Como parte del siguiente paso del cronograma de la cuaren­tena inteligente, a partir del lunes 25 de mayo se permitirá la apertura de los comercios de hasta 800 metros cuadrados de dimensión, peluque­rías, tiendas y negocios de tamaños no tan amplios y sin aglomeración de personas. Es lo que estaba previsto desde el inicio de la programación oficial.

Pero existe también la posibilidad de que se amplíe la medida y se permita el funciona­miento de locales comerciales más amplios, como los shoppings y afines que concentran gran cantidad de tiendas y cuya apertura estaba prevista para más adelante. Todo dependería del resultado de la evaluación del cuidado sanitario de esta primera parte, según explicaron los funcionarios de Salud, que están siendo consultados por los gre­mios comerciales a los que les urge traba­jar para enfrentar la preocupante situación económica.

De las negociaciones entre el Ministerio de Salud y los gremios que agrupan a los propietarios de las tiendas afectadas surge el optimismo de que la reapertura de los grandes centros se adelante. Hay gente que afirma que a partir del lunes 25 se les per­mitiría volver a operar, con la condición de tomar las precauciones del caso. Aunque no se puede hacer todavía ninguna afirma­ción responsable hasta que las autoridades pertinentes tomen la decisión a través de un decreto del Poder Ejecutivo y se permita efectivamente el reinicio de actividades, hay elementos que ayudan a entender la necesi­dad de esa medida.

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Si el Gobierno está empeñado en poner en marcha la reactivación económica, como han dicho sus voceros, lo lógico es que el sector comercial, que ocupa a numerosas empresas y da empleo a muchos trabajado­res tengan el visto bueno para trabajar. Y si el temor de reabrir los centros comerciales es por la posibilidad de contagios, lo correcto es que se tomen todos los cuidados posibles con la mayor escrupulosidad para asegu­rar la salud, como se está haciendo ahora en lugares de concurrencia de personas, como los supermercados, bancos, buses del trans­porte público y las oficinas del Estado rea­biertos últimamente. Hasta el momento los cuidados que se toman en estos lugares públicos tienen excelentes resultados, por lo que constituyen una garantía de seguri­dad sanitaria. Voceros de los grandes cen­tros comerciales han señalado que elabora­ron un estricto protocolo de seguridad que ya presentaron a las autoridades nacionales para garantizar la salud en sus operaciones.

Explicaron que no se permitirá la aglome­ración de personas, que en los pasillos se transitará en un solo sentido para impedir el cruce de individuos, que se harán lavatorios de manos y desinfección de lugares críti­cos. Afirmaron que, si los shoppings vuelven a operar próximamente, solo lo harían las áreas exclusivamente comerciales, como las tiendas. Los patios de comida, parques infantiles, cines y lugares de expansión per­manecerían cerrados. Los locales de comida no tendrán mesas ni permitirán la perma­nencia de clientes, sino que solo venderán sus productos para que los lleven. Fuen­tes del Ministerio de Industria y Comercio (MIC) explicaron que los propietarios de grandes unidades comerciales se compro­metieron a aplicar las mejores prácticas de cuidado, a la contratación de especialistas que los asesoren para garantizar la seguri­dad sanitaria y así se pueda posibilitar el rei­nicio de las operaciones de esos negocios con todos los cuidados necesarios.

Otro tanto debe hacerse también con los restaurantes y negocios gastronómicos para los que debe idearse un sistema operativo que garantice la salud y las transacciones económicas sin riesgo para nadie. Acaso la reapertura temprana de los grandes cen­tros comerciales pueda proporcionar prác­ticas que permitan aplicarse también a los gastronómicos para que vuelvan a atender al público tomando todas las precauciones sanitarias del caso.

El enclaustramiento rígido de varias sema­nas ha impactado muy fuertemente en los más diferentes tipos de empresas hasta lle­var a la quiebra a muchas y al borde del cie­rre a otras. Por eso es necesario actuar con rapidez para la recuperación de las mismas y evitar el colapso de otras. Para ello se debe apurar la reapertura de los negocios cerra­dos hasta ahora y ayudarlos con diversas medidas para lograr su reanimación. Este será un paso decisivo para la reactivación económica del país que hay que avivar con la mayor energía posible.

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