Ha comenzado el nuevo año con mucho entusiasmo por parte de los afectados por la recupera­ción iniciada en el 2021. Aun­que se vislumbran algunas nubes peligro­sas que no se pueden dejar de considerar y que podrían llegar a afectar el futuro inme­diato si no se actúa con valentía y pruden­cia. Las previsiones hablan de que este año la economía podría crecer en 4%, conti­nuando el ritmo del año pasado, aunque hay algunos hechos dañinos como la sequía que afecta a la soja y otros cultivos. Al mismo tiempo se conocen las advertencias sobre la recaída o la lentitud en la recuperación que hacen algunos organismos económicos internacionales.

Ante el entusiasmo que viven algunos que están mejorando su situación, se ubican otros pronósticos que llevan una razona­ble carga de prudencia e incluso de pesi­mismo. En medio de estas dos tendencias no es fácil advertir qué podría ocurrir real­mente en este 2022, que ha comenzado con una fuerte ofensiva de la pandemia y sus consecuencias sanitarias y sociales. Aun­que los médicos habían advertido sobre esta arremetida de la enfermedad en este mes, el excesivo aumento de casos hace temblar a los servicios médicos. No se tiene aún claro qué repercusiones tendrá en el país este nuevo ataque pandémico cuando en todo el mundo hay un inusitado incremento de con­tagios y vuelven las medidas de contención.

No solo el fuerte incremento de la pande­mia es el peligro que se cierne sobre los paí­ses, sino la posibilidad de que las medidas financieras que adopte Estados Unidos ten­gan consecuencias negativas en las demás economías.

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Esa es la alarma del Fondo Monetario Internacional (FMI), el máximo organismo mundial de las finanzas, que advierte que la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) subirá sus tasas de interés monetario para hacer frente a sus dificul­tades internas, y que ello pueda provocar potenciales turbulencias económicas en los países que están buscando salir del mal momento, entre los que está el Paraguay. Por ello recomienda que las economías emergentes deben prepararse para posibles tiempos difíciles cuando la Reserva Federal (Fed) suba sus tasas de interés en un con­texto de desaceleración económica ocasio­nada por el coronavirus.

El FMI señaló que por ahora continuará la recuperación económica después de la pandemia, aunque los riesgos para el creci­miento siguen siendo altos debido al recru­decimiento de la enfermedad que afecta a todo el mundo. Teniendo en cuenta que el aumento del mal puede coincidir con el ajuste monetario de la Fed, se recomienda que las economías más débiles se preparen para posibles turbulencias, sobre todo los países que tienen alta inflación y elevada deuda pública.

Los organismos especializados estiman que la Fed elevará sus tasas de interés de manera más agresiva para contrarres­tar la alta inflación en Estados Unidos, lo que implicará el aumento de los costos de financiamiento para los países emergen­tes, en especial los que tienen deudas en dólares, como el Paraguay. Muchas nacio­nes que están atrasadas en su recuperación económica y cuentan con menor capacidad de absorber los gastos adicionales que ven­drán serán los más castigados.

Nuestro país ha aumentado mucho su endeudamiento en los últimos tres años, más que en los gobiernos anteriores. La mayor parte de su deuda es en dólares, por lo que sus pagos se verán afectados por las medidas de la Fed. Por eso se verá más apre­tado para cumplir sus compromisos ya que el presupuesto estatal está en guaraníes.

En los organismos de Salud Pública creen que el ataque pandémico actual, aunque pesado, ya no será tan brutal como en los dos años anteriores, que no se producirán tantos decesos, que luego se podrá tener un respiro y tal vez se dé el fin de la enfermedad. Por ello, aparte de intensificar el cuidado sani­tario de rigor, el país debe apostar con todo por la recuperación económica, en especial en los ámbitos que están más flojos. Hay que ayudar a reabrir las empresas más golpeadas, a apurar la concreción de las nuevas inver­siones, a formalizar los negocios en negro, a impulsar la contratación de más trabajado­res y a movilizar todos los sectores con vigor.

Solo asegurando la salud y afianzando la reactivación se podrá dejar atrás a la pan­demia y sus consecuencias.

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