Para hoy se anuncia la llegada de la primera partida de vacunas contra el covid-19, que serán 4.000 dosis de Sputnik V. Comenzarán a aplicarse a partir del lunes 22 al personal de salud que está ubicado en lugares especialmente escogidos por su importancia logística. Este paso en esta nueva etapa en la lucha contra la pandemia, que es la vacunación, nace con una gran incógnita. No se sabe todavía cuándo llegarán las otras partidas y si será en cantidad suficiente para poder articular la campaña en todo el país. La duda crea una cuota de incertidumbre que ojalá se pueda desvirtuar prontamente con nuevas sorpresas positivas. Se está dando el comienzo. Ahora hay que continuar.
Hay que tener en cuenta que las dosis de vacunas que vienen a esta región del planeta están llegando a cuentagotas por una serie de hechos, como el acaparamiento de los países productores y porque sus prioridades son atender mejor y pronto a sus respectivas poblaciones de riesgo. Por eso la venida de las dosis en suficiente cantidad para inmunizar a los países de Latinoamérica es menos rápida de lo que exigen las necesidades y los deseos de los diversos gobiernos.
La Argentina, que había adquirido 20 millones de unidades en diciembre pasado, solo recibió al principio, el 24 de diciembre, 300 mil dosis. Chile, que había contratado la adquisición de 33 millones de dosis, percibió su primer lote de 10 mil vacunas en vísperas de Navidad. A Bolivia, que compró 5,2 millones de unidades, apenas le entregaron inicialmente 20 mil dosis el 29 de enero. A México, que había adquirido al principio 140 millones de unidades, el 23 de diciembre le llegaron solo 3.000 dosis, que comenzó a aplicar al día siguiente. Brasil, que tiene contratada la adquisición de 354 millones de vacunas para este año, recién pudo comenzar a vacunar el 17 de enero, cuando obtuvo las primeras partidas.
La mayoría de los países que adquirieron las vacunas con gran prontitud se vio sorprendida por la escasa cantidad que les entregaron inicialmente, lo que causó la frustración de las autoridades sanitarias. Pero luego, con el correr de las semanas fueron tramitando el arribo de más partidas, que están comenzando a aparecer. Ese es el caso de Chile, que luego de las 10 mil vacunas de la primera partida, a fines de enero ya recibió 4 millones. Como Argentina, que después de las 300 mil primeras dosis de diciembre fue percibiendo nuevos lotes en enero. Cosa parecida con lo que ocurrió en México, que luego de las 3 mil dosis de diciembre le fueron entregando nuevas partidas que le permitirán terminar febrero con 2,2 millones de personas vacunadas.
Chile es hasta ahora el ejemplo de lo que hay que hacer en materia de obtener vacunas e inmunizar a la gente. Hasta el 11 de febrero ya había vacunado a 1.128.359 personas. Su gobierno pretende llegar al 19 de febrero habiendo inmunizado a todos los mayores de 65 años y se propone tener vacunados en julio a 15 millones de personas de los 19 millones que habitan el país.
La nación transandina es el modelo a seguir en la materia. Y Paraguay tiene que imitar su manera de actuar. Cuando Chile, con sus 19 millones de habitantes, recibió antes de Navidad solo 10 mil dosis de las 36 millones de vacunas que había adquirido, no se asustó. Comenzó la misión para apurar la llegada de más partidas y 50 días después ya tenía inmunizado al 6% de su población.
Por consiguiente, la gran tarea que queda ahora es apurar las diligencias para que prontamente lleguen más partidas para iniciar la inmunización a la mayor parte de la sociedad paraguaya. Proseguir a superior velocidad todas las acciones encaminadas para obtener gran cantidad de dosis en el plazo más breve posible.
Paraguay debe iniciar una poderosa contraofensiva diplomática, política y comercial recurriendo, además de Covax, a los diversos proveedores de distintos países para asegurar en el menor tiempo posible el mayor número de vacunas. Tal como lo hicieron otras naciones que ahora están vacunando normalmente a su población. Si otros países lo están logrando, el nuestro también podrá conseguirlo.