El miércoles último se realizó el Censo Nacional, que se llevó a cabo en un día especialmente feriado para dar más facilidades para la recolección de los datos. Encerrados en sus hogares, más de 7 millones de individuos que moran en casi 2 millones de viviendas de todo el país esperaron a los censistas para esta jornada muy especial. Pero debido a una serie elementos, como la mala organización, gran cantidad de viviendas no fueron visitadas y miles de personas aguardaron en vano a los encuestadores que no llegaron. Los no censados hicieron escuchar y ver sus quejas en los diferentes medios de comunicación, especialmente a través de los mensajes en las redes sociales.
Mientras el presidente Mario Abdo visitaba por segunda vez Europa en menos de 10 días, ahora fue a Alemania, aquí no faltaron las burlas y críticas contra el mandatario, señalando que el censo mal hecho es otra muestra más del fracaso de su gobierno. Y no sin razón, porque la anunciada encuesta nacional que tuvo una fuerte publicidad previa dejó una deplorable sensación de fiasco, una más del Presidente, que prefirió viajar a Europa en vez de quedarse en su casa, como se obligó por ley a todos los habitantes del país.
La gran cantidad de llamadas de personas reclamando la presencia de los censistas o quejándose porque no fueron visitadas se hizo sentir en el número 911, que es el teléfono destinado por la Policía Nacional para reclamos relacionados a la seguridad pública. Y también el número 178 que el Instituto Nacional de Estadística (INE) instaló para recibir llamadas por la actividad del día estuvo rebasado. Fuentes de la Policía señalaron que recibieron 4.668 llamadas el día del censo y que 2.447 de ellas, solo de Asunción y Central, fueron de personas que se quejaban porque el censista no llegó a su casa. Tan solo en Pilar, la capital del Ñeembucú, hubo 1.200 viviendas sin censar.
Hasta las 18:00, en la capital y en las principales ciudades del país, la mayoría de las calles estuvieron silenciosas, los grandes centros de compras, supermercados y lugares públicos que habitualmente están abarrotados de gente estuvieron sin movimiento. Una situación de quietud casi total, que no se da ni en los feriados más grandes, se apoderó de todo el Paraguay.
Hubo duros cuestionamientos por el feriado impuesto y la inmovilidad general que dejaron prisioneras y sin posibilidad de trabajar a muchas personas que tienen que laborar en el día a día para poder alcanzar su sustento. La inactividad económica alcanzó a las fábricas, a los comercios, a los servicios de transporte público y a innumerables negocios que por dicho motivo perdieron dinero. Al paralizarse gran parte de la actividad productiva y comercial, el país se vio perjudicado en un alto porcentaje, que es uno de los aspectos más cuestionables del feriado del censo. Un día que no se trabaja es una jornada que no se produce y no se gana dinero, por lo que es una pérdida. De acuerdo con el cálculo realizado por empresarios, el día no trabajado representa para el país una pérdida de 150 a 200 millones de dólares.
Se podría haber realizado el censo sin llegar a semejante costo económico para el país, como muchas veces se ha hecho en el pasado, pautándolo para un domingo.
Los datos que se obtengan en la colecta estadística son informaciones de gran importancia para el país porque servirán para realizar un diagnóstico más acertado de la realidad nacional en sus diferentes aspectos. En ese sentido será un instrumento útil para conocer la situación de la gente, para hacer una mejor planificación, encarar nuevas políticas públicas, con las correcciones de los proyectos en ejecución. Sobre todo, en áreas sensibles como los sectores sociales, la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, entre los principales.
Por ello es que las falencias registradas en la realización del censo son lamentables. Ya que pueden poner en duda la veracidad de los datos y la seriedad de las informaciones obtenidas. El censo le cuesta al país 43 millones de dólares que se tienen que devolver con intereses al BID, y no se puede tolerar que sea un fiasco más por la ineficiencia del Gobierno.