Miremos las oportunidades que nos abre el COVID-19. Este periodo de crisis nos deja muchas lecciones que debemos aprovechar para reconstruir el país con un nuevo modelo, porque luego de esta coyuntura no podemos seguir igual. El Gobierno hoy cuenta con un capital valioso que no debe desperdiciarlo, es el consenso y apoyo de la gente para que se ejecuten las reformas necesarias y postergadas que conjuguen lo económico y social con equidad. El mundo asiste a un fenómeno que está modificando los paradigmas contemporáneos con los cuales se venía manejando. Paraguay no está fuera de estas transformaciones globales, hemos comprendido que la salud de la población y su salud económica son complementarias, no se contraponen en la ecuación, sin dinero no hay salud y sin salud no se produce riqueza. El esfuerzo de todos es importante para lograr ese equilibrio, el exceso en cualquiera de esos factores será desequilibrante y enfermará nuevamente el modelo.

Desde el Estado se debe avanzar rápidamente hacia las reformas profundas en el sector público, para que una vez que concluya esta crisis sanitaria se pueda recuperar rápidamente la economía de la población y de los sectores productivos y empresariales, que también están poniendo su parte para ayudar a sobrellevar esta coyuntura.

El sector público no puede seguir igual, como país tenemos un compromiso que saldar, por al menos los próximos quince años, es un esfuerzo vital que hoy nos ayudará a superar el impacto económico que nos está dejando el COVID-19, para que este evento inédito sea una crisis lo menos dolorosa posible, para todos.

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El gasto público, como nunca antes debe ser ponderado, cada centavo ahora es vital para ser invertido en el bienestar económico y social de la mayoría, especialmente de los más vulnerables. El Gobierno tiene el aliento de todos los sectores para avanzar hacia medidas extremas que van de la mano de estos tiempos de extrema emergencia que vivimos, son ajustes necesarios en el sector público y privado.

Paraguay en los últimos años hizo muy bien su tarea macroeconómica, fue una gestión ordenada, previsible que genera confianza, por eso el actual Gobierno cuenta un colchón sólido que le ayudará a sobrellevar la crisis sanitaria. Los expertos aseguran que nuestro país tiene la capacidad de endeudarse a un plazo de 30 años, obligación que será honrada por todos, por eso no van más los privilegios y privilegiados de siempre.

La buena gestión de anteriores gobiernos y el manejo de la crisis sanitaria por parte de la actual administración gubernamental, así como las medidas económicas tomadas hasta este momento, hacen ver promisorio el futuro, siempre que se mantenga la templanza que exige el momento y se logren los cambios que reconstruyan el país.

Se impone la agilidad y la creatividad para cambiar el modelo de país en el mediano y largo plazo, en el corto plazo es necesario que el Gobierno con urgencia ejecute las acciones que restituyan la actividad económica, hay que cuidar el ingreso y los empleos de los trabajadores, así como asistir financieramente a las empresas.

Está en manos del Gobierno conducirnos hacia la construcción de un nuevo modelo social y económico, sin el virus de los privilegios, sino con una matriz que reconstruya la Nación, donde se conjuguen al mismo tiempo lo económico y social con equidad.

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