El retorno a la nueva normalidad se va imponiendo en el mundo, con avances y retrocesos propios que va asignando el rebrote del covid-19. En el ámbito de la educación también se empieza a probar protocolos válidos que permitan reactivar los sistemas educativos precoronavirus. Así como las estrategias para vencer al virus fueron diferentes en el mundo, el retorno a las aulas también desarrolla tácticas disímiles, cada una conforme a la realidad de su país. Es importante el debate que en Paraguay se inició para definir las mejores prácticas para que nuestros niños y jóvenes vuelvan a clases presenciales, lo que no es aceptable en esa controversia son los intereses mezquinos de cada sector por hacer prevalecer su postura, con intereses particulares, dejando a un costado el principal objetivo que es establecer el protocolo más inteligente y seguro para estudiantes, docentes y padres de familia. Todo esto amasado en un caldo de cultivo plagado de improvisación, desinformación e incertidumbre.
Acá no puede funcionar el sistema prueba-error, porque hablamos de la vida de nuestros hijos, del capital humano más valioso del país. Tampoco es válido que se pretendan imponer los intereses de estrellato egocéntrico de las autoridades del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), ni que primen los beneficios particulares de los gremios de la educación, de las agrupaciones de padres de familia o de los propietarios de las instituciones educativas privadas.
La comunicación de Gobierno no puede volver a fallar, no se puede volver a tener órdenes y contraórdenes, es momento que en el Ministerio de Educación cese la improvisación, la confrontación permanente de todo y con todos. Hace aproximadamente una semana, por orden del Ministerio de Educación, los directores departamentales convocaron a los supervisores a quienes pidieron, a su vez, que convoquen a los directores de instituciones educativas para que se vea la posibilidad de volver a clases. Los supervisores, a través de audios, manifestaron la inminente vuelta a clases desde el pasado lunes 12 de octubre. Toda esta movida creó una psicosis en las comunidades educativas, denunciaron desde Sindicato Nacional de Directores de Instituciones Educativas de Gestión Oficial del Paraguay.
Nuevamente desde el MEC se generó confusión e incertidumbre con las ideas aún no depuradas del retorno voluntario a clases o la propuesta híbrida de asistencia, esos son globos sonda que deben ser debatidos puertas adentro, entre los técnicos del MEC en conjunto con los especialistas del Ministerio de Salud, y demás actores de la educación pública y privada. Esa manía de buscar prensa como herramienta para demostrar que se está haciendo algo, para que finalmente todo termine detonando nuevamente en desinformación, confusión, por causa de la improvisación, solo refuerza lo que está en la cabeza de la gente sobre lo que pasa con la gestión de la educación en el país: #DesastreKoPetta.
Desde el Ministerio de Salud hasta el momento son muy concretos y cautos a la hora de responder sobre el retorno a clases presenciales. Recordaron que con el retorno de estudiantes y docentes a las aulas prevén un aumento de mortalidad en el país de 10%, por lo que se impone la realización de mapeo de la situación epidemiológica, antes de que se tomen decisiones desde la cartera de Educación. Y para poner punto final a un debate desgastante y sin rumbo ayer el Dr. Guillermo Sequera, director de Vigilancia de la Salud, ratificó oficialmente que el regreso a las clases presenciales en los diferentes niveles educativos serán el año que viene, puesto que si bien son estables los niveles de contagios y decesos por el covid-19 en el país, lo mejor es esperar a que los números bajen aún más antes de iniciar un retorno a las aulas de manera gradual y regionalizada.
Que el retorno de maestros y estudiantes a las aulas sea sin apuros, con certezas e información de Gobierno clara y exacta, y con protocolos alejados de todo interés mezquino.