La imprudencia en la última sesión del Senado en relación con la causa e investigación del asesinato del fis­cal Marcelo Pecci corrió como pan caliente por la sensibilidad del caso y los opor­tunistas, malintencionados usaron todos los recursos con el objetivo de sacar rédito político sin importar que ello implique contaminar el proceso ni que se teja una feroz mentira, repro­ducida irresponsablemente.

La desesperación de algunos políticos que vienen despotricando desde hace bastante tiempo contra el Ministerio Público, tratando de pegar a la fiscal general saliente, al grupo político adversario, dejó ver su lado más ruin en estos días al colgarse sin vergüenza de las temerarias expresiones del mencionado par­lamentario para desacreditar a los agentes investigadores en el intento de agradar al elec­torado de manera engañosa.

En Paraguay no existe una carpeta fiscal o cuaderno de investigación sobre el asesinato del fiscal Marcelo Pecci, se escuchó en la inter­vención de un senador que a renglón seguido se mezcló con la afirmación de otra situación en la que se menciona que están esperando los informes de la fiscal del caso, quien solicitó una prórroga al respecto.

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Apenas trascendió lo mencionado, cuando la platea de políticos oportunistas aprovechaba la acelerada viralización de sus declaraciones en redes sociales y por parte de la prensa amiga oficialista, la misma que cerró el ojo a la cruel administración del actual gobierno.

Las palabras del parlamentario fueron rápida­mente direccionadas a la corriente proselitista, los mismos de siempre, a la cabeza el candidato de la Concertación, a quien se le atribuyó la gran ruta de la mentira en sus tiempos de ministro de Obras, como otros impresentables, intenta­ron forzar las expresiones para atacar e instalar promesas electorales. Sin embargo, chocaron con el muro de la realidad.

La fiscal Alicia Sapriza, con precisión, salió a explicar que en Paraguay sí hay una carpeta de investigación en carácter de país cooperante con Colombia, territorio donde tristemente le sacaron la vida al fiscal Pecci. La agente del Ministerio Público, como otros colegas suyos, relató paso a paso el circuito y las gestiones que pueden socializarse derrumbando así las men­tiras que erigían los inescrupulosos.

La profesional hizo hincapié en que los traba­jos se realizan bajo el sigilo que la propia ley impone en este tipo de casos, más aún al tener en cuenta que se trata de una cooperación inter­nacional. “Que no estemos publicando las dili­gencias que hagamos o dejemos de hacer se debe a la delicadeza de la causa y la colabora­ción internacional con la cual se trabaja en el caso. Esta investigación está caratulada como un hecho punible a determinar, recordando que se abrió una carpeta fiscal para recolectar datos que puedan servir a las autoridades de Colombia”, explicó y subrayó que actualmente se encuentran en la fase más delicada y com­pleja del caso.

Es de imaginarse el perjuicio que puede causar al proceso investigativo un bluf como el come­tido por los pescadores de río revuelto.

Para que no queden dudas sobre el avance de la investigación como intentan plantar algunos politiqueros, la propia madre del extinto fiscal salió al paso y aseguró que existe una carpeta fiscal sobre el caso de su hijo, manifestó que tanto ella como otras personas cercanas a él fueron a declarar a los diez días del crimen y que estas declaraciones también las tienen las auto­ridades colombianas.

“Me parece triste que estén criticando a la Fiscalía cuando hacen un trabajo impeca­ble”, remataba en una de las primeras entre­vistas radiales que brindó la señora Maricel Albertini.

Es un despropósito querer aprovecharse de la memoria de una persona que sirvió con hon­radez al país en sus tiempos de agente fiscal, incluso criticado en vida por quienes huyen de la verdadera justicia, que hoy quieren hacer creer que les importa lo sucedido.

La ciudadanía va conociendo cada día más a sus gobernantes, como a los políticos que se pos­tulan a cargos públicos, gracias a este tipo de situaciones que pinta de cuerpo y alma en las intenciones y la falta de decoro al momento de encaramarse de cualquier exabrupto para tra­tar de sacar ventajas.

El Ministerio Público tiene un nuevo fiscal general, hubo un cambio de administración, pero el respaldo a los agentes fiscales debe seguir intacto, darles la libertad, la protección para continuar el delicado proceso en búsqueda de la verdad de cómo ocurrieron las cosas desde aquí. Pero ante todo, corresponde un absoluto respaldo a los investigadores para blindar el caso de toda miserable politización.

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