Retumban en nuestra mente y así será por mucho tiempo las contundentes palabras de la carta del obispo de Caacupé en la que clama el llamado que tienen los cristianos a elegir a autoridades que tengan una mínima credibilidad; “que sean patriotas”.
Este es el desafío para las elecciones en puertas, solo que este llamado debe extenderse a todos los sufragantes, para esa mayoría aplastante que no olvidamos los actos entreguistas y traidores de este gobierno como el caso de Itaipú, IPS, que también fueron criticados en la celebración religiosa más importante de nuestro país en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé.Un país entero firme en la súplica de no más gobernantes corruptos y traidores.
Del discurso hay que pasar a la práctica y el 18 de diciembre esta debe ser las consigna al momento de acudir a las urnas. El voto es la herramienta para sanear en la medida de las posibilidades nuestras instituciones de políticos oportunistas, ya que visto está que el presidente ni su equipo tienen ese mérito fundamental de patriotismo para administrar los bienes de nuestra República.
Este gobierno ha pisoteado varias veces nuestra dignidad, nos ha relegado con privilegios más condescendientes con extranjeros que con los propios paraguayos, contribuyentes de nuestra República que sostienen la pesada estructura estatal. Por ello, esta es la oportunidad de liberarnos de los antipatriotas, recordar muy bien y contárselo a nuestros descendientes cómo pusieron a merced de otros, patrimonios sustanciales como Itaipú, empresas como Petropar para acuerdos oscuros en detrimento del interés nacional.
Manejaron mal los intereses de la gente, esa gente a la que usaron como bandera y a la que terminaron defraudando al punto de arrebatarles la vida, considerando los miles de muertes durante la pandemia, muchas de estas como consecuencia de un gobierno sumido en la desidia y la corrupción.
Mario Abdo Benítez lleva a cuestas el dolor de miles de familias enlutadas porque no hubo medicamentos en tiempo y forma disponibles para salvar a la gente de las desgracias del covid-19. Pero además, la cobardía de someter el patrimonio del país para “acuerdos” poco rentables para el Paraguay quedará sellada en la historia como un negro proceder de uno de los presidentes calificado masivamente como un #desastre.
Basta mirar lo sucedido con el famoso acuerdo bilateral secreto de Itaipú firmado del 24 de mayo del 2019 que contemplaba que nuestro país debía comprar más energía, más segura, pero distorsionaron un artículo clave e hicieron renunciar al Paraguay a un beneficio de acceder a más barata. Se estima que el perjuicio directo para el país de unos US$ 250 millones con esta maniobra de los hombres de este gobierno.
En diciembre del 2020 también saltó a la luz el acuerdo extrajudicial que firmó Petropar para pagar US$ 7 millones a la empresa argentina Texos Oil. Esto le costó el cargo al ex procurador Sergio Coscia, quien había dicho que el acuerdo le pareció correcto ante una eventual derrota en los estrados judiciales por una demanda de US$ 30 millones, pese al desacuerdo del equipo económico local que argumentó que Paraguay tiene posibilidades.
Otro caso es el frustrado intento de saldar la deuda con PDVSA, negociando con el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó. En este desarrollo de hechos apareció un abogado vinculado a familiares de Abdo, hizo de nexo entre Paraguay y la oposición venezolana, requiriendo comisión de US$ 26 millones. El enviado especial venezolano, Javier Troconis, comentó que este “enlace” tenía mucha familiaridad con las autoridades que le recibieron en el Palacio de López.
Un acto entreguista de este año es la reducción del 8,2% de la tarifa de Itaipú que Abdo cedió a pedido del Brasil, y que pasó de US$ 22,60 kW/m a US$ 20,75 kW/m. Esta concesión de vuelta ubicó al Presidente de Paraguay como un excelente gestor para intereses brasileños, ya que la medida se tradujo en un claro beneficio para el vecino país que es el mayor consumidor de la energía 85% de lo que produce la hidroeléctrica Itaipú.
Este año también nos enteramos de una acelerada venta de gasoil a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). La entrega de 12,5 millones de litros de combustible se realizó en tandas cuyos precios de venta fueron bajando en tiempo récord, ya que, en dos semanas, se redujeron 6% el valor por m3 del diésel exportado desde nuestro país, según facturas reveladas por La Nación Investiga. Es decir, el gobierno de Mario Abdo Benítez realizó una rebaja del precio del gasoil para beneficio de los bolivianos, mientras que para los paraguayos continuaba con la férrea negativa de no disminuir los costos. Esto se dio en medio de una crisis económica que agobiaba al país.
Deshonrosos acuerdos no pueden quedar impunes, al menos para la potestad que tiene el pueblo, un soberano con la herramienta más efectiva a través del voto para limpiar nuestro país de los pillos y peajeros que traicionaron los intereses de toda una República. Los actos entreguistas de Itaipú, los oscuros negociados con Petropar son hechos demasiado graves en contra del país para no volver a depositar la confianza en los antipatriotas.