal que emite la edición, la verdad que fue un desafío muy grande. Recuerdo siempre en un curso de storytelling (narrativa de historias) que dimos, donde nos decían que los grandes sabios en algún momento, a finales del 70, 80, se dieron cuenta de que lo que existía no se les daba la posibilidad de poder crear. Entonces dicen que cuando la industria no te da eso que vos esperás de ella, tenés que encargarte de hacerlo.
ALIANZA ESTRATÉGICA
–¿Y cómo se encargaron de hacerlo ustedes mismos?
–Creo que es un trabajo que llevó muchos años, llevó hacer desde la primera película y ni qué decir todos los programas que hicimos, de toda la oportunidad de estar protagonizando dos series en aquel entonces, “Papá del corazón” y “De 1000 amores”, que fueron también en Telefuturo, donde aprendimos un montón y la verdad que es un trabajo enorme que tiene una logística gigante, una inversión muy grande. De antemano podemos decir que estamos cumpliendo con todo el trabajo con clientes, a quienes quiero agradecer de forma muy especial. Hay marcas que desde el momento cero, aunque vieron el primer episodio del piloto, se prendieron y la verdad que estamos muy felices, no íbamos a poder hacerlo sin los clientes, sin el equipo de Maneglia-Schémbori y Telefuturo.
–Supimos que serán unos 60 capítulos ¿Qué inversión?, ¿qué logística demanda una producción así?
–Para mí trabajar con Juanca y Tana es enorme, creo que ya veníamos hablando hace muchos años poder trabajar y poder soñar en hacer equipo y, bueno, se da por primera vez. Yo tuve la oportunidad de trabajar con mucha gente, pero nunca con ellos y la verdad que me encuentro muy feliz, disfruto mucho, aprendo mucho y creo que es un lindo matrimonio el que estamos llevando y ojalá pueda seguir siendo así y seguir creciendo en proyectos y, por qué no, lograr lo que todos buscamos como objetivo de llevar la industria audiovisual y los proyectos hechos en Paraguay al mundo.
–A niveles técnicos Paraguay no tiene nada que envidiar a la región. ¿Qué nos falta para producir en mayor cantidad?
–Hay series de muchos tipos, hay tiras diarias, series grandes. Hace poco se estrenó “El eternauta”, que creo marca un antes y un después para toda la industria de Latinoamérica. Ahora, a niveles técnicos, yo creo que no tenemos nada que envidiar a la región. Creo que en este momento no hay en ningún lugar de Latinoamérica, a excepción de Brasil, en el que se esté encarando un proyecto parecido al nuestro. En el sentido de acciones de volumen y de esta cantidad. Sí se están realizando otro tipo de series, miniseries, películas que son distintas a lo que estamos haciendo. Entonces creo que estamos por un camino en donde encontramos una oportunidad y algo que no se está haciendo a nivel regional.
VISITAS
–¿Qué contactos ya tuvieron con el mercado del exterior?
–Estamos recibiendo muchas visitas de afuera, estamos recibiendo también mucho interés en lo que se está creando y ya te adelanto que ya cerramos la firma con un país del norte de la región que va a tener su propia versión de lo que es este proyecto en formato sitcom también. Así que estamos muy felices, muy contentos con lo que estamos logrando y creo que si seguimos en este camino podemos ser muy buenos y podemos ser un punto de referencia en este tipo de producciones.
–Se tienen actores, músicos, guionistas, técnicos especializados, ¿cuál sería el factor en el que más insistirías para incrementar la producción de ficción de calidad?
–Sí, hay actores, hay música, guionistas, técnicos. La verdad que yo creo que si tengo que insistir en algún factor, es todo, porque finalmente es el huevo y la gallina. Nosotros hace cuestión de seis años, si no es más, insistimos y decidimos crear una mesa de guionistas que no había en Paraguay. Si bien hay guionistas, no hay una mesa que esté dedicada todo el día a hacer esto, ¿verdad? Esta misma mesa creó otro proyecto que en algún momento vamos a comentar, que va a ser de mucho orgullo como país, que creamos, hicimos y se vendió afuera.
–El guion como punto de partida es esencial…
–Claro, sin una idea, sin un guion se puede hacer muy poco. Nos preguntábamos por qué no hay muchas series y nos respondíamos: porque no hay guiones, o sea, los que había eran muy personales o eran proyectos de guion en los que se estaba esperando a que alguien financie para poder hacerlo. No voy a decir que no hay guionistas en Paraguay porque sí hay. Solo que en muchos casos muchos están a la espera de poder ser contratados o de poder crear algo específico. Después venía la otra pregunta: ¿por qué tampoco hay mucha demanda de proyectos audiovisuales como este? Entonces, empezamos a trabajar, a soñar, a pensar. Yo si me preguntan qué tenemos que incrementar hoy, tenemos que incrementar más actores, más técnicos, más guionistas, más músicos, más directores, más continuistas.
–¿Cómo se llega a esta meta?
–O sea, todo, necesitamos crecer. Porque va a llegar un momento y no muy corto en el tiempo en el que vamos a estar a tope de trabajo y vamos a necesitar sacar muchos más profesionales en cada una de las áreas, porque en el mundo audiovisual todas las unidades tienen que funcionar a la perfección y creo que ya estamos a nivel de calidad, pero necesitamos más profesionales. Tiene mucho que ver también con la educación. Por suerte ya hay escuelas y el mundo publicitario aportó mucho en el aprendizaje de lo audiovisual.
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Milei ataca con todo “la mentira” del cambio climático
En un extenso artículo, el medio RT se hace eco de lo expresado por el presidente de Argentina, Javier Milei, quien reiteró sus cuestionamientos al cambio climático. Para este fin, el mandatario recurrió a su cuenta de la red social X, en la que este domingo se valió de una publicación del periodista y escritor australiano Peter Clack que está en contra de la “estafa climática deshonesta liderada por la ONU”.
Para comenzar, el presidente escribió: “Otra mentira que se cae”. “A los que fruto de caer en la falacia de la autoridad (por incapacidad para tener pensamiento crítico) aceptaron el verso del cambio climático, les digo que es mejor aceptar que les mintieron a insistir en el error...”.
A continuación, el líder sudamericano reiteró las expresiones de Clack, que explica que “un siglo de registros climáticos de EE.UU. muestran con claridad que no hay ‘calentamiento global’ ni ‘crisis climática’ en ninguna parte del mundo”. “Tampoco sucederá”.
Alzando la apuesta, el periodista cuestionó a los “arquitectos de una estafa climática deshonesta liderada por la ONU que han utilizado falsamente al dióxido de carbono como un arma y mentido al mundo durante 40 años”.
Seguidamente, el australiano alzó otro mensaje que define como un “estudio geológico” que muestra que “no hay indicios de que el dióxido de carbono haya guiado o controlado alguna vez las temperaturas o el clima mundiales”. “Esta instantánea de 400.000 años forma parte de una era glacial que duró 2,58 millones de años y que aún continúa. Los ciclos de la era glaciar y los interglaciares no implicaron en absoluto la presencia de dióxido de carbono”, sostiene.
El medio aclara que lo expresado por el presidente argentino fue una continuidad de su exposición del 23 de enero en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, oportunidad en dijo que “el ‘wokismo’ se manifiesta en el siniestro ecologismo radical y la bandera de cambio climático”.
Reflexionó que “conservar nuestro planeta para las futuras generaciones es cuestión de sentido común, nadie quiere vivir en un basurero, pero el ‘wokismo’ se las arregló para pervertir esa idea elemental de preservar el medio ambiente para el disfrute de los seres humanos”.
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“Ahora pasamos a un ambientalismo fanático donde los seres humanos somos un cáncer que debe ser eliminado y el desarrollo económico, poco menos que un crimen contra la naturaleza. Cuando uno argumenta que la Tierra ha tenido ya cinco ciclos de cambios bruscos de temperatura y que en cuatro de ellos el hombre ni existía, nos tildan de terraplanistas para desacreditar nuestras ideas, sin importar que la ciencia y los datos estén de nuestro lado”, argumentó.
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Coincidencia: la ética de la IA preocupa a la Unesco y al Vaticano
- Por Ricardo Rivas
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza/AFP
Muchas grandes obras calificadas de “ficción distópica” advierten sobre agobiantes prácticas políticas y sociales que desde el poder se planifican y gestionan hasta nuestros días. ¿Ficción distópica o advertencia sensata?
Tal vez la Inteligencia Artificial (IA) –así, las dos con mayúsculas como iniciales– sea la primera movida tecnológica fuerte del siglo XXI. Después, seguramente, la aldea global conocerá otras que quizás tendrán menor impacto social porque serán menos las personas que puedan recordar y contar cómo transitaron los avances arrolladores casi sin pausas que se conocieron desde cuando promediaba la centuria pasada. Las preocupaciones se expanden ante lo nuevo y desconocido. Los líderes en no pocos casos carecen de respuestas ante tantos interrogantes y, lo que añade complejidad social, hay incertidumbre sobre lo que viene.
La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) procura amortiguar los efectos y consecuencias no deseadas de la innovación. Desde largo tiempo –a propósito de la irrupción de la IA y su expansión– analiza la situación. Y lo hace desde el reconocimiento de “las repercusiones positivas y negativas profundas y dinámicas de la IA en las sociedades, el medio ambiente, los ecosistemas y las vidas humanas”, pero “en particular” pone especial énfasis en la afectación que ese desarrollo en particular produce “en la mente humana, debido en parte a las nuevas formas en que su utilización influye en el pensamiento, las interacciones y la adopción de decisiones de los seres humanos” y cómo “afecta en la educación, las ciencias sociales y humanas, las ciencias exactas y naturales, la cultura, la comunicación y la información (…) para contribuir a la paz (para) asegurar el respeto universal a la justicia, a la ley, a los derechos humanos y a las libertades fundamentales que se reconocen a todos los pueblos del mundo”.
En ese contexto, desde el 23 de noviembre de 2021, los Estados miembros de la Unesco acordaron y emitieron un documento de plena vigencia al que llaman “Recomendación sobre la ética de la Inteligencia Artificial”. Treinta y un meses pasaron desde entonces. Las preocupaciones crecen. A la Inteligencia Artificial (IA) el papa Francisco la considera “un instrumento fascinante y tremendo”. El Estado Vaticano es miembro observador en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en la Unesco. Sigue esos debates con particular atención.
De allí que el pontífice así se expresó ante los “líderes del Foro Intergubernamental del G7″, un puñado de días atrás, cuando se reunieron en Borgo Egnazia, Apulia, Italia. Con atención extrema y en profundo silencio, lo escucharon la anfitriona, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; y sus homólogos Justin Trudeau, de Canadá; Emmanuel Macron, de Francia; Olaf Scholz, de Alemania; Rishi Sunak, del Reino Unido; Fumio Kishida, de Japón; Joe Biden, presidente de los Estados Unidos; Ursula von der Leyen y Charles Michel, de la Unión Europea. El líder religioso de los católicos –también jefe de Estado de una monarquía teocrática– destacó luego ante sus pares que la IA es un “producto extraordinario del potencial creativo que poseemos los seres humanos”.
CRECIENTE INFLUENCIA
Luego de puntualizar cuáles son algunos de los espacios en los que ese desarrollo tecnológico se aplica con fines diversos –aunque como supuesto– estimó que “su uso influirá cada vez más en nuestro modo de vivir, en nuestras relaciones sociales y en el futuro, incluso en la manera en que concebimos nuestra identidad como seres humanos”. Pero con su reflexión fue más allá. Francisco, como supuesto aglutinante, expresó que los allí reunidos “aunque en diferente medida, estamos atravesados [y relacionados con la IA] por dos emociones: somos entusiastas cuando imaginamos los progresos que [de ella] se pueden derivar (…), pero, al mismo tiempo, nos da miedo cuando constatamos los peligros inherentes a su uso”.
Coincidente con los contenidos de la recomendación de la Unesco –aunque con tono precautorio– admite que “no podemos dudar, ciertamente, de que la llegada de la inteligencia artificial representa una auténtica revolución cognitiva-industrial, que contribuirá a la creación de un nuevo sistema social caracterizado por complejas transformaciones de época”. Para fortalecer su argumentación y a modo de “ejemplo” enumera que la IA “podría permitir una democratización del acceso al saber, el progreso exponencial de la investigación científica, la posibilidad de delegar a las máquinas los trabajos desgastantes”, pero advierte que también “podría traer consigo una mayor inequidad entre naciones avanzadas y naciones en vías de desarrollo, entre clases sociales dominantes y clases sociales oprimidas” y no duda en señalar que ello supone un “peligro” para la construcción de “una cultura del encuentro” por la que aboga incluso desde tiempos anteriores a la casi docena de años que se extiende su papado y, por tanto, cree que puede favorecer el desarrollo y la consolidación de “una cultura del descarte”.
Desde ese lugar, entonces, propone a los líderes y lideresas que lo escuchan “una reflexión a la altura de la situación” porque “los beneficios o los daños que esta [la IA] conlleve dependerán de su uso” y, en su parecer, “el uso de nuestras herramientas [creadas a lo largo de la historia] no siempre está dirigido unívocamente al bien”. ¿Pesimismo papal?
LA GUERRA DE LOS MUNDOS
Orson Wells (1915-1985), cuando era un joven de 23 años, el domingo 30 de octubre de 1938, a las 20:00, en los Estados Unidos, interpretó “La guerra de los mundos”, en un radioteatro con el que adaptó para relatar en ese formato un capítulo de una novela de Herbert George Wells (1866-1946) con el mismo título, que se emitió a través de la red de emisoras de la Columbia Broadcasting Sistem (CBS). Lo que Orson –una persona lúcida comprometida con su tiempo– imaginó como actor y radiodifusor, sucedió. Su trabajo tuvo altos niveles de audiencia y fuerte impacto en el conjunto social porque el relato daba cuenta de la llegada a la Tierra desde Marte de naves extraterrestres cuyos ocupantes –”los marcianos”– procuraban invadir el planeta y esa intención desató una guerra contra los invasores de graves consecuencias.
Con el paso de las horas y de los años, algunos relatos de aquel suceso, totalmente falsos, dieron cuenta de que la emisión aterrorizó a la población norteamericana hasta el punto de entrar en pánico y saturar con sus llamadas a las centrales telefónicas de la policía en demanda de auxilio. Hasta nuestros días en el Van Nest Park de Grover’s Mill, New Jersey, relativamente cerca de New York City, se recuerda aquel suceso con una placa en el punto exacto donde “aterrizaron” las naves marcianas agresoras.
Un relato falso de toda falsedad cuando la radiotelefonía era significada como el más novedoso desarrollo tecnológico en esos años ingresó de lleno y para siempre en la memoria del mundo que recuerda una invasión que, si bien nunca existió, fue suficiente para construir una amenaza para la humanidad por parte de una civilización de la que se desconoce si existe.
¿Hubiera sido posible sin la radio? Cuarenta y un años antes, Guillermo Marconi, el 14 de mayo de 1897, realizó la primera comunicación inalámbrica abierta de la historia que fue desde el canal de Bristol en Inglaterra hasta la localidad de Penarth, en Gales. “Estás preparado”, el mensaje de dos palabras emitido recorrió con éxito los 6 kilómetros que separaban las dos localidades. Fue recibido alto y claro. Aquel enorme avance tecnológico en un breve lapso de tiempo devino en una herramienta de enorme valor para el rescate de los náufragos del Titanic, el 15 de abril de 1912, y del Lusitania el 7 de mayo de 1915. Dos catástrofes que también se inscribieron para siempre en la historia marítima.
La radio era lo más. A tal punto que Marconi y el físico alemán Carl Ferdinand Braun en 1909 recibieron el Premio Nobel de Física por la contribución a la humanidad de aquel desarrollo tecnológico que tanto fue aplicado cuando graves emergencias y catástrofes para resolverlas o amortiguar sus efectos negativos como para desarrollar operaciones de producción de sentido para bien o para mal. ¿También entonces había quienes creían que posible es todo?.
EL GRAN HERMANO
Eric Blair, nacido en la India en 1903 y fallecido en Londres en 1950, es conocido y reconocido en los ecosistemas literario y académico como George Orwell y por un título fundamental de su autoría para quienes asumimos la ciencia de la comunicación como una pasión. Educado en Eton –donde no toda la población de la Gran Bretaña puede hacerlo– es el autor de “1984″, un texto al que muchos definen como una novela política de ficción distópica, que fue publicada el 8 de junio de 1949. En sus páginas nace la idea del Gran Hermano o Hermano Mayor, gestado primero y asociado después con el panoptismo que cuando finalizaba el siglo XVIII construyó el filósofo Jeremy Bentham, que hizo foco con sus estudios sobre las estrategias de vigilancia, poder y control que el capitalismo procuraba aplicar sobre obreros y obreras para optimizar producción y rentabilidad.
Bentham descubrió que aquellos objetivos se tenían presentes a la hora de diseñar y construir establecimientos industriales. Orwell, que profundizó en el estudio de aquellos conceptos, encontró en ellos el gen de muchas de las agobiantes prácticas políticas y sociales que se desde el poder se planifican y gestionan hasta nuestros días. ¿Ficción distópica o advertencia sensata?
La Real Academia Española de la Lengua (RAE) llama “distopía o cacotopía” a una “utopía negativa” en la que “la realidad transcurre en términos antitéticos a los de una sociedad ideal, representando una sociedad hipotética indeseable”. De allí que “1984″, la novela de Orwell categorizada como “política de ficción distópica”, tal vez no sea incorrecto señalarla –también según la RAE– como una “representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”.
¿Ficticia? Permítanme la duda, por favor. La cadena televisiva norteamericana ABC produjo y presentó entre el 31 de marzo de 1987 y el 12 de mayo de 1988 la serie “Max Headroom”. Acerca de aquel producto televisivo de consumo masivo, muchos años después, en el sitio cinefania.com, se publica la siguiente reseña: “En un futuro cercano, cuando la televisión jamás deja de emitir, el reportero Edison Carter (protagonizado por el actor Matt Frewer) y su alter ego generado por computadora, Max Headroom, luchan por mantener informado al público”. Algunos textos especializados incluyen esta producción dentro del género de ciencia ficción cyberpunk.
REALIDAD VIRTUAL
En la Argentina fue parte de la programación de canal 13 de Buenos Aires en 1989. Cada capítulo –14 en total– se proponía en el inicio como “20 minutos en el futuro”. Creada por Rocky Morton, Annabel Jankel y George Stone, el argumento, que bien podría ser categorizado como distópico con formato ficcional, relata cómo desde una localización indeterminada un imaginario grupo de poderosas cadenas televisivas se constituye como un gobierno de alcance global que para mantenerse en el poder aprueba una ley que prohíbe que se apaguen los televisores.
En aquel contexto por entonces inimaginable siquiera como desarrollo futurista posible, el periodista Carter –crítico de aquellas prácticas hegemónicas de gestión política– para protegerse de amenazas concretas y eventuales ataques personales que afectaran su integridad física, con un grupo de técnicos aliados inicia un movimiento de resistencia y resiliencia civil para informar lo que por el ejercicio del poder los poderosos quieren evitar que se sepa. En verdad, la trama que proponía aquella ficción –para nada novedosa– estaba en línea con las enseñanzas del periodista y maestro de periodistas bielorruso Ryszard Kapuściński, que durante décadas para ejercer el oficio se enfrentó a sucesivos gobiernos dictatoriales como en esa serie televisiva lo hacía el perseguido Carter.
Lo nuevo sí de aquel argumento fue que en aquellos momentos de intenso peligro personal para el protagonista y para la libertad de expresión irrumpe en las pantallas –esde algún lugar– Max Headroom, un periodista creado digitalmente para dar por tierra con las limitaciones informativas, con la censura y épicamente seguir adelante para informar, para hacer saber. Fue un éxito, aunque nadie imaginó que aquello fuera posible.
Sin embargo, y aunque en otro contexto dieciocho años más tarde –el 11 de agosto de 2018– Zhang Zhao, un informativista absolutamente humano que por aquellos años se desempeñaba en los servicios informativos de la agencia de noticias Xinhua (Nueva China) fue el modelo sobre el que se creó el que fue presentado en la Quinta Conferencia Mundial de Internet como el primer conductor de noticias virtual dotado con inteligencia artificial, capacidad para expresarse en mandarín e inglés y evidenciar expresiones y gestáltica humanas. ¡Noticia mundial! De hecho, en aquella jornada, la agencia periodística estatal de México –Notimex– reportó en su servicio informativo que “Xinhua explicó que el conductor virtual [presentado] es ya un miembro de su equipo que puede trabajar las 24 horas en su sitio de internet y otras plataformas electrónicas con reducción de costos de producción y mejora en la eficiencia”.
Interrogo al pasado. ¿Max Headroom también era parte de una ficción distópica? Tal vez, sí. ¿Cómo afirmar o negar en tiempos de prácticas sociales de realidad mixta que emergen desde el tránsito cotidiano entre realidad real y realidad virtual?
La IA es tan atrapante como preocupante. Francisco, como jefe de Estado y líder religioso, admite públicamente que su preocupación crece porque “no pocas veces, precisamente gracias a su libertad radical, la humanidad ha pervertido los fines de su propio ser, transformándose en enemiga de sí misma y del planeta”, duda y lo dice porque estima que “la misma suerte pueden correr los instrumentos tecnológicos” más novedosos. Clara coincidencia, por cierto, con Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.
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Ingresos tributarios gozan de “buena salud”
El gerente de Impuestos Internos de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), Éver Otazú, habló acerca del comportamiento de las recaudaciones que están registrando una muy buena salud financiera por los números que dejó el primer mes de este 2024 y los que está marcando febrero.
“Las recaudaciones gozan de una salud muy importante en estos primeros meses, realmente estamos bien en ese sentido. No podemos dejar de lado esta nueva estructura que tenemos tras la unión de la SET y Aduanas que creó la DNIT, lo cual permitió varias cuestiones que están dando resultados”, expresó Otazú a la 650 AM.
FUSIÓN EXITOSA
El funcionario remarcó que la fusión entre las anteriores instituciones recaudadoras dio lugar a que los controles pudieran intensificarse y fortalecer de esta manera la lucha contra el contrabando, cuyos números justamente hablan de la eficiencia de tales medidas aplicadas.
El gerente de la DNIT recordó que al cierre de enero de este año la institución tuvo una recaudación histórica de casi USD 81 millones más de lo que fue el primer mes de 2023, arrojando un aumento del 25,2 % por los USD 402 millones generados.
Indicó que las estadísticas desde la creación de la DNIT, periodo comprendido entre el 15 de agosto de 2023 y el 31 de enero de 2024, se aprecia un incremento de USD 212 millones en las recaudaciones tributarias y aduaneras.
Con relación al movimiento de este segundo mes del año, el gerente dijo que todavía se están cotejado los números, los cuales pueden dar alguna sorpresa teniendo en cuenta que este mes trae solo 29 días, pero aún así esperan superar al de 2023.