En plena Nochebuena, a minutos de la llegada de Navidad, unas 105 familias de la Chacarita lo perdieron casi todo, ya que sus viviendas precarias fueron reducidas a cenizas por un incendio. Durante horas las llamas fueron consumiendo su pobreza y pese al desolador hecho esta fue una desgracia con felicidad porque nadie perdió la vida. Lo sucedido en uno de los más antiguos y populosos barrios de Asunción no es más que fruto de la ineficiencia, y es que desde el inicio del actual gobierno las autoridades del Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH) fueron incapaces de sostener los procesos iniciados en el gobierno anterior para brindar calidad de vida a los habitantes de los barrios humildes de la capital. Uno de esos proyectos fue el barrio San Francisco, proyecto emblemático y único en su tipo debido a la envergadura, que benefició a más de 1.000 familias de escasos recursos, que pudieron acceder a una vivienda digna, lejos de las inundaciones y la marginalidad. La administración de Horacio Cartes dejó la mesa servida al actual gobierno en materia de metas cumplidas y proyectos de vivienda para personas de escasos recursos. Muchos planes de este tipo quedaron encaminados para que a futuro se pueda replicar la experiencia de estos nuevos modelos de ciudad, que definitivamente mejoraron la calidad de vida de miles de personas de escasos recursos. El barrio San Francisco fue uno de ellos. El proyecto ofreció a moradores de la Chacarita y de otras zonas inundables y marginales 112 viviendas unifamiliares y 888 departamentos en 78 edificios de 3 pisos. Este proyecto también introdujo innovaciones tecnológicas en materia de diseño urbano y construcción que permitieron un desarrollo habitacional en tiempo récord en nuestro país y se convirtió en un modelo habitacional que debía repetirse a futuro.

Debió ocurrir esta desgracia para que el actual gobierno salga de su letargo y después de más de dos años de gestión recién ahora los arquitectos y otros técnicos del MUVH empiecen a evaluar sitios de propiedad pública que cuenten con elementos técnicos como para levantar viviendas temporales metálicas para reubicar a las víctimas de la tragedia.

Los logros obtenidos en materia de vivienda durante el anterior gobierno dan cuenta de que el Estado sí tiene la posibilidad de otorgar una solución definitiva a los pobladores de la Chacarita y de otras zonas marginales de Asunción. Estas intervenciones tienen que permitir una integración social y física real de estas comunidades; son acciones que en el actual gobierno debieron tener continuidad en carácter prioritario.

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Lo sucedido en Nochebuena en el centro de Asunción es fruto de la ineficiencia de la gestión habitacional demostrada en los últimos dos años y medio por el actual gobierno, así como es también responsabilidad de una administración municipal que sigue tolerando la existencia de dos ciudades, la de los sectores vulnerables y las zonas con mayor crecimiento inmobiliario. El propio barrio modelo San Francisco de Zeballos Cué hoy es víctima del abandonado de las actuales autoridades comunales y nacionales. El emblemático proyecto habitacional que logró beneficiar a miles de familias de zonas vulnerables de Asunción hoy día presenta un panorama desalentador con basura acumulada, escasa presencia policial y denuncias de vandalismo.

La gente humilde de nuestro país necesita soluciones habitacionales pensadas, con servicios básicos, edificios comunitarios (centros educativos, comisaría, guardería, oficinas públicas, unidad de salud familiar), redes viales, planta de tratamiento de efluentes, espacios recreativos, sin descuidar los aspectos sociales. El Gobierno debe replicar los proyectos modelo probados para evitar que desgracias como la pasada hace unos días vuelvan a repetirse.

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