Además de la restricción de la circulación y aglomeración de personas, de la suspensión de las actividades deportivas y artísticas públicas y de las disposiciones sanitarias para aislar a personas sospechosas de haber contraído el COVID-19, el Gobierno ha dado a conocer varias medidas que afectan a la economía. En el tráfago de informaciones sobre la enfermedad, no se le ha dado la importancia que se merece al paquete económico que se anunció el viernes último.
No solo se dispuso dar más recursos para salud, sino que se decidieron también determinaciones que ayudarán a mejorar la situación de la producción, el comercio, los servicios y reducir el impacto negativo de la enfermedad. Tal vez no sean suficientes y haya que agregar otras, pero se dieron en tiempo oportuno y abarcan todo el espectro de la actividad económica, desde el aumento de dinero para créditos, facilidades financieras y tributarias, estímulos para la circulación de dinero, entre los principales puntos. Ahora resta ver cómo se aplican tales normas que si se cumplen oportunamente, serán muy útiles para la vida del país.
En el campo de la salud, el Gobierno dispuso la utilización de 530.000 millones de guaraníes para adquirir equipos e insumos sanitarios. Aparte, decidió contratar a 2.700 personas más para la actividad hospitalaria. La contratación de esta cantidad de personal de blanco se financiará con préstamos de contingencia del Banco Mundial y del BID.
En el área social se hará una transferencia monetaria adicional en el Programa Tekoporã a 167.000 familias en estado vulnerable y se dará un anticipo de dinero a 207.000 ancianos del Programa de Adultos Mayores.
Para facilitar el pago de tributos, se decidió que el Impuesto a la Renta Personal (IRP) se pueda fraccionar en 5 cuotas, sin intereses. Además, hasta junio próximo se eliminan las multas ocasionadas por los incumplimientos tributarios.
Entre las medidas monetarias y financieras más interesantes está la reducción de la tasa que paga el Banco Central a los bancos por sus depósitos de 4% a 3,75%, para que las entidades bancarias destinen mayor cantidad de dinero a los préstamos. También se reduce el encaje legal, el dinero que dejan obligadamente los bancos en el BCP, para el refinanciamiento de los sectores de la economía.
El Banco Nacional de Fomento (BNF) destinará una línea de crédito para capital operativo del sector productivo por 100.000 millones de guaraníes a una tasa de 7%. Por su parte, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) dispondrá un crédito para reconvertir operaciones de los sectores productivo, comercial y de servicios por 400.000 millones de guaraníes. En tanto que el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH) posibilitará el refinanciamiento y renovación de créditos para los pequeños productores.
En el sector comercial, se dispuso reducir aranceles para la importación de bienes de capital. También se dará licencia previa para importar productos estratégicos del campo de la salud y facilidades para el comercio en el ámbito de los servicios.
Con el fin de apurar la reactivación, el Estado decidió acelerar la concreción de obras públicas por valor de 90 millones de dólares obtenidos a través de los bonos.
Algunos analistas han sugerido que para complementar las medidas señaladas, se podría postergar el vencimiento del IVA y que el fisco calce su descubierto con un préstamo de corto plazo del BCP. Que se reduzca el precio de los combustibles por un tiempo en todas las compañías y se baje el valor del boleto del transporte urbano de pasajeros.
Las decisiones anunciadas el viernes último son muy oportunas y necesarias. Ahora resta concretarlas con prontitud en todos los ámbitos de la vida nacional. Porque aparte de las medidas de prevención para evitar el avance de la enfermedad, el país necesita que la producción, el comercio y los servicios no se vean afectados fuertemente por la situación. Algunos sectores como el comercio se verán perjudicados fuertemente. Por eso habría que ver la posibilidad de postergar el pago del IVA a los negocios más castigados.
La recomendación de quedarse en casa y no circular por las calles está teniendo un alto acatamiento, lo que es positivo. Pero no se puede descuidar la actividad económica, pues si ello ocurre, el golpe lo recibirá toda la población en donde más le duele, el bolsillo.