Esta semana será crucial para redondear criterios entre el sector público y el privado con miras al proyecto de reforma tributaria. Los gremios más importantes están procurando una reunión con las autoridades del Ministerio de Hacienda para ponerse de acuerdo en algunos temas básicos como las tasas de los tributos y las deducciones del impuesto a la renta.
El Gobierno, que quiere aumentar los impuestos, está suavizando su estrategia y habla de blindar las recaudaciones que estén por encima de ciertos niveles para que esos fondos solo puedan utilizarse en la salud y la educación. Pero esta salida no convence al sector privado teniendo en cuenta que el Estado siempre se ha destacado por despilfarrar los fondos presionado por la política y la clientela partidaria. Considera que sería un supremo acto de ingenuidad aceptar el cuento del blindaje para admitir la suba de las tasas del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que van a castigar seriamente la comercialización de varios artículos.
Si bien los más diversos sectores empresariales están en contra del alza de algunos impuestos, la estrategia de los gremios privados adolece de algunos defectos a la hora de presentar un frente común. Los que se oponen categóricamente a que se eleven los impuestos y que lo han hecho saber con toda energía son los vinculados a la actividad comercial, como la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), la Cámara de Centros Comerciales, la Unión de Gremios de Producción (UGP), el Centro de Importadores del Paraguay (CIP). Y en todos los casos han tenido unanimidad en la exigencia de que el Estado regule sus gastos y que primero deje de despilfarrar para hablar de cualquier posibilidad de reforma tributaria.
El principal argumento esgrimido por los empresarios que se oponen al aumento de los impuestos es que el país está en una situación de desaceleración económica y que elevar los tributos hará que empeore aún más la situación. Esto sobre todo teniendo en cuenta que el contrabando está siendo picaneado por los bajos precios de los productos que ingresan de Argentina y Brasil ante la casi nula actuación de las autoridades para frenar ese ilícito.
La economía informal, que no tributa y hace competencia desleal a los negocios legales, se estima que está en alrededor del 40% de la economía del país; por lo que ciertos sectores empresariales consideran inmoral hablar de cualquier aumento de impuestos a los negocios que están operando en la legalidad, porque es castigar a los que cumplen con la ley e incentivar a los infractores, que van a tener más ventajas aún para seguir en su tarea ilegal. La Unión de Gremios de la Producción y el Centro de Importadores del Paraguay han salido a reiterar la necesidad de mejorar el gasto público y controlar la rendición de cuentas de los distintos organismos del Estado.
También han pedido aumentar fuertemente las inversiones del Estado en infraestructura y en los servicios públicos para que el dinero que se recauda de los impuestos se utilice de la mejor manera. Otro de los puntos en los que han insistido es en controlar la evasión fiscal, que tiene dimensiones astronómicas, antes que en castigar de nuevo a los sectores que ya están contribuyendo con sus tributos.
Otra preocupación del sector privado es que, al margen de los acuerdos a que se puedan llegar con el Ministerio de Hacienda en la estructuración impositiva, en último término se depende de los legisladores. Y en ese campo el panorama no está muy claro porque hay un sector de la oposición que a toda costa quiere los aumentos impositivos, como ha demostrado en los últimos meses del año pasado. Y está la bancada de partidarios del Poder Ejecutivo, la de Colorado Añetete, que va a obedecer las instrucciones del Gobierno que está interesado en incrementar los tributos.
Si bien la batalla inicial del sector privado es ahora con el Ministerio de Hacienda, la pelea decisiva se dará en las cámaras del Congreso donde no siempre se han dado muestras de sobriedad a la hora de contener los gastos y tampoco indicios de prudencia cuando se trata de aumentar los impuestos.