A pesar de que la actividad económica sigue alicaída y que este año se tendrá un decrecimiento de alrededor de 1 % por los consabidos efectos de la situación de emergencia, hay señales positivas que ayudan a mejorar la confianza y que pueden sustentar el optimismo. Eso es lo que en líneas generales apunta el Banco Central del Paraguay (BCP) en su último reporte sobre la situación económica del país, al que acompañan opiniones similares provenientes de organismos especializados del sector privado, que difieren algo en los números, pero que coinciden en el tenor del análisis.
El fatídico 2020, cargado de enfermos y fallecidos ocasionados por la pandemia, al final será menos malo de lo que se había creído y, aunque seguiremos en las malas, se vislumbran claramente señales para esperar un mejor devenir.
Los recientes datos del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de la banca matriz revelan números que indican que aumenta el sentimiento de seguridad de los consumidores y que a raíz de los mejores resultados se está a punto de dejar el derrotismo.
En la encuesta realizada en noviembre último en el ICC, el indicador de confianza de la gente preguntada se ubicó en 49,6, cifra más alta a la de octubre pasado cuando se encontró un 44,9. El dato obtenido en el último mes no es un número más, porque revela que se está muy cerca de abandonar la zona considerada de pesimismo, según los parámetros del estudio del BCP. Lo que en otras palabras puede interpretarse como que estamos acercándonos al optimismo.
Con relación al Índice de Situación Económica (ISE), que compone el ICC, la cifra se incrementó a 28,1, comparado con el número registrado en octubre, que fue de 23,9. En tanto que el Índice de Expectativas Económicas (IEE) obtuvo un 71,0, más alto que el 65,9 que se había conseguido en la encuesta del décimo mes del año. El ISE revela lo que piensan los encuestados sobre la situación económica actual de su persona, del hogar en que vive y del país, con respecto a un año atrás. En tanto que el IEE representa lo que cree en torno a la situación económica que espera para sí mismo, para su hogar y para el país para dentro de un año.
Otro detalle del estudio es que hay un aumento en el porcentaje de encuestados que dicen que pueden ahorrar más actualmente, aunque disminuyó el porcentaje de los que están dispuestos a comprar bienes durables.
El matiz positivo que se puede observar en la percepción de los ciudadanos que fueron objeto del sondeo de la banca central no es un simple sentimiento subjetivo, según revelan los estudios. Las cifras de la realidad dan pie a pensar en esos términos.
En la semana anterior, el BCP corrigió sus números de hace dos meses y afirmó que la caída de la economía paraguaya sería este año menor, de tan solo 1 %, luego del 1,5 % que había señalado en octubre. La afirmación no sorprendió, pues ya se tenía la previsión de organismos del sector privado que indicaban un -0,5 % (Basanomics), o un -0,8 % (Investor), al que se añade ahora el último estudio del grupo Itaú que señala que la retracción será ahora del 1 % en lugar del que previó, anteriormente de 1,5 %.
Estos datos son el resultado del hecho de que la economía fue recuperándose en el último trimestre, lo que da pie para creer que el año entrante se tendrán cifras de crecimiento que algunos calculan en el 4 %.
Las principales ilusiones se cifran en el sector agrícola, que mediante las buenas lluvias de las últimas semanas pueden garantizar un buen crecimiento de la soja, cuya cotización en el mercado internacional se considera buena. A esto se añade el desempeño ganadero y las perspectivas de que mejoren la construcción y la industria.
El país ha tenido la suerte de que la depresión económica haya sido más leve de lo pronosticado y que en los últimos meses haya habido sectores que comenzaron a recuperarse. Resta por verse a cuánto ascenderá ese crecimiento. Mientras tanto, hay que seguir trabajando con energía para lograr la ansiada recuperación.