La Nación celebra hoy 25 años de una rica y prodigiosa existencia desde que el 25 de mayo de 1995 se metió en la portentosa aven­tura de palpitar día a día con la noticia, los dolores, las alegrías y las esperanzas de nuestro Paraguay. Con la mirada de los visionarios, sus fundadores iniciaron el proyecto de crear un diario que fuera el eco genuino del acontecer ciudadano, que no solo contara los hechos que suce­den aquí y en cualquier rincón del mundo, sino que fuera el reflejo palpitante de nuestra gente, sus inquietudes y sus pro­pósitos.

En estos cinco lustros de nuestra pre­sencia cotidiana en el sentir del país han transcurrido numerosos acontecimien­tos, algunos buenos y otros negativos, que marcaron nuestra vida con la fuerza de los hechos irreversibles. Se destapa­ron numerosos actos de corrupción y se dieron lamentables sucesos de dolor, así como despertamos días para con­tar situaciones que produjeron alegría y satisfacción.

Entre los acontecimientos históricos, se puede citar el proceso político que fue afianzando paulatinamente la vida demo­crática del país, con sus luces y sus som­bras, pero lejos de un pasado de opre­sión ciudadana. Esos días luminosos de libertad han tenido en las páginas de este matutino su incansable relato cotidiano.

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También hemos sido el eco obligado de circunstancias lamentables, como hechos de corrupción y perjuicios notables a la ciudadanía paraguaya desde esferas ofi­ciales y privadas. O sucesos que provo­caron la herida y la muerte a muchos ciu­dadanos del país. En muchas ocasiones hemos denunciado numerosos aconteci­mientos de horror y a personas que, cual criminales, se burlaban de instituciones e individuos al cometer sus fechorías. Por­que es obligación de un medio de comu­nicación contar los hechos reales y hasta señalar a los bandidos para que la ciuda­danía se entere y las instituciones juris­diccionales procedan a su castigo.

Una de las obligaciones irrenunciables de la prensa libre es justamente utilizar esa libertad para ejercer su deber de infor­mar sin cortapisas, aunque después haya amenazas e incluso hechos violentos que atenten contra los comunicadores o las instalaciones de un medio. Porque si hay un verdadero temor que puede tener la prensa libre, debe ser el miedo a callar como cómplice o a ignorar la verdad como apoyo a los impresentables.

En las últimas décadas, el Paraguay vivió el capítulo más brillante de su historia democrática del que hemos sido testigos y articuladores privilegiados contribu­yendo de ese modo a enriquecer nuestra existencia como país. Porque la prensa es el imprescindible contribuyente en la construcción de la verdadera democracia en una nación. Por eso es impensable con­cebir una sociedad libre sin una prensa sin mordazas ni cadenas, sin diarios, revis­tas, canales de TV y emisoras de radio que contribuyan día a día con sus palabras, sus informaciones, sus imágenes, sus opinio­nes. Y que enriquecen con la variedad de sus miradas y sus propuestas la existencia de una sociedad sin amos ni esclavos.

Los 25 años que se cumplen hoy son parte de una historia que ya pasó, represen­tan acontecimientos que ya se fueron. Pero que a pesar de ello están presentes en nuestro palpitar cotidiano porque nos enseñaron a reafirmar nuestro compro­miso con la nación paraguaya y su gente.

Como la vida constituye una realidad dinámica que es capaz de palpitar con los sucesos del presente y al mismo tiempo mirar para adelante, La Nación también se lanza hacia el futuro con propuestas para seguir siendo el canal de comunica­ción de la gente, el reflejo de su sentir y la inspiración para sus proyectos.

Como parte de ese compromiso, el diario La Nación lanzará nuevo formato digital que será la puerta grande en que se conju­guen el presente y el futuro. No será solo una nueva etapa, sino un nuevo diario, con todo lo que ello implica.

Al ser el Grupo Nación la ventana de un grupo de medios potentes y plurales, miramos hacia adelante para transfor­marnos en un portal de portales, con lo que nuestras marcas de contenido más influyentes estarán al alcance del mismo recorrido que realicen nuestros lectores.

La recordación de nuestros 25 años de existencia es también un nuevo paso hacia el futuro, como el que dimos el 25 de mayo de 1995.

Y seguimos adelante…

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