Estudios recientes del Banco Mun­dial sobre la inversión que hacen las naciones en el capital humano en el mundo demuestran que el Paraguay está muy detrás de los países vecinos como Argentina y Brasil y de la región, como Chile y Uruguay, lo que indica que tenemos todavía mucho que recorrer para avanzar en la mate­ria. Mientras Chile está en el puesto 45 en el mundo en el ranking del organismo interna­cional, Argentina está en el 63, Uruguay en el 68, Brasil en el 81.

El Paraguay ocupa el puesto 90 en esta lista como una de las naciones más atrasadas de la región en esa materia.El Índice de Capital Humano (ICH) del Banco Mundial es una medición sobre qué potencial de la población de un país es aprovechado para el desarrollo. Y ordena el indicador de mayor a menor a los países de acuerdo a las inversiones que realizan en educación y salud para la infancia y los jóvenes, de modo que el que tiene 1 es el que mejor índice posee y cuanto más se aleja tiene una menor inversión en su capital humano. De ahí que, si el Paraguay está 90 en la lista de países por su ICH, podemos decir que estamos entre los que menos invierten en sus niños y jóvenes para prepararlos para contribuir al desarrollo.

No es un secreto que nuestro país no invierte lo suficiente en educación y en salud tanto en niños y jóvenes, pero la comparación con lo que se rea­liza en la materia en los otros países nos indica que estamos muy por debajo de nuestros pares de la región que atraviesan problemas pareci­dos a los nuestros en materia social. El hecho de que estemos 90 en el ranking mundial de inver­sión en el capital humano no es para ponerse mal, pero sí es para llamar la atención a las autorida­des nacionales que todo lo que se haga para mejo­rar la educación, la salud y el bienestar de niños y jóvenes es todavía poco. Y que en esa materia hay una dura tarea que arremeter.

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El Foro Económico Mundial, en su reporte anual de competitividad había señalado hace un año atrás que la educación primaria en Paraguay está muy atrasada, por lo que ocupaba el puesto 124 en el ranking mundial de 137 países.

No hay que olvidar que el porcentaje del pro­ducto interno bruto (PIB) que se recomienda invertir en la educación es por lo menos del 7%, cifra que en nuestro país no se ha podido alcan­zar aún a pesar de los muchos esfuerzos que en la materia se han realizado últimamente.

En años recientes el Estado paraguayo ha aumentado fuertemente su inversión dando la merienda y el almuerzo para los niños y proporcionando útiles escolares en las escuelas públicas del país, para mejorar la alimentación y ayudar al mejor nivel educativo. Pero el esfuerzo realizado es toda­vía insuficiente.También en materia de salud pública se ha hecho un gran esfuerzo en la última década para mejorar la salud materno infantil y proporcionar atención médica de mayor calidad. Pero los hospitales públicos todavía siguen care­ciendo de insumos, medicamentos y mejor aten­ción a los que concurren a las instituciones.

La tarea que tienen entre manos las autoridades nacionales para mejorar la inversión en el capi­tal humano en el Paraguay es inmensa. Consti­tuye uno de los retos más importantes para que el paraguayo pueda alcanzar mejores posibilidades para contribuir al desarrollo mediante su cali­dad humana y su capacitación. Lo mismo puede decirse de las corporaciones privadas que tienen en este campo una tarea para prestar su contri­bución, sea en la nutrición, en la educación y en la capacitación de las personas en el Paraguay.

El Gobierno Nacional no tiene excusa para no aumentar las erogaciones a favor de la educa­ción, la salud y la alimentación de los niños y jóvenes paraguayos para prepararlos de cara al futuro. Más que un reto del momento histórico es un imperativo ineludible que debe encarar con patriotismo. Y para ello debe ahorrar en gastos improductivos como los salarios y erogaciones de menor relevancia para destinar más fondos a las inversiones en su capital humano.

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