El Gobierno instaló al nuevo ministro de Hacienda en medio de la crisis económica causada por la pandemia y la idea de marchar hacia la reactivación económica, manteniendo a los principales exponentes de la cartera fiscal. La tarea pendiente no será fácil, por lo que el Equipo Económico Nacional deberá robustecer las fortalezas que tiene y hacer los cambios de rumbo necesarios para enfrentar el enorme desafío que se le presenta.
El nuevo ministro conoce técnicamente su tarea, pero la misión que le aguarda es descomunal y necesitará mucho más que experiencia, porque le esperan batallas que requerirán suficiente sabiduría, fortaleza y cintura política para sortear las nuevas situaciones que se vienen.
Entre las cosas positivas que se pueden citar de la administración del saliente ministro, hay que anotar que respetó el equipo técnico de la cartera y mantuvo a las principales cabezas de las diferentes subsecretarías y direcciones instaladas durante la administración Cartes. Eso permitió que el manejo de dicho ministerio transcurriera sin los sobresaltos que suelen darse con los noveles funcionarios que asumen nuevas responsabilidades y no saben qué ni cómo hacer ante una realidad que les resulta desconocida.
Esa estabilidad funcional es la que se mantiene en esta ocasión, según reconoció el nuevo secretario de Estado, que tendrá la suerte de seguir jugando con un equipo conocido. Pero la labor que le espera es tan compleja y pesada que necesitará el apoyo permanente de la más alta investidura política para pelear con los enemigos de la cordura que existen en el gabinete y en la función pública en general. No hay que olvidar la disputa que tuvieron el anterior ministro Benigno López con el titular de Obras Públicas, Arnoldo Wiens, por la utilización de fondos que el fisco no le dio para nuevas licitaciones, cosa que Wiens hizo pública para presionar a la cartera fiscal. Cualquier otro ministro que no fuera el hermano del Presidente no hubiera podido resistir bien parado.
El nuevo responsable de la conducción económica hizo hincapié en que insistirá en poner en marcha la reforma del Estado y la mejor utilización de fondos para lograr el equilibrio perdido y buscar la modernización. Recordó que para eso se presentó al Congreso la ley del servicio civil que busca la eficiencia en la burocracia estatal. Dijo que se está preparando el proyecto de ley de las compras públicas, con el que se pretende eliminar los vicios de corrupción. Y que se está en proceso de reformar la estructura del Estado. Insistió en que con las nuevas normas se pretende generar espacios para producir más recursos económicos y redireccionarlos hacia los sectores más importantes.
Un capítulo altamente prioritario en la agenda de la nueva administración es hacer funcionar bien el plan de recuperación económica. Algunos de los enunciados de ese proyecto están todavía a media marcha, como el aumento sustancial de las inversiones públicas para generar más empleos. Así como la mayor asistencia al sector privado para que pueda rearmar con fuerte ímpetu su maquinaria productiva y comercial. Por su lado, el consumo aún no aumenta como se necesita, por lo que habrá que tomar en cuenta los elementos necesarios para incentivarlo.
El Gobierno debe potenciar las nuevas inversiones, especialmente en el sector privado, por lo que debe darle un nuevo ritmo a la concreción de los planes que se han trazado. La gestión de Hacienda es fundamental, pues desde el Equipo Económico debe indicar la dirección para corregir los errores cometidos. Debe asumir nuevos caminos en la contención del gasto público y darle más vigor a los focos de reactivación que se están observando en el área económica. Las grandes tiendas, los centros comerciales, los restaurantes, el turismo, la actividad hotelera y otros grupos de empresas deben recibir un fuerte empujón desde el Gobierno, con más créditos y medidas adecuadas para reanimarlos y así encarar la reactivación de sus negocios.
Con la incorporación del nuevo titular de Hacienda, el Poder Ejecutivo debe reasegurar lo que hizo bien durante la pandemia y enmendar sus errores. Tiene que encarar con más vigor la tarea de recuperar al país mediante el ahorro de gastos superfluos, la reestructuración de la burocracia estatal y la revitalización de los sectores de mayor trascendencia.