Fuentes de Salud Pública han anunciado que desde este lunes 31 de enero se iniciará la vacunación a menores de 5 a 11 años de edad contra el coronavirus para proteger a los de este sector etario. Seña­laron que lo que está ocurriendo con la internación de chicos de corta edad es alarmante, pues al no estar inmuniza­dos contra esta enfermedad, están pre­sentando casos de cierta gravedad. Por lo que no hay que dar más tiempo a la pandemia y comenzar la inmunización masiva de los pequeños para dar tran­quilidad a las familias y seguridad a toda la sociedad. Vacunar a los niños es una obligación del Estado y una responsabi­lidad de las familias que tienen que ocu­parse de brindarles los cuidados sani­tarios que se requieren para que si se llegan a enfermar, no alcancen los extre­mos que se están viendo actualmente en algunos hospitales infantiles.

El jueves último llegó del Brasil un lote de 500.000 dosis de vacunas de Coro­navac, del laboratorio chino Sinovac, que se quiere aplicar lo antes posible para apurar la defensa de los menores de 5 a 11 años de edad, según fuentes de Salud Pública.

De acuerdo con los cálculos, son alre­dedor de 900 mil niños los que esta­rían comprendidos en esa edad y que deberían recibir la primera dosis, pues son dos dosis que se deben aplicar en un intervalo de un mes. Los especialistas explicaron que las vacunas que se ponen a los niños no contienen virus vivos ni material genético, y que hay que aprove­charlas para evitar males mayores.

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Uno de los voceros de Salud Pública indicó que la premura para inmunizar a los menores se da porque hay muchas complicaciones en los que se enferman. “La gravedad ha aumentado en los niños, se están hospitalizando con un intervalo de 15 días. Algunos pasan con un cua­dro desapercibido y luego hacen un cua­dro severo de covid”, destacó uno de los pediatras consultados.

Por eso, los entendidos insistieron en que hay que alentar a la gente, espe­cialmente a los padres, a que pierdan el miedo y lleven a inmunizar a sus niños. Pues las vacunas no tienen mayores efectos, pues son las que menos conse­cuencias traen. Insistieron en el tema señalando que la variante Ómicron es la más peligrosa para los menores porque hace que mayor sea la cantidad de niños que llegan a la internación, incluso a la necesidad de intubación.

La importancia de la vacunación infan­til contra el covid-19 radica principal­mente en que la población pediátrica no está inmunizada, lo que permite la circulación del virus. Los especialistas sostienen que mientras haya un grupo susceptible para la propagación de la enfermedad, como el caso de los niños, puede servir para la aparición de nuevas variantes, lo cual hace imprescindible que se insista en la vacunación de todos, en este caso, en especial de la población infantil. O sea que vacunar a los niños significa también proteger a los mayores.

Una de las falencias que tiene la admi­nistración estatal es que la campaña de inmunización de la población mayor de edad ha sido una de las más pobres de esta parte del continente. Hasta hace días, junto con Bolivia y Venezuela, el Paraguay era uno de los países con menor nivel de inmunización de Suda­mérica, lo que habla de que hay toda­vía una enorme tarea que realizar en la materia.

Por eso, la inmunización de la pobla­ción infantil, que se inicia el lunes 31 de enero, tiene que ser la más rápida y com­pleta para ganar terreno a la enfermedad preservando a nuestros niños.

La campaña de vacunación infantil debe contar con el apoyo de todos los sectores, especialmente de los medios de comu­nicación que, como canales de informa­ción de la sociedad, tienen la capacidad técnica, los medios físicos y tecnológi­cos, además de idoneidad profesional para transmitir el mensaje principal: vacunar a los niños es defender a los más débiles de la sociedad. Que el cariño que se les tiene a los pequeños se manifieste en el cuidado de su salud contra esta pandemia que no perdona a nadie. Y que no vacunarlos, por la razón que fuere, sería un acto imperdonable, muy cer­cano a la criminalidad.

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