Voceros de la Comisión Bicameral de Presupuesto que está estudiando el proyecto de ingresos y egresos estatales para el 2021 indicaron que los legisladores están empeñados en no aumentar la propuesta de gastos para el año entrante. Y que por eso están haciendo ajustes para que el déficit fiscal del ejercicio venidero no crezca mucho.

Resaltaron que por ese motivo no están atendiendo los pedidos de más fondos que hacen los distintos organismos que no aceptan los recortes realizados por el Ministerio de Hacienda. La excepción es la partida concedida a la Justicia Electoral que no se había previsto en el proyecto original, teniendo en cuenta las elecciones municipales del 2021. En los próximos días deberán analizar los números de dos ministerios de gran importancia social, como el de Salud Pública, que está dirigiendo la lucha contra la pandemia, y el de Educación y Ciencias, que tiene la mayor cantidad de asalariados.

Un directivo de la comisión mencionada indicó que pedirán al Poder Ejecutivo más informes sobre qué obras se financiarán con los fondos que inflarán el presupuesto y llevarán el déficit fiscal por encima del 1,5% establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF). Dijo que quieren establecer un fuerte control sobre esos recursos, para no dejar al arbitrio del Ejecutivo la elevación del saldo negativo de las cuentas fiscales. La idea es que el déficit quede atado exclusivamente a los gastos que se harán en las obras proyectadas y que llegue al 4% de PIB y no elevarlo sin motivos valederos.

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De acuerdo con el proyecto de ley presentado por el Gobierno, el aumento del déficit se quiere llevar a 908 millones de dólares para financiar obras, como la Costanera Sur, la ruta denominada Corredor Bioceánico, el Corredor de Exportación entre Itapúa y Alto Paraná, el puente entre Asunción y Chaco’i, la defensa costera de Pilar, el mantenimiento de la Ruta Transchaco, entre otras.

El monto del presupuesto fiscal para el año entrante es levemente inferior al que rige este año, pero tiene el inconveniente de que los ingresos fiscales serán menores en 8,2% con relación a lo que se espera recaudar en el 2020. El Gobierno deberá prestar dinero para financiar parte de sus gastos, como el pago de su deuda y otras erogaciones previstas para obras públicas, por lo que el incremento de su pasivo es otro de los aspectos cuestionados.

Según técnicos de Hacienda, no se prevén nuevas contrataciones de funcionarios, excepto para las fuerzas públicas, Salud y Educación. Ni se permitirán pagos adicionales a los salarios ya establecidos. Aunque hay compromisos asumidos anteriormente para ciertos aumentos en el área educacional.

A pesar de todos los ahorros y recortes anunciados por el Gobierno, en el 2021, de cada 100 guaraníes que se recaude, 84 se destinarán al pago del sueldo de los estatales. Este hecho revela cuánto pesan en el presupuesto público los salarios, lo que indica la necesidad de hacer una poda sustantiva en ese renglón.

La postura asumida por la comisión bicameral de no elevar el presupuesto es plausible porque representa un acto de cordura muy importante en momentos en que hay que cuidar la plata del Estado más que antes.

El Congreso no solo no tiene que conceder aumentos de gastos, sino incluso realizar recortes en muchas erogaciones previstas para el año entrante para disminuir el déficit. Tendría que ir podando partidas presupuestarias que no son imprescindibles y que el Gobierno no se animó a cercenar por temor a las reacciones gremiales. Una de ellas es el dinero previsto para el incremento salarial de 16% de los docentes, que se había aprobado en tiempos de normalidad financiera, cuando las recaudaciones fiscales eran aceptables. Ese tipo de aumentos de gastos no tiene por qué aceptarse en medio de la emergencia en que se vive, cuando los ingresos del Estado caen y seguirán disminuyendo. Las estimaciones dicen que las recaudaciones continuarán por debajo de lo previsto.

El Estado tiene que ahorrar en gastos corrientes y canalizar los fondos preferentemente hacia las inversiones, para generar más puestos de trabajo. Más en este momento crítico en que la economía está en baja y se necesita reactivarla.

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