Que el presidente de la República, a través de su jefe de gabinete, salga a decir que esperarán 3 semanas para tomar una decisión sobre las deficiencias de la actual administración del Instituto de Previsión Social (IPS), en la que literalmente saltan casos de asegurados mutilados, lo convierte en principal responsable de que continúe el desastre en la institución.Otra actitud políticamente incorrecta del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, es que lo coloca como cómplice cuando en riesgo está la vida de muchos asegurados que tienen fuertes dudas sobre las garantías de calidad y seguridad en el servicio.

El secretario de Abdo dijo en entrevista que el mandatario está aguardando las conclusiones de la Superintendencia de Salud para “tener los datos precisos” de lo que sucedió con el paciente al que inicialmente le indicaron la amputación de la pierna derecha, pero le cortaron la izquierda y finalmente le sacaron ambas. Un baldazo de agua fría para la familia del afectado y para todos los aportantes que mensualmente contribuyen mucho y reciben poco, en algunos casos, nada.

La desastrosa situación del IPS más que nunca unifica voces. Los pedidos de destitución del actual presidente, Vicente Bataglia, y de todo el Consejo de Administración de la previsional, provienen de todos los sectores de la sociedad, de todos los partidos políticos. No es para menos, la institución es blanco de cuestionamientos por decir y desdecirse sobre hechos muy sensibles como los procedimientos en los que le dejaron sin piernas a un abuelito.

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Falta de medicamentos, la escasa disponibilidad de turnos, especialistas, carencias de productos laboratoriales, de insumos médicos básicos, las denuncias de corrupción en serie de licitaciones de personal tercerizado de limpieza y seguridad, más los varios fuertes acontecimientos ocurridos en la atención de los asegurados son argumentos constantes de la insistencia en la salida de todas las máximas autoridades. Para colmo, a la densa situación que afronta la previsional suman más problemas, con las denuncias de persecución al personal de blanco y administrativo que no se alinean al movimiento oficialista.

Los masivos despidos en casi todas las filiales del IPS generaron, además del conflicto, perjuicios en el servicio debido a la merma de profesionales para las consultas principalmente ambulatorias y de urgencias en un momento difícil en lo sanitario por los cuadros respiratorios existentes.

En el Congreso Nacional, tanto en Diputados como en el Senado, se escucharon todo tipo de escraches y el manifiesto de que el presidente de la República no puede seguir desentendiéndose de lo que pasa en el IPS. Los discursos de la mayoría instaron a Mario Abdo a desvincular a Bataglia y otros reclamaron al jefe de Estado por la prioridad que le da al proselitismo en vez de atender estos problemas urgentes del país.

Mientras Mario Abdo sostiene a Bataglia y a los consejeros van saliendo más denuncias de afectados con operaciones en rodillas equivocadas, entre otros casos.

Lamentable, hasta ahora ninguna de las autoridades han salido a pedir disculpas por la desidia y los sufrimientos reinantes. La clase trabajadora, los jubilados en teoría tienen un representante en defensa de sus derechos, pero no se los ve en el campo de batalla, en los pasillos de los hospitales atendiendo las necesidades de los aportantes. A algunos ni se les conoce siquiera.

Evidentemente el presidente y los miembros del directorio viven otra realidad y no ven lo que pasa en sus narices. Eso hacen suponer las venias que dan para los negocios de los amigos, gastos desmesurados a costa de los contribuyentes.

Mientras la ciudadanía se indigna con la amputación de sus dos piernas en condiciones muy sospechosas a un abuelito, suspensiones de intervenciones, quimioterapias por falta de medicamentos, saltó a la luz que el IPS gastará hasta G. 1.068 millones en pasajes de avión. Para agregar más, en los documentos figuran que el pedido proviene de la tan cuestionada presidencia del IPS, un trámite que demás está decir es muy inoportuno para el delicado momento.

Mantener a esta cúpula demuestra la falta de empatía del presidente Abdo con los asegurados. Dar más tiempo a quienes empujan al IPS hacia el abismo es una humillación tan fuerte como las desgracias existentes. El jefe de Estado no puede seguir denigrando a los aportantes manteniendo inoperantes al frente de la previsional, esta cobardía de no realizar los cambios que ameritan lo arrastra como responsable del desastre que se expande.

Los asegurados deben obligar al presidente de la República a depurar la administración del IPS con profesionales que realmente sean capaces de atender las necesidades existentes. No se puede seguir desperdiciando tiempo, esperando informes.

La realidad está a la vista y urge sanear la institución.

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