En los últimos días se suscitaron varios temas de verdadera importancia pública, es decir, de auténtico valor para la gente, como los estragos de las feroces tormentas, la llegada de las vacunas contra el covid-19, el retorno a clases presenciales, la falta de medicamentos en los hospitales públicos, el salvataje del efrainismo a Juan Ernesto Villamayor, jefe de Gabinete Civil de la Presidencia, por las extrañas negociaciones sobre la deuda de Petropar con Petróleos de Venezuela SA (PDVSA); el ataque a la Embajada de Paraguay en Argentina, el inicio del debate sobre las estrategias del país para las renegociaciones del Anexo C del Tratado de Itaipú.
De todas las señaladas, sobresalen las relacionadas con el desarrollo de la pandemia y sus efectos en la ciudadanía. En este punto, surge con fuerza el debate sobre la transparencia en la distribución de las ampollas para la inmunización del SARS-CoV-2, porque desde ya se anticipa que el tráfico de influencias estará a la orden del día para beneficio de los privilegiados de siempre y en detrimento de los habitantes que realmente están contemplados en los grupos de riesgo. A nivel global está marcada la desigualdad en la distribución de la vacuna contra el coronavirus. Mientras los países ricos continúan acaparando dosis, se acrecienta el riesgo de que las vacunas para salvar vidas no cubran las necesidades de los países más pobres y además que les llegue a destiempo, deteriorando el derecho a la igualdad de todos los habitantes del planeta a ser protegidos contra el coronavirus.
Según Amnistía Internacional, una investigación llevada a cabo por Oxfam reveló que las naciones ricas, que representan únicamente el 13% de la población mundial, han comprado ya más de la mitad de las futuras vacunas. Esto significa que más de la mitad de las dosis prometidas de las cinco principales vacunas candidatas está ya reservada. En noviembre del 2020, más del 80% del suministro previsto para el 2021 de las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna ha sido vendido ya a países ricos.
A nivel nacional, es casi seguro que se replique lo que está pasando en el mundo, que haya un reparto injusto de la vacuna, que los plagas de siempre y sus familias terminen acaparando las dosis y relegando a los verdaderos destinatarios prioritarios de la inmunización. Esto sería un escándalo de proporciones mayores a todos los latrocinios y actos de corrupción cometidos durante la pandemia. Bueno, la verdad es que hasta ahora la ciudadanía observa perpleja que, en el Gobierno, poco importa el escándalo y el qué dirán, salvo que esto los lleve a un juicio político. Solo ahí se sienten realmente preocupados por temor a perder el poder y sus privilegios.
Las declaraciones de las autoridades, sus promesas, etcétera, ya no tienen ningún valor para la gente, que en lo que va de la pandemia tuvo muestra suficiente de su actuar resbaladizo. Se impone que las palabras de las autoridades sean reemplazadas por hechos de transparencia, apegados a la norma pública, y en este caso en particular cumpliendo con una distribución justa de la vacuna anticovid.
La primera fase de asignación de la vacuna, que está por empezar en unas semanas más, debe cumplirse sin ningún tipo de distingo. En esta temprana fase, el Ministerio de Salud debe cumplir con responsabilidad y transparencia con todo el personal que trabaja en el sector de la salud, no solo con los profesionales médicos y de enfermería, sino también con los conductores de ambulancias y otros vehículos sanitarios, personal administrativo, y a otros muchos grupos relacionados con el sistema sanitario y las personas mayores de 65 años. En la misma medida y con la misma honestidad vacunar al resto de la población conforme al cronograma del plan de vacunación establecido por la cartera de salud.
El Gobierno tiene, una vez más, la brillante oportunidad de redimirse con la gente y velar por sus intereses. En este año electoral debe evitar a toda costa la politización en la aplicación de las dosis de inmunización, para lo cual debe desterrar desde el vamos el tráfico de influencias en la distribución de la vacuna anticovid.