En la inauguración oficial de la Expo, el sábado último, se escu­charon varios discursos, resal­tando la gran contribución a la economía nacional que representa la muestra agroganadera e industrial más importante del Paraguay. Aparte de la exaltación de la capacidad de producción de los diferentes sectores económicos, se puso de resalto el escaso apoyo del Estado. Algunos oradores criticaron la pasivi­dad del Gobierno y reclamaron un mayor compromiso de las autoridades nacionales ante los problemas existentes.

Uno de los hechos más llamativos fue la ausencia del presidente de la República en la inauguración de la mayor manifes­tación de la economía paraguaya, sin que se supiera un motivo valedero. En polí­tica, las ausencias y los silencios muchas veces dicen más que los propios discur­sos, que muchas veces están llenos de lugares comunes. Por ello, la no presen­cia de Mario Abdo Benítez, lejos de pasar desapercibida por los organizadores de la muestra y los observadores políticos, llamó mucho la atención. Como dejó a entender uno de los directivos, en el mejor de los casos, la ausencia del Presidente fue un acto de descortesía, cuando no una muestra de desprecio o de rechazo al encuentro. No por lo que representa como persona, sino sobre todo por su investi­dura de primer mandatario de la nación.

De todos modos, estuvo el vicepresi­dente de la República, quien está aprove­chando todos los acontecimientos públi­cos para hacer su campaña electoralista para las internas partidarias de la ANR. Y en esta ocasión también lo hizo, aunque lejos de sus fanáticos a los que no se los vio mayormente entre el público, ni en los corrales ni en sitios en que se exponen a los animales.

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Estuvieron además los ministros y funcio­narios con alta responsabilidad en el área económica, quienes escucharon los recla­mos de los representantes empresariales.

El presidente de la Unión Industrial Para­guaya (UIP), Enrique Duarte, criticó el afán electoralista del Gobierno, que no se preocupa del desarrollo económico. Dijo que el factor electoral nunca debe cons­tituirse en obstáculo para el crecimiento económico y el desarrollo social. “Desde la política se debe allanar el camino a la economía”, reclamó. Y agregó que al sec­tor que representa le preocupa que las campañas proselitistas estén vacías de propuestas sobre acciones de las auto­ridades nacionales con relación a los asuntos cruciales que ponen en riesgo el futuro del país.

Reclamó que en las campañas electora­les no se habla de qué se hará con la ener­gía de Itaipú, cómo se protegerá al IPS de la injerencia política, qué se piensa hacer para financiar el déficit de la Caja Fis­cal, o qué política financiera se tiene para acelerar el proceso de la industrializa­ción del país.

A los funcionarios del Gobierno, que están en plena campaña de las internas colora­das, allí presentes, el presidente de la UIP les preguntó: “¿Cuál será la política finan­ciera que sostenga y acelere el proceso de industrialización? ¿De dónde financiare­mos nuestros requerimientos de infraes­tructura? ¿Cómo mejoraremos nuestro sistema educativo y sanitario? ¿Qué con­tenido tendrán las políticas de ajuste tri­butario? ¿Qué se hará para mejorar la cali­dad del gasto público? ¿Cómo se enfocará la lucha contra la informalidad y el con­trabando?”.

Por su lado, en su discurso inaugural el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli, pidió que los empleados de los tres poderes del Estado den cumplimiento a sus funciones para que se otorgue el andamiento adecuado a las leyes del país. Solicitó que se otorguen las garantías de seguridad física y jurídica, se combata con decisión la corrupción y la impunidad, y se eliminen los odiosos pri­vilegios existentes. También reclamó la mejora de la calidad del gasto público y se combata al terrorismo, el crimen organi­zado y el lavado de dinero.

Los gremios del sector productivo del campo y del área manufacturera e indus­trial tienen motivos valederos para hacer sus pedidos a las autoridades nacionales ante la ineficiencia del aparato estatal. No exageran al señalar que los empresarios y los que se ocupan de producir sienten la orfandad del Estado y la falta de medidas que se requieren para recuperar a vas­tos sectores económicos de la situación actual. Por eso criticaron el electoralismo inútil y pidieron que se apoye a la gente que trabaja por el progreso del país.

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