Los últimos datos que se conocen sobre la evolución de la econo­mía de nuestro país para este año no son nada halagüeños, no solo por el pobre crecimiento del pro­ducto interno bruto (PIB) que se prevé, sino también por el fuerte aumento de los precios de los artículos de consumo. Esto implica que habrá que prepararse con todo para sobrellevar el mal momento e idear medidas inteligentes para superar los malos pronósticos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dado a conocer los últimos números sobre sus previsiones de la mar­cha económica y sus pronósticos acerca del índice de inflación. En ambos capítu­los, Paraguay está con los peores núme­ros en décadas y se encuentra entre los países con peor situación. De ellos se desprende que este año no será bueno porque estaremos en una mala ubica­ción económica, con todo lo que ello implica para la población que sufrirá los incrementos de precios más altos de los últimos tiempos. Son solo pronósticos y puede ocurrir que, mediante una buena gestión, mejoren las cosas y se obten­gan buenos resultados, aunque también puede suceder lo contrario, y hundir a la nación a sitios engorrosos.

El organismo financiero mundial había señalado recientemente que la economía paraguaya crecería este año apenas un 0,3%, muy por debajo de sus estimaciones anteriores, frente al -1,7% pronosticado por Itaú y el -1,0% previsto por Basano­mics. La explicación está en los efectos perniciosos de la última sequía, a la que se agregan ahora las repercusiones de la invasión de Ucrania y su incidencia en la economía mundial, para la que se prevé una importante desaceleración.

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Los números del FMI muestran que por primera vez en mucho tiempo el Para­guay volverá a estar entre los más reza­gados por sus malos números económi­cos. Tanto, que entre las nueve naciones de la región sudamericana compuesta por Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uru­guay, nuestro país está en el último lugar en crecimiento económico para este año. El organismo internacional prevé que la economía crecerá 5,8% en Colombia, 4,0% en la Argentina, 3,9% en Uruguay, 3,8% en Bolivia, 3,0% en Perú, 2,9% en Ecuador, 1,5% en Chile, 0,8% en Brasil. Paraguay está en el último lugar, con un modesto 0,3%, en la peor ubicación.

En materia de aumento de precios, el Paraguay se situará en uno de los peo­res lugares, solo detrás de la campeona en inflación, la Argentina, para la que se prevé un 48,0% de incremento. Nues­tro país tendrá un 9,4%, seguido de Bra­sil con 8,2%, al que le acompaña Colom­bia con 7,7%, de acuerdo con los cálculos dados a conocer por el organismo técnico mundial. Las previsiones inflacionarias del FMI para este año no están lejos de la inflación interanual de marzo registrada por el Banco Central del Paraguay, que fue del 10,1% en el transcurso de los últi­mos doce meses.

Así como el diagnóstico de un paciente sirve para conocer la situación del enfermo a fin de medicarlo para que supere el trance, de ese modo los datos de la realidad económica del país son útiles para buscar las soluciones y encarar el operativo de curación. Con las lamenta­ciones y las quejas no se remedia la situa­ción y menos se cura al doliente. El dolor causa pena, pero sirve como impulso para reaccionar.

El 2022 será un año de gran desafío para articular políticas que impulsen el creci­miento movilizando fuertemente la acti­vidad económica. La suerte del país está en juego, lo que obliga a que todos se con­centren en procurar la recuperación. Una de las tareas imprescindibles es actuar para que la inflación no siga causando estragos en el presupuesto familiar, no con el control de precios, sino con opera­tivos consensuados con el sector privado para abaratar los principales productos de consumo en los mercados populares, supermercados y negocios afines.

El Gobierno no tiene que distraerse en las internas partidarias y debe trabajar para hacer frente a la amenaza que se cierne sobre todos. Porque si no estos pronós­ticos negativos pueden concretarse, con todo lo que ello implica en perjuicio de la sociedad paraguaya.

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