Una candidata, amiga de diversos gobiernos hasta que dejaron de servirle, y su esposo, postulado igualmente mediante el plan de aco­modos de cargos del PLRA (que ha sido generoso en instalar figuras por fuera de este histórico partido y pos­tergar a los propios), se han mani­festado muy groseramente contra nuestros medios. Lo cual habla muy favorablemente sobre lo que hace­mos porque de ninguna manera esta­mos para ser neutrales cuando lo que está en juego es si en las gene­rales del 2023 elegimos un país del cambio cualitativo, de la seriedad, del abordaje calificado de la econo­mía o nos entregamos a los brazos de los promotores de la violencia civil, la quema de instituciones, las inva­siones y la inseguridad. El Paraguay necesita calma, paz y respeto para avanzar.

Pero volviendo a las expresiones del esposo de la candidata, hay varias cosas que recordarle: en primer lugar que quienes se lanzan a la esfera de la competencia electoral y se postulan para cargos son ellos y no los medios. Dicho esto, quienes deben tener la actitud de recibir las críticas sin el chabacano recurso de la descalifica­ción son ellos.

En segundo lugar, los grupos mediá­ticos, se llamen como se llamen: Nación Media, Vierci o Abc están todos instalados en una posición político-PARTIDARIA porque todos estos grupos toman PARTIDO.

Abc color apoyó a Fernando Lugo, y hasta modificó el área de política de su medio para apoyarlo mejor, hasta que Lugo olvidó de cum­plir con sus pedidos y lo condenó a la hoguera de la crítica. El mismo diario no solo acompañó a Hora­cio Cartes, sino expresó su posi­ción (lo cual es muy saludable), su dueño fue a visitarlo varias veces al presidente,en público, hasta que a Tabacalera del Este se le ocurrió retirarle el negocio de la fabrica­ción de cajetillas de cigarrillos a la gráfica de tal grupo y entonces HC se convirtió en el malo de la Presi­dencia (vean las fechas y las coinci­dencias). Ahora Abc Color apoya a Efraín Alegre y de eso no duda ni la olvidada estatua de Juan de Zalazar y eso tampoco es criticable, salvo que se quiera negar.

Vierci, que es el grupo mediático que más juega con la hipocresía de la neutralidad, su apoyo al gobierno de Abdo ha sido “glorioso”, porque no solamente le pusieron un minis­tro de Comunicación, sino levanta­ron todos los espacios de investiga­ción en la televisión y el diario solo para no tener ocasión de pegarle y, agregado a ello y para simpati­zar, sus analistas han vaticinado ya en diciembre que Peña perderá las elecciones de abril no por una actitud profética, sino para ayudar en las internas y desalentar a cual­quiera que quiera votar por la Lista 2. Ya no vamos a explicar sobre su falta de incidencia, pero en concreto manos así no se dan sino por amor o conveniencia. Ninguna de estas facetas están mal si no se niegan.

Como botón de muestra solo hay que ver lo que sucede ahora: Abc y Vierci descubrieron esta semana que los medios son contrapoder y se dis­ponen a criticar al Gobierno con la cobardía de siempre: acompañar a los gobiernos “mientras rindan tributo” y jugar con posturas críticas en el último año. Viejísimo recurso.

Es muy útil esta mención del esposo de la candidata porque, aparte de su torpeza, nos permite ofrecer pistas sobre cómo funciona el ecosistema de medios en un país en el que la uto­pía de la objetividad y la neutralidad ha sido siempre una carta de hipocre­sía de invalorable estupidez.

Por ello, no importa en qué grupos estén, preferimos la entereza de los periodistas que no temen expresar sus posiciones y confesar sin tapujos cual es su opción, tal como es muy propio incluso en otras experien­cias. En Estados Unidos o España u otras experiencias nacionales es muy regular que los medios de comunicación asuman posiciones electorales concretas y lo expresen editorialmente.

Aquí no tenemos ninguna duda sobre nuestra posición y ella no cambia: la promoción de la libertad, la familia, el fortalecimiento de la democracia, el respeto y la promoción de la igual­dad y los derechos humanos, el libre mercado y el fortalecimiento de la educación, la cultura y las condicio­nes de empleo para que este amado Paraguay pueda ser un lugar mejor para seguir creciendo.