Todos los indicios apuntan a que este 2022 será un año muy difícil y que las cosas no saldrán como se habían previsto inicialmente debido a numerosos factores adversos. Este panorama que se va acentuando con el transcurrir de los meses está rompiendo paulatinamente la tranquilidad de princi­pios de año. Y apunta ahora a causar incer­tidumbre, que a medida que pasan los días se va acentuando debido a los nuevos ele­mentos que se van registrando.

La falta de certezas no resulta para nada alentadora para un país que debe crecer y salir adelante. Y, como las quejas y llantos no conducen a nada, excepto para señalar la existencia del dolor, hay que reaccionar con toda energía y ponerse a movilizar la econo­mía del país.

Para saber qué hacer en los momentos de intranquilidad es fundamental tener un diagnóstico certero de la enfermedad que nos aqueja, porque no se puede buscar nin­gún remedio valedero sin conocer el mal. Solo así se pueden ensayar las distintas opciones de solución.

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El Banco Mundial acaba de señalar que en vez de crecer 4% este año, la economía paraguaya solo tendrá un discreto 0,7% de suba y que será el de peor desempeño eco­nómico entre los países de la región, menor que Brasil (1,5%), Uruguay (3,3%), Bolivia (3,9%) y Argentina (4,5%). Refiriéndose a las perspectivas de la economía mundial, señaló que hay un fuerte riesgo de estan­camiento económico, con alza de precios y aumento del desempleo, sobre todo para las economías de ingreso mediano y bajo, entre las que está nuestro país.

El Banco Central del Paraguay (BCP) ha señalado que el producto interno bruto (PIB) apenas repuntará este año un 0,2%, lo que en términos reales significa prácti­camente nada. En tanto que el Instituto Nacional de Estadística (INE) señaló que en el primer trimestre del año había 511.651 personas desocupadas y subocupadas, que están en difícil situación económica y social por no tener cómo ganarse el sustento.

El costo de vida está aumentando. La infla­ción ha llegado a 11,4% en los últimos doce meses y de enero a mayo alcanzó 5%.

La ex ministra de Hacienda Lea Giménez resumió la situación de la mayoría de los que viven en el país en un reciente pro­grama periodístico. “Los paraguayos no estamos pasando bien. Estamos un poco a la deriva, sin rumbo en este momento, y creo que la gente quiere sentir esperanza, quiere saber si alguien está escuchando, si alguien se está dando cuenta de las cosas que están pasando”, manifestó.

Explicó que la situación es desesperante, y que no se trata solo de cuestiones econó­micas. “Estamos hablando de indicadores sociales, de seguridad, de la institucionali­dad que se está queriendo destruir en este contexto de las elecciones, y creo que todo eso está mal. Debemos esforzarnos en las propuestas, ahí es donde vale la pena poner el esfuerzo”, remarcó.

Es necesario armar una respuesta rápida para la crisis. El Gobierno Nacional debe cambiar su política fiscal para hacerla más eficiente y menos pesada para el país. Desde el Ministerio de Hacienda tiene que recor­tar los gastos públicos que son la principal amenaza de inestabilidad. El Banco Cen­tral debe adoptar las medidas monetarias para disminuir las tasas de interés, dado que cuando aumentan los intereses afecta a la inversión y el consumo. El Ejecutivo debe terminar con el pernicioso sistema de gas­tar más de los ingresos que puede alcanzar, pues eso lleva a un solo destino, el déficit creciente y el desequilibrio fiscal.

A causa del desorden existente que se está volviendo cada vez mayor, el Estado para­guayo tiene que prestar dinero no ya para hacer inversiones, sino para cubrir las cuo­tas de sus préstamos. Hay que fomentar la producción con créditos accesibles y faci­lidades fiscales e impulsar el crecimiento con todos los medios posibles. Hacer un gran esfuerzo para encontrar nuevos mer­cados para nuestros productos, recu­rriendo a los diversos organismos y aso­ciaciones económicas privadas y públicas. Incentivar las inversiones y la creación de nuevos puestos de trabajo con instrumen­tos de probada eficacia.

El país no debe esperar que empeore la situación para actuar, pues cada hora que pase puede agravarse aún más. La rápida acción será la mejor respuesta.

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