El Dr. Guillermo Sequera, director de Vigilancia de la Salud, ratificó el pasado viernes 16 de octubre –es decir, hace apenas 10 días– que el regreso a las clases presenciales en los diferentes niveles escolares recién se permitiría el año que viene. Las declaraciones y argumentos contundentes de Sequera parecían ponerle punto final a la polémica levantada por el Ministerio de Educación sobre la posibilidad de que las clases presenciales en escuelas, colegios y universidades regresen en el último tramo de este año. Para el experto, pese a los niveles estables de contagios y decesos por coronavirus en el país, lo mejor es esperar a que los números desciendan más para dar pie a esta medida, puesto que, entre otros factores, ello elevaría en un 10% la mortalidad por el coronavirus en todo el país. Cuando se pensaba que todo estaba decidido, grande fue la sorpresa de la ciudadanía hace cuatro días atrás por el anuncio del ministro de Salud, Julio Mazzoleni, en contrario a lo afirmado anteriormente por su director de Vigilancia de la Salud. Propusieron al presidente Abdo el retorno de los alumnos de tercer año de la Media con carácter opcional, previa autorización del padre de familia o tutor del alumno, a partir de la primera semana de noviembre, es decir para dentro de apenas dos semanas.

En un primer momento el anuncio como mínimo generó desconcierto entre los padres de familia y docentes, para luego generar enojo y rechazo. Tanto los padres de familia como los docentes habían avalado el anuncio del titular de la Dirección de Vigilancia de la Salud de que todo queda para el próximo año. Ese razonamiento generaba confianza en la gente y cortaba de raíz la polémica instalada por las principales autoridades del MEC.

Ante tan sorpresivo anuncio, La Nación lanzó a la ciudadanía una encuesta sobre la propuesta del Ministerio de Salud y del Ministerio de Educación y Ciencias para sondear la opinión de la gente. El 52% votó por la opción de “Dudo, creo que no es pertinente exponerlos aún”, el 31% votó a favor de “Sí, así ya se van acostumbrando a los protocolos para el próximo año” y el 16% cree que “No, el año lectivo prácticamente está finalizando”. Es decir, el 68% de los encuestados mostró su desacuerdo absoluto en que los alumnos vuelvan a clases presenciales en lo que resta del presente año, por lo que prefiere que se mantenga la modalidad a distancia. Vale recordar que las clases presenciales están suspendidas desde el 11 de marzo de este año por la pandemia del coronavirus.

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Ante el corto periodo que queda para el cierre del presente año lectivo y al pésimo estado de la infraestructura escolar en todo el país, los gremios docentes, la federación de padres y centros de estudiantes rechazaron públicamente la propuesta del retorno a clases presenciales confirmado por el MEC con el visto bueno de Salud Pública.

Los sindicatos de docentes califican la propuesta de Salud y Educación de retornar a clases dentro de apenas dos semanas como un despropósito, porque no tiene sentido a esta altura del año establecer clases presenciales. Se preguntaron cómo los docentes evaluarían de manera presencial todo lo que fue virtual. Esto además del peligro para la salud del alumnado, de los educadores y de sus núcleos familiares. Asimismo, criticaron que toda la responsabilidad de la vuelta a la presencialidad se carga únicamente en los hombros de los padres, desligándose el Estado de su responsabilidad de proteger a los secundarios.

A su vez, desde el Sindicato Nacional de Directores (Sinadi), a más de rechazar la decisión del Ministerio de Salud Pública y del Ministerio de Educación, también anunciaron que presentarán un recurso de amparo para evitar tal despropósito. Les recordaron a las autoridades del MEC que en las instituciones de educación pública no hay ni jabón, mucho menos alcohol, es decir no se cuenta con las mínimas condiciones de bioseguridad para alumnos y docentes.

Los miembros de la Federación de Asociaciones de Padres de Instituciones Educativas Públicas (Fedapy) y la Unión Nacional de Centros de Estudiantes (Unepy), como un acto de rechazo, se levantaron del diálogo con el ministro de Educación, Eduardo Petta, y con el viceministro de Educación Básica, Robert Cano, por la falta de democracia participativa en los espacios creados en el MEC tras la interpelación al titular de esta cartera de Estado.

Una vez más, el Gobierno mostró improvisación e intenta aplicar el sistema prueba-error con la vida de nuestros hijos y de sus docentes. El retorno de maestros y estudiantes a las aulas debe ser sin apuros, con certezas e información de gobierno clara y exacta, y no con el interés mezquino de sostener en su cargo a un ministro altamente cuestionado por su incapacidad y soberbia.

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