El emprendimiento del club Libertad tendiente a convertir sus compromisos deportivos en un espacio para el retorno de las familias a los estadios es una iniciativa extraordinaria que debería ser imitada por las demás entidades deportivas.
Se trata de la iniciativa denominada “Libertad es familia”, que incentiva a sus asociados a acudir en grupos familiares a los partidos que juega el Gumarelo. La tarea tiene componentes muy originales como la búsqueda en bus de dos familias que se ganan la participación semanal y la oferta gratuita para ellas de todas las atenciones que se merecen, incluyendo su seguridad, en el recinto deportivo.
Los directivos del club creen que con este paso se estará ofreciendo a las familias la representación genuina de un deporte que al mismo tiempo de ser pasión y de ser movilizador de masas, es también un espacio para la paz, para la armonía y, por sobre todo, para el respeto.
El mensaje que tiene el emprendimiento, “Libertad es familia”, desborda el ámbito meramente deportivo para constituirse en un aporte a la convivencia cívica de los ciudadanos, ya que somos una sociedad que no sabe llevar sus discusiones en paz, normalmente tendemos a polarizar con mucha frecuencia, incluyendo en el mundo del deporte y particularmente en el fútbol.
Por ello, ofrecer a la comunidad nacional la imagen de unas gradas ocupadas por núcleos familiares y generar a partir de ello una cruzada ejemplificadora es una iniciativa que debería ser ejemplo no solo para Paraguay, sino para el fútbol mundial.
Los datos que en todas estas décadas se han recogido sobre la violencia en el fútbol son aterradores; vidas fueron segadas por el simple hecho de tomar parte de un evento de fútbol y tener la mala fortuna de estar en el lugar inadecuado en el momento de una gresca. Eso debe terminar.
Estas situaciones han generado que –sucesivamente– más y más familias renuncien a ir al estadio, principalmente para resguardar a sus niños menores de las posibilidades de violencia. Al producirse este fenómeno, se roba al propio fútbol la mística de las personas que desde temprana edad acudieron a las canchas a poner en vigencia su espíritu deportivo.
Es de esperar que esta iniciativa del club Libertad sepa devolver, paulatinamente, a las personas, sus familias, sus hijos más pequeños, a los estadios a gozar sanamente de un partido de fútbol.