Al término de octubre la deuda pública de nuestro país llegó a 13.416,2 millones de dólares, el pico más alto en la historia para­guaya y que, por su utilización y por su peso en las cuentas del país, causa la preocupa­ción de los especialistas. Porque si el endeu­damiento continúa sin parar y su utiliza­ción es para pagar gastos corrientes como salarios y afines, que no se cubren con las recaudaciones, el país podría entrar en una situación muy negativa y acaso no vuelva a su equilibrio macroeconómico anterior a la pandemia.

Todo esto considerando la contratación de créditos de los dos últimos años y las pers­pectivas del año venidero cuyo presupuesto estatal depende en buen porcentaje de nue­vas deudas que se contraerán para pagar, entre otras cosas, salarios, bonificaciones y afines de los empleados de la administra­ción pública.

Hasta el 31 de diciembre del 2018, el monto de la deuda externa paraguaya era de 8.040,9 millones de dólares que por entonces representaba el 19,7% del pro­ducto interno bruto (PIB). Al llegar a 13.416,2 millones de dólares en octubre último se tiene que en los últimos 34 meses el Gobierno ha aumentado en 66,85% el endeudamiento y llevado el pasivo al 33,4% del PIB.

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En el 2019 el alza de la deuda fue de 10,7%, en tanto que en el 2020 se incrementó en 37,85%, dado que, de los 8.859,1 millones de dólares de diciembre del 2019, al término del 2020 se alcanzó a 12.212,9 millones de dóla­res, el aumento más elevado en términos absolutos y porcentuales. En el año del ini­cio de la pandemia, Paraguay contrató deu­das por valor de 3.353,8 millones de dólares, para los gastos especiales que demandaron la situación de emergencia sanitaria y los mayores requerimientos salariales de los sectores que trabajaron fuertemente en el acontecimiento de grandes dimensiones.

En los primeros 10 meses de este año el monto de los préstamos y demás débitos contratados alcanza a 1.203,3 millones de dólares, lo que representa un alza del 9,85%. Por consiguiente, en los últimos 22 meses el país elevó su deuda en más de la mitad (51,43%), pasando de 8.859,1 millo­nes de dólares en diciembre del 2019 a 13.416,2 millones, o sea, 4.574,9 millones de dólares más.

Una de las consideraciones que salta a la vista es que ninguna administración esta­tal ha endeudado al país en tales proporcio­nes y en tan poco tiempo. La justificación del fuerte endeudamiento en los últimos dos años es la pandemia. Y se entiende. Pero por la causa que fuere la gran suba de la deuda es un duro golpe al equilibrio de la economía y constituye una nueva situación a la que habrá que hacerle frente con más exigencias financieras en todos los órdenes.

En el proyecto de presupuesto para el año venidero, el Estado prevé continuar endeu­dándose para cumplir con los salarios a los empleados estatales. Durante el 2020, el Gobierno prestó dinero por valor de 490.051 millones de guaraníes para hacer frente al pago de sueldos, jornales y bonificaciones para el plantel médico. En lo que va del 2021 la deuda para esos mismos fines alcanza a 180.631 millones de guaraníes.

Y en el proyecto de presupuesto para el 2022, la Cámara de Senadores autorizó una reprogramación de 150.000 millones de guaraníes para el pago de aumento de sala­rios y bonificaciones para los trabajadores de la salud, además de nuevas contratacio­nes en el área. Una parte importante de los gastos presupuestarios del año entrante se financiará con nuevas deudas.

Los especialistas critican que el Tesoro continúe prestando dinero para abonar salarios, yendo en contra de las disposi­ciones de la Ley de Administración Finan­ciera, que desautoriza financiar gastos corrientes con fondos de emisión de bonos o de préstamos. Y que será el tercer año consecutivo en que el Estado pagará suel­dos con más endeudamiento.

Es peligroso abandonar la prudencia y las reglas que permitieron al país llegar a su equilibrio macrofiscal. Muchos advierten que es un paso del que no se vuelve con faci­lidad, como les ocurre a algunos países de la región que actualmente viven una delicada situación de endeudamiento crónico y están al borde de la cesación de pagos.

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