Las dificultades por las que está pasando una de las principales industrias textiles del país, que está disminuyendo su producción con un paro parcial en sus actividades, que también las sufren otras, preocupan fuertemente al sector empresario. Porque si se da el efecto contagio constituirá un golpe muy fuerte a la economía por sus repercusiones en la producción y la exportación, pero también por su incidencia social, ya que la suspensión laboral implica directamente menos ingreso y más incertidumbre para los trabajadores y sus familias.
De ahí que los hombres de negocios vinculados a la producción industrial reclaman una fuerte reacción del Gobierno para hacer frente a la situación actual, que, si no se frena con prontitud y con medidas enérgicas y adecuadas, representará un golpe muy doloroso para todos. Pero hasta ahora no se han visto reacciones adecuadas.
Para los directivos de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) la suspensión parcial de la producción de la firma manufacturera debe ser un toque de atención para el Gobierno para que visibilice la situación que se está viviendo en la actualidad.
Dicen que no es la única industria en problemas y ello hace que el panorama sea de mayor preocupación. Alegan que el escenario económico en el país y en la región está afectando a numerosas industrias. Esto porque, aparte de la retracción en las ventas en el Paraguay, se tiene que los grandes importadores de manufacturas locales del Brasil como de la Argentina no están importando por la difícil situación que están atravesando.
A esto se agrega el contrabando de productos brasileños como argentinos, que por sus bajos precios compiten deslealmente con los artículos manufacturados aquí y golpean también a las industrias afincadas en el país al disminuir sus ventas locales.
Uno de los directivos de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP) se quejó en duros términos por la falta de reacción del Gobierno ante los problemas que están atravesando la industria, el comercio y otros sectores de la economía, ya que en conversaciones con las autoridades les manifestaron las dificultades que están atravesando y sus consecuencias negativas, pero hasta ahora no han tenido una respuesta. Admite que por esa realidad la preocupación se agrava, pues aparte del duro momento que viven la industria y la economía en general, el Gobierno no reacciona, lo que es un problema más.
El empresario enfatizó que hay que tener mucho cuidado ante esta realidad porque la paralización parcial de una gran industria por sus dificultades de ventas podría dar inicio a un círculo vicioso, por lo que se debe cortar rápidamente el problema antes de que se vuelva más grave, se contagie y luego sea imparable.
El directivo de la CAP recordó que ante esta situación han querido instituir un slogan de “menos política y más economía” para priorizar el tema económico ante las preocupaciones del Gobierno. Pero que hasta ahora no han visto medidas concretas de parte de las instituciones oficiales.
Las dificultades que se venían apuntando en los últimos meses en la actividad económica, sin que el Estado tomara medidas, se están acrecentando ahora ante estos nuevos hechos, que nadie había previsto inicialmente. La suspensión parcial de actividades de una gran industria no es una simple anécdota que debe pasar desapercibida. Es un indicio grave de lo que está ocurriendo en la realidad y una llamada de atención de lo que podría acontecer en los próximos meses si no se toman las medidas necesarias.
El Gobierno no puede cerrar los ojos a la situación que se está viviendo y debe reaccionar con rapidez. Tiene que tomar conocimiento real de los hechos y comenzar a actuar con prontitud para calmar la sensación de alarma que se está comenzando a sentir. Y, sobre todo, para cortar la posibilidad de que más industrias tomen medidas similares. Debe adoptar prontas medidas para reactivar la economía con una fuerte inyección de la inversión pública para dinamizar todos los sectores con el movimiento que generan la construcción, la compra de insumos y la toma de mano de obra.