Los datos de los nuevos casos de coronavirus y la tasa de inter­nados en los hospitales indican que la incidencia de la enferme­dad va en aumento, mientras el proceso de vacunación prosigue de manera lenta, por el escaso interés de muchas perso­nas, la estrategia inadecuada de Salud Pública y el influjo de los negacionistas que están en contra de la inmunización. Es indudable que con la menor tasa de contagios de los últimos meses un gran porcentaje de la población se llamó a la distensión y parece no preocupado por este grave tema sanitario.

Pero la opinión de los especialistas y lo que está ocurriendo en muchos paí­ses del mundo son elementos que hay que considerar sabiamente a la hora de hacer un diagnóstico y de actuar contra el mal. El covid-19 es uno de los peores castigos que azotó la humanidad y en casi dos años ya mató cerca de 5 millo­nes de personas en todo el mundo. Los especialistas de nuestro país están pre­ocupados por lo que se vislumbra en el corto plazo si no se toman medidas drásticas, porque la enfermedad se está ensañando en los no vacunados y están repuntando los casos.

En la Dirección General de Vigilancia de la Salud indicaron que las proyec­ciones que han realizado anticipan que habrá un rebrote del mal con aumen­tos de contagios en lo que resta del año. Relataron que el 90% de los pacientes que están internados en terapia inten­siva no se aplicaron ninguna dosis de vacuna y que el 70% de las personas fallecidas últimamente no se vacuna­ron. El martes 9 de noviembre último murieron 6 individuos y ninguno de ellos se había aplicado la inmunización, datos que dan un panorama de la actual situación en que se encuentra el país de cara a la pandemia. Eso hizo decir a una alta funcionaria por las redes socia­les que “estamos ante una pandemia de la enfermedad de los no vacunados”, quienes aducen diversos motivos para no haberse inmunizado, desde no tener tiempo para hacerlo hasta los que dicen que no les interesa la inoculación.

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El ministro de Salud, Julio Borba, fue terminante en la materia: “Nos pre­ocupa que hay aún 1 millón y medio de personas que siguen susceptibles a esta enfermedad. A cualquiera le puede tocar. Me preocupa que estas personas enluten a familias paraguayas y golpeen el sistema de salud”, indicó. Agregó que para prevenir una tercera ola de la enfer­medad en nuestro país en no vacunados, como se está dando en Europa, se deberá acelerar el proceso de inmunización.

En Alemania, el jueves 11 de noviembre, se produjo el mayor número de conta­giados de covid-19, con 50.196 nuevos casos y 235 fallecidos. El repunte de infecciones se atribuye a que la pobla­ción alemana está vacunada en algo menos del 67%.

En Paraguay es necesario encontrar con urgencia un sistema que ayude a inmunizar a la mayor cantidad de gente, debido a que solamente una tercera parte de la población nacional tiene las dos dosis. Hasta el 9 de noviembre, úni­camente 2.460.685 personas comple­taron el esquema de vacunación, lo que indica que una gran porción aún no está protegida.

El bajo porcentaje de vacunados y la lentitud en la inmunización por diversos motivos son elementos que hacen temer por el futuro. En el peor momento de la pandemia se vacunaba a 100 mil personas por día y en la actua­lidad no se están superando 5.000 de la primera dosis, las 30.000 en primera, segunda y tercera dosis diarias, según el ministro de Salud.

Con la cooperación del sector privado, Salud Pública tiene que montar una cru­zada nacional antipandemia para vacu­nar e intensificar las medidas de preven­ción, como nunca ha hecho hasta ahora. Cruzada es un término que implica una intervención militar contra el enemigo a fin de exterminarlo, que es lo que se debe hacer con todos los recursos disponibles. Y esa tónica de ataque para acabar con el adversario es lo que se debe adoptar en estos momentos.

Es necesario actuar con rapidez antes de que los contagios se vayan incremen­tando y una nueva ola de la pandemia nos someta de vuelta a una dura crisis.

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