El Paraguay está atravesando momentos muy difíciles por la conjunción de factores nega­tivos diversos que hacen que la economía haya caído por debajo de los niveles alcanzados en los quinquenios anteriores. Como todo fenómeno eco­nómico, esta situación repercute fuerte­mente en el campo social, por lo que en la actualidad existe un gran número de desocupados y porciones de la sociedad que volvieron a la pobreza. El alto índice de inflación que se ha alcanzado entre el año pasado y lo que va del 2022 hizo que los precios de los alimentos y productos de primera necesidad aumentaran fuer­temente castigando principalmente a los sectores de menores recursos, impac­tando en los más vulnerables.

Esta realidad fue analizada por la ex minis­tra de Hacienda Lea Giménez y el ex pre­sidente del Banco Central del Paraguay (BCP) Carlos Fernández Valdovinos en una nueva edición de Basanomics llevada a cabo en Concepción. Fernández Valdovi­nos indicó, entre otras cosas, que la econo­mía no da indicios de mejora para el 2022.

Los indicadores del Banco Central del Paraguay (BCP) refieren que en los ocho meses de este año ya se sobrepasó la tasa de inflación alcanzada en los 12 meses del 2021, pues hasta agosto los precios se incre­mentaron en 7,2% comparado con el 6,8% de todo el año pasado. La proyección eco­nómica que la banca matriz realizó al fina­lizar el primer semestre del año dice que para el cierre del 2022 la inflación llegará a un 8,8%.

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El incremento de los precios de los pro­ductos de consumo es superior al del año pasado, su repercusión en el presupuesto de las familias es más fuerte y golpea con dureza la calidad de vida de un gran sector de la población del país, en especial de los que tienen menores ingresos.

Sobre el tema, la ex ministra Giménez des­tacó que donde más se nota la situación de precariedad es en los indicadores de empleo, porque se divisa todavía un des­empleo muy alto. Dijo que el ingreso per cápita del trabajador en Paraguay es toda­vía muy bajo. Por eso considera que se ha retrocedido 12 años en materia de ingre­sos. Debido a ello consideró que la situa­ción mencionada es bastante fuerte para la economía, ya que la inflación está alta y golpea el precio de los alimentos, al sistema de transporte, todos hechos que producen impactos fuertes sobre las familias más vulnerables del país. Dijo que este gobierno aprovechó el colchón macroeconómico que se construyó en los 15 años anteriores, pero sin usarlo debidamente para realizar accio­nes que superen la situación.

Lamentó que no se apliquen políticas públicas para ayudar a las micro, peque­ñas y medianas empresas (mipymes), “que emplean a más de 2 millones de personas en Paraguay, pero lamentablemente más de la mitad de ellas no pudieron acceder a cré­ditos para reactivar sus negocios”, precisó.

El diagnóstico trazado por los especialis­tas de la economía sobre la realidad del país es muy claro y la conclusión es muy sim­ple: el Paraguay está en una situación pre­caria y requiere un urgente esfuerzo para superar la situación. Esto se logrará solo encarando políticas públicas que ayuden a levantar la actividad económica en todo el país. Esta es una tarea urgente para que no sigan empeorando las cifras y aumente el sufrimiento de la gente. Por ello, urge que el Gobierno tome las decisiones necesarias en la materia.

El Poder Ejecutivo debe olvidarse de las internas partidarias y dedicarse a la tarea de impulsar medidas oportunas e inteli­gentes para hacer que los más diversos sec­tores de la economía puedan recuperarse. Debe crear nuevas líneas de créditos blan­dos para las micro, pequeñas y medianas empresas que todavía no se han recupe­rado y que por su importancia necesitan una atención preferencial.

Debido a la gran cantidad de personas que ocupan, las mipymes constituyen una franja importantísima en la economía nacional. Con los gremios empresariales y de trabajadores tiene que tomar medidas conjuntas para crear más puestos de tra­bajo, asegurar la estabilidad de las empre­sas y conseguir nuevos mercados para los productos nacionales.

Lo que no debe hacer es quedarse impasi­ble, como ahora, en este difícil momento del país ni olvidar que su primera obliga­ción es el bienestar de la gente.

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