La ejecución presupuestaria del Gobierno ha sido relativamente pobre en los primeros cuatro meses del año y no ayuda a mejorar los síntomas de menor actividad económica que afecta al país. Tanto que hasta los ministe­rios con mayores recursos para inversiones físicas, como el de Obras Públicas y Comu­nicaciones, han tenido un pálido desenvol­vimiento en esta materia. Las cifras com­paradas entre lo ejecutado en igual período del año pasado con las de enero-abril de este año son muy claras en la materia, ya que en este primer cuatrimestre el dinero que se ha invertido es inferior.

Si bien la ejecución presupuestaria en los cuatrimestres segundo y tercero de cada año suele ser muy superior a la del primero, llama la atención que no haya arrancado aún con más fuerza la decisión del Gobierno de inver­tir con suficiente energía para movilizar con más dinamismo el aparato productivo.

En teoría, en el primer cuatrimestre de cada año se tendría que ejecutar alrededor del 33% del presupuesto previsto para obras en todo el año, pero esa cifra aún no se ha alcan­zado, según los reportes de las diferentes unidades presupuestarias. Este es el caso de la cartera de Obras Públicas y Comunica­ciones, que en lo que va de este año solo ha desembolsado el 11,9% de lo establecido. En el primer cuatrimestre del 2018 esta cartera había destinado para financiar obras la suma de 875.000 millones de guaraníes, en tanto que en los primeros cuatro meses de este año ha gastado 683.000 millones de guaraníes, es decir, un 21,86% menos que en igual período del año pasado.

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Algo parecido se ha constatado en el Minis­terio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat, que en los primeros cuatro meses solo utilizó el 12% de sus recursos. Esta cartera es habi­tualmente una de las que más fondos suele invertir en obras, pues su tarea es construir viviendas y poner a punto las que están en mal estado. Entre sus planes está edificar 5.000 viviendas nuevas.

El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), que es la institución que más fondos tiene, ha invertido en el primer cuatrimestre el 17% de sus recursos. Mientras que Salud Pública ha hecho una ejecución equivalente al 16% del total de su presupuesto.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), de enero a abril, utilizó el 13% de sus recursos monetarios, en tanto que el Ministe­rio de Desarrollo Social ejecutó el 11% de sus disponibilidades. El Ministerio de Justicia contabilizó una ejecución del 17%, en tanto que el Ministerio del Interior tiene ejecutado el 21% de sus disponibilidades presupuestarias.

Lo más preocupante es la baja ejecución del MOPC, pues su presupuesto está destinado a la realización de inversiones físicas que son las que mueven la economía por sus efec­tos multiplicadores. En los casi nueve meses de la gestión del nuevo gobierno, la actual administración de la cartera de Obras Públi­cas solo ha adjudicado la concreción de ocho obras de importancia. De los 21 llamados a licitación, solamente ocho nuevas obras se han adjudicado, especialmente para la rea­lización y mejora de caminos vecinales del departamento Central y de otras circuns­cripciones del país.

La pobre ejecución presupuestaria para dinamizar la situación de estancamiento económico que afecta al país es uno de los cuestionamientos más fuertes que se le han hecho hasta ahora al Gobierno. Y el temor es que su falta de vigor para realizar más inver­siones físicas sea uno de los elementos que atrasen el dinamismo económico.

Por esa razón es que referentes importantes del sector privado han resaltado la necesidad de que el Ejecutivo deje de lado su preocupa­ción excesiva por la política partidaria y se ocupe más de los temas económicos, que son los que en último término van a determinar la buena o mala marcha del país.

La baja ejecución presupuestaria en los pri­meros cuatro meses del año es para preo­cuparse. Pero aún se está con el suficiente tiempo para salvar la situación, pues con un fuerte impulso de este y los próximos meses se podrán lograr buenos resultados.

Pero a condición de que el Gobierno adquiera conciencia de la realidad y tome las determi­naciones que corresponden. Que reconozca los errores cometidos, los enmiende y vaya enderezando la conducción hacia la direc­ción adecuada.

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