Una semana después de que se reabrieron los pasos fronteri­zos con el Brasil en Ciudad del Este, Pedro Juan Caballero y Salto del Guairá, el Paraguay tomó la iniciativa para vincularse de nuevo con el mundo con la rehabilitación del aero­puerto Silvio Pettirossi. De ese modo, se reanudaron los vuelos comerciales entre las diversas naciones que ya tienen operativas sus conexiones aéreas. A este trascendental avance entre los diferen­tes países le falta ahora otro paso que es la reapertura de la frontera de los distin­tos puntos de Paraguay que se comuni­can con la Argentina. Aunque el vecino país es más conservador en la materia por el momento que vive, hay que inten­sificar las conversaciones para ir facili­tando la comunicación entre ambas fron­teras.

El 15 de octubre pasado, algo después de las 5:00, comenzó el paso de brasileños hacia Ciudad del Este y de paraguayos que cruzaban a Foz de Yguazú. Con ese simple hecho, tan cotidiano seis meses atrás, que se repitió horas después en Salto del Guairá y Pedro Juan Caballero, se está intentando volver a la normali­dad en un experimento que inicialmente durará dos semanas.

Ese día cruzaron a la capital del Alto Paraná más de 3.000 automóviles bra­sileños y sus ocupantes comenzaron a visitar los negocios y tantear las nue­vas condiciones comerciales después de la pandemia, con un tipo de cambio alto para ellos por la devaluación del real y la reserva para aceptación de dólares como novedad. Los días siguientes aumenta­ron los intercambios entre una y otra orilla, de modo que una semana después el balance es altamente positivo a pesar de las dificultades, lo que ha aumentado la necesidad de contratar empleados en las empresas paraguayas, con la espe­ranza de que las cosas irán mejorando y el intercambio fronterizo volverá a ser lo que fue, un excelente negocio para para­guayos y brasileños.

Con la reapertura oficial, el jueves 22, el aeropuerto Silvio Pettirossi comenzó a movilizar la llegada y salida de aerona­ves, que con los días irá intensificándose. Ahora son muy pocos todavía los avio­nes que operan, pero es el comienzo de una nueva oportunidad de intercambio internacional que irá creciendo. Varias compañías internacionales que volaban al país anunciaron que desean retornar, hasta la norteamericana Eastern, que por mucho tiempo llegaba al país, ade­más de Avianca. Amaszonas ya realiza vuelos a Bolivia y Paranair a Uruguay, y se anuncian próximos viajes a la Argen­tina. El Paraguay está considerado entre los 100 destinos más seguros del mundo, lo que ayudará a la venida de visitantes y así reanimar nuestra economía.

El miércoles último, centenares de per­sonas del sur del país se manifestaron en Encarnación para pedir al Gobierno que gestione la reapertura del puente inter­nacional San Roque González de Santa Cruz, que une esta ciudad con la argen­tina Posadas. Habitantes de Encarna­ción, San Juan del Paraná, Cambyretá y Capitán Miranda emplazaron al Eje­cutivo que dé respuestas a los reclamos que habían realizado varios meses atrás, entre los que está la reapertura de la frontera para poner en marcha la reacti­vación económica de la zona. Aparte de estas ciudades del Sur hay localidades como Alberdi, en Ñeembucú, que tienen una gran dependencia de su conexión con la Argentina, que no quieren seguir soportando el encierro que los perjudica.

Altos funcionarios del Gobierno han comentado que sondearon a sus pares argentinos sobre la reapertura y que la respuesta ha sido negativa. Sin embargo, hay que hacer negociaciones en todas las instancias con el vecino país para poder conseguir el objetivo. Voceros de la provincia argentina de Misiones, limí­trofe con Itapúa, hablaron de que pon­drían exigencias sanitarias y de seguri­dad personal a los paraguayos que vayan a ese país, como pasaporte sanitario, seguro de viajero y seguridad de no estar enfermo de covid-19. Todos estos reque­rimientos se deben conversar estable­ciendo requisitos mutuos para liberar finalmente el paso entre ambos países. El perjuicio del cierre no es solo para los paraguayos sino también para los argen­tinos, por lo que hay que trabajar para reabrir todas las puertas.

Definitivamente, el encierro está dejando de ser la solución a las nuevas situaciones que se plantean y, más tem­prano que tarde, hay que reabrir no solo la totalidad de los pasos fronterizos, sino habilitar las conexiones con todos los países del mundo.

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