El Congreso Nacional tiene hasta el próximo 20 de diciembre para estudiar las cuentas del aparato estatal y decidir un presupuesto racional para el año entrante, para que los gastos no superen tanto la capacidad de ingresos y no aumente en demasía el saldo negativo.
En la primera etapa del estudio en que la Comisión Bicameral de Presupuesto recibió las presentaciones de numerosas instituciones públicas, los legisladores tuvieron que escuchar gran cantidad de pedidos de aumentos para las erogaciones de tales entidades que tienen cifras superiores a las del proyecto de presupuesto enviado por el Poder Ejecutivo.
Las solicitudes de incrementos que están por encima de los números establecidos por el Ministerio de Hacienda ocurren todos los años. Pero en esta ocasión tienen el agravante de que no se puede continuar aumentando en demasía el déficit público porque urge volver a la normalidad cortando el exceso de erogaciones que se admitió a causa de la emergencia pandémica. Como muchos de los pedidos de las entidades públicas tienen cierto grado de razonabilidad, y poseen una fuerte capacidad de presión, existe el temor de que los legisladores aflojen el rigor que deben tener y comience el desmadre presupuestario. La experiencia reciente muestra que ese inconveniente no solo es posible sino que ya ocurrió en años anteriores.
Por eso es que el sector privado muestra su inquietud ante los números que se están manejando en el Poder Legislativo. El incremento del déficit estatal repercutirá finalmente en la estabilidad financiera, causando dificultades a las cuentas públicas y a la economía. Eso es lo que han indicado algunos empresarios al presidente de la República en una reunión del martes pasado en que insistieron en el manejo responsable del proyecto presupuestario.
El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, quien estuvo en la reunión con el primer mandatario, explicó que le dijeron que es necesario mantener la credibilidad del país manejando de manera responsable las finanzas públicas. “Nos preocupa que todo el mundo quiere cargar, quiere inflar el presupuesto, y parece que tenemos que tener conciencia de que todavía estamos en situación pandémica y en un proceso de recuperación”, resaltó el empresario.
Uno de los economistas que estuvieron en el encuentro explicó que hay muchas empresas y personas endeudadas durante la crisis, por lo que los gastos que hace el sector público deben estar focalizados preferentemente en ayudar a la mayor cantidad de personas y no tanto a un grupo pequeño que tiene capacidad de presionar a las autoridades mediante las manifestaciones públicas.
Hasta comienzos de esta semana eran 19 las instituciones estatales que solicitaron a los legisladores aumentos de gastos en el proyecto de presupuesto para el 2022 por encima de los números previstos por el Poder Ejecutivo. El monto de los mismos suma 2,06 billones de guaraníes (295 millones de dólares), que en su mayor parte se quiere destinar a gastos corrientes, especialmente salarios. Los pedidos más importantes realizaron la Corte Suprema de Justicia, las universidades nacionales, el Ministerio de Educación y Ciencias, el Ministerio Público y la Policía Nacional. Todavía faltan las presentaciones de otras instituciones del Estado, muchas de las cuales harán similares pedidos de incrementos para el año venidero.
El proyecto de Presupuesto General de la Nación enviado por el Ejecutivo al Congreso asciende a 92,1 billones de guaraníes, cifra que subiría a 96,3 billones, si el Legislativo se aviene al pedido del Gobierno de elevar el déficit fiscal hasta el 3%.
Los legisladores que tienen la responsabilidad de determinar cuánto se gastará en el 2022 deben recordar que la pandemia aún no ha sido superada, que sus efectos negativos siguen presentes y que el principal esfuerzo que se debe hacer es superar el mal momento insistiendo en la recuperación económica. Que es de vital importancia darle impulso a las medidas que ayuden a alcanzar la reactivación con mayor producción y a gastar menos para que se pueda recuperar la estabilidad macroeconómica.
El compromiso que tienen los parlamentarios en este momento crucial de la historia es muy grande. Porque está en las manos de ellos evitar un presupuesto desastroso y encaminar las finanzas hacia los senderos de la recuperación económica.