Setiembre fue el mes más fatídico por la gran cantidad de fallecidos y el fuerte aumento de los contagiados de covid-19. Se rompieron todas las marcas de casos desde marzo y empezaron a temblar las estructuras hospitalarias ante el temor de que la avalancha de internados hiciera colapsar los servicios de salud.
El Gobierno tomó drásticas medidas en los departamentos y ciudades más comprometidos y alivianó el encierro en la mayor parte del país. Existía el miedo ocasionado por los terribles pronósticos de que en setiembre se duplicarían los números de muertos y de casos, que los hospitales no darían abasto y que se llegaría a terribles situaciones debido a la pandemia.Indudablemente, fue el peor mes en materia de coronavirus, en que se duplicaron los contagios y la cifra de fallecidos casi llegó al doble, en que hubo zonas patéticamente castigadas por el virus, como Alto Paraná y Central, con miles de personas duramente castigadas por el mal. Pero es también el mes que, hacia el final, ha mostrado cifras esperanzadoras sobre la enfermedad y números positivos de la actividad económica que permiten pensar que la pandemia pudiera estar aflojando y que se está iniciando el proceso de recuperación de los peores momentos vividos.
Haciendo la comparación de las cifras de agosto con las de setiembre, se puede observar que la cantidad de contagiados se duplicó en el último mes. El número de casos de covid-19 que al 31 de agosto era de 17.662 se incrementó a 40.758 al 30 de setiembre, un crecimiento del 130,7%. Los 23.096 nuevos casos de setiembre dan de hecho un promedio de 770 contagios diarios.
Con relación a las defunciones, el cotejo revela que el número de fallecidos se incrementó en 91,69%, casi el doble, pues de los 277 registrados en agosto ascendió a 531 en el noveno mes. La cantidad de decesos por día creció prácticamente al doble (97,77 %), ya que de los 9 fallecidos (8,93) por jornada subió a 18 (17,66).
Si bien el promedio de fallecimientos por jornada del mes pasado es de 18, en los últimos diez días creció prácticamente a 20 (19,8) muertes diarias, un comportamiento inverso al crecimiento de nuevos casos.
En el último tramo del mes fue declinando el número de contagios, aunque el de fallecidos se mantenía elevado. El promedio de casos diarios de setiembre fue disminuyendo a partir del día 20, pues en los últimos 10 días fue de 724 contagiados por jornada. El descenso se acentuó desde el 25 de setiembre, ya que en ese tiempo el promedio de nuevos enfermos por día llegó a 706, una disminución del 9% con respecto al promedio mensual de 770 casos diarios.
Aunque la cifra de internados es elevada, a esta altura de la pandemia los servicios médicos no han colapsado, ya que el porcentaje de ocupación de camas en los servicios públicos de terapia intensiva oscila entre el 90% y el 95%.
La declinación de la aparición de nuevos contagios de la enfermedad alimenta la presunción de algunos especialistas de que se habría llegado ya a la meseta y que ha comenzado el proceso de disminución. Teniendo en cuenta las cifras globales de la enfermedad, hay un innegable descenso de nuevos casos, aunque los hospitales continúan casi al tope, lo que hace pensar que se podría estar entrando en una nueva etapa. El hecho de que los servicios médicos no hayan colapsado a pesar del fuerte aumento de contagiados da una cierta tranquilidad sobre la situación actual y permite creer a los más optimistas que las cosas van a ir mejorando.
Paralelamente, la actividad económica está en alza, cosa que puede observarse incluso en el aumento de recaudaciones fiscales y otros indicadores.
Hay que insistir en seguir tomando los cuidados sanitarios y no bajar la guardia, porque aunque está aflojando el número de nuevos contagios, el virus está todavía muy fuerte y sigue haciendo mucho daño. Por eso se debe reforzar el control en la observancia de los protocolos de salud para que no haya ningún tipo de sorpresa.
La lucha continúa y no hay lugar para la claudicación.