Como reacción a los golpes oca­sionados por la emergencia pandémica que castigó al país no solo en lo sanitario sino en lo económico con extraordinaria fuerza, los distintos sectores productivos van levantando cabeza con seguridad. Eso lo demuestran las cifras del incremento en la producción de importantes sectores y en el mejoramiento paulatino del desen­volvimiento de las empresas.

A pesar del hartazgo ciudadano por los malos resultados económicos de los dos años anteriores y la crispación social cau­sada por la administración de Abdo Bení­tez que cumplió tres años de gobierno, hay señales positivas de parte de la ciudada­nía. Así demuestra un estudio privado, que señala que el 82% de los empresarios consultados espera aumentar la factura­ción de sus negocios.

Una encuesta realizada por el Índice de Confianza Empresaria Vistage durante el segundo trimestre de este año indica que el 82% de los líderes empresariales con­sultados estimaron que mejorarán sus negocios y solo el 4% de ejecutivos afirmó que esperan una reducción de sus ventas en los próximos 12 meses. El 14% de los consultados consideró que sus transac­ciones permanecerán igual.

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Son 147 los líderes empresariales con­sultados, entre quienes están fundado­res, accionistas, directores ejecutivos y gerentes generales de entidades que operan en el país, entre los que solo una mínima parte cree que no mejorará su situación. En el trimestre anterior los que estimaban que tendrían un desempeño más interesante habían sido el 65% de los entrevistados, con lo que los 17 pun­tos porcentuales más obtenidos en este nuevo estudio al alcanzar el 82% revelan una ostensible suba en el optimismo de los empresarios.

El estudio explica que la confianza en el repunte de la facturación guarda rela­ción con el nivel de rentabilidad que se aguarda, aunque el cierto grado de incer­tidumbre que todavía existe disminuye un tanto el sentimiento positivo en lo que se relaciona a las utilidades previstas.

En materia de ganancias, la encuesta también ha encontrado una importante mejora, ya que en el segundo semestre el 66% de los empresarios consultados aguardaba incrementar su rentabilidad, frente al 58% que en el primer trimestre pensaban lo mismo. Aunque en el último estudio el 10% cree que pueden dismi­nuir sus ganancias y el 24% estima que no variarán.

Otro punto resaltante de la investigación es que el 73% de las empresas que prevén la reducción de sus ganancias manten­drá la totalidad del plantel de sus trabaja­dores. El 7% de las mismas apostará por contratar más empleados, aunque el 20% habla de que tendrá que hacer despidos en sus negocios.

La mejora relativa de la situación de los negocios en el país se da al mismo tiempo en que el presidente Mario Abdo Bení­tez cumple su tercer año de mandato, con un liderazgo cuestionado y con una ges­tión política y económica debilitada. Esto indicaría que la mejora de las operaciones económicas se da a pesar de los vaivenes de la política y más allá de las vicisitudes de la maquinaria estatal, ya que se mueve especialmente por el propósito de seguir produciendo y mejorando la actividad económica para alcanzar sus objetivos de mayores utilidades.

Aunque su administración se concentró desde el año pasado principalmente en sobrellevar la crisis sanitaria provocada por la pandemia, el Gobierno ha tenido serios inconvenientes políticos por casos de corrupción de sus colaboradores. En este tiempo ha sobrellevado la amenaza de dos juicios políticos y ha soportado las movilizaciones sociales de sectores que reclaman respuestas a la situación nacio­nal. A lo que se ha sumado últimamente el paro de camioneros que inmovilizó el país y produjo serios inconvenientes al sector productivo, donde se demostró la poca capacidad de reacción para capear los problemas y de ingeniarse para conseguir prontas respuestas.

Gracias al espíritu emprendedor y al ansia de superar la crisis económica que comenzó en el 2019, las cifras de diferen­tes áreas de la economía están repun­tando. Ello se va notando en los indica­dores sobre la mejora en la producción, el empleo y la recuperación del comercio y el consumo.

El hecho de reaccionar positivamente a las dificultades sanitarias y políticas habla de que el país quiere crecer y con­quistar cada vez mejores espacios de bien­estar.

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