Los familiares de los tres secuestrados del Norte, Ede­lio Morínigo, Félix Urbieta y Óscar Denis, hicieron una presentación el lunes último en una sala del ex Seminario Metropolitano de Asunción. Las seis mujeres, tres hijas de Denis, la madre de Morínigo y dos fami­liares de Urbieta, vestidas de blanco y con tapabocas del mismo color, dieron una conferencia de prensa y lanzaron el conmovedor mensaje a la ciudadanía paraguaya que no se los olvide y se haga todo lo posible para que se los libere y puedan retornar a sus familias. El lema de “Que vuelvan los tres”, escrito en una proyección visual que contenía las imá­genes de los cautivos, dominaba el esce­nario.

Al hablar cada una de las oradoras tem­blaron sus voces en medio del emotivo acto con cuyo mensaje pretenden ter­minar con la apatía ciudadana y lograr que las autoridades “hagan lo que ten­gan que hacer” para lograr la libertad de los que están en poder de los delin­cuentes.

Una de las hijas del ex vicepresidente Óscar Denis, Beatriz, con la voz que­brada por la impresión del momento, dijo que mientras tres paraguayos sigan cautivos, no podemos decir que exista libertad en el Paraguay. Dirigiéndose a cada uno de los habitantes del país, afirmó: “de vos y de todos depende que vuelvan. Si los olvidás será como dejar a un hermano atrás, y acabará con nues­tras esperanzas de hijas, de madres, de hermanas de volver a abrazarlos”.

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“Ayúdennos a mantener vivos y presen­tes, a Félix, Edelio y Óscar. Les pedi­mos que desde el lugar donde estén que envíen mensajes en redes sociales, en los periódicos, en los canales. Que ten­gan presentes en sus oraciones tanto a los secuestrados como a sus capto­res para que ablanden sus corazones”, lanzó Liliana Urbieta.

La madre de Edelio Morínigo, doña Obdulia Florenciano, memoró que hace más de seis años que su hijo está des­aparecido y que hace mucho tiempo se olvidaron de Edelio y de su familia. Dirigiéndose al presidente de la Repú­blica, le espetó: “Te suplico que no te olvides de Edelio, de Félix Urbieta, de Óscar Denis. Que hagas lo que tengas que hacer para que los tres vuelvan”.

Las sensibles palabras de estas tres mujeres golpearon la tranquilidad ciu­dadana para recordar el lamentable drama que se vive en el Norte, con la actuación de los criminales que todavía no ha sido frenada por las autoridades. Estas valientes mujeres intentaron des­pertar la conciencia de que no se puede continuar en medio de la indiferencia hacia el drama que conmueve a nume­rosas familias. Que el país no puede olvidar la tragedia de muchos ciudada­nos que sufren a causa de la violencia.

El prisionero más antiguo es el subofi­cial de policía Edelio Morínigo, secues­trado el 5 de julio del 2014, al que le sigue Félix Urbieta, el productor gana­dero capturado el 12 de octubre del 2016. El caso más reciente es el del ex vicepresidente Óscar Denis, quien fue tomado el 9 de setiembre pasado. De los tres no se tienen noticias actuales, por lo que la situación es preocupante.

Es admirable que las familiares de los secuestrados no se callen ni se queden quietas, sino que se muevan y pidan a gritos que toda la ciudadanía tenga pre­sente el drama que viven y que podría tocarle a cualquier otra familia. La sociedad paraguaya no puede quedar impasible ante esta patética realidad, y exigir la libertad de los cautivos y el apresamiento de los delincuentes.

La ciudadanía debe movilizarse para pedir la vuelta de los tres, sea a través de los sistemas digitales de comunicación, la presencia física en manifestacio­nes públicas pacíficas, la exigencia a las autoridades a que actúen con más ener­gía para obtener mejores resultados, la condena explícita a los criminales y el repudio a los que a través de la violen­cia quieren imponer sus ideas políticas. Lo que no se puede permitir, so pena de convertirse en cómplice, es callarse y mantener una conducta insensible.

En la guerra contra la delincuencia no hay término medio: o se está contra ella y se actúa en consecuencia peleando con todas las armas, o se colabora con ella, sin hacer nada por eliminarla dejando que los violentos arrasen con todo.

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